Capitulo 2

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Los sábados eran días de entrenamiento para la manada, practicaban enfrentamiento cuerpo a cuerpo, a rastrear, utilizar todos sus sentidos y corrían por el bosque. Los únicos que eran un poco privados a la hora del entrenamiento eran los más humanos por temor a lastimarlos.

—¿A dónde vas? —preguntó Liam al notar a Stiles alejarse. Él maldijo a sus adentros pues sabía que tenía que dar una explicación antes de retirarse.

—Yo me encuentro exhausto, y tengo que hacer deberes antes de que llegue mi padre así que los dejo —todos asintieron y vieron cómo se iba el chico.

Se vieron unos a otros con la misma respuesta, Stiles olía a ansiedad y un poco de nervios. No tardaron ni cinco minutos en seguirlo para evitar que se acercara a la casa del Darach, sin embargo, fue tarde pues el Jeep ya no estaba y se había perdido el rastro.

...

—Traje un par de hamburguesas —levantó Stiles las bolsas de sus manos. Morgan sonrió un poco apenada.

—No tienes que hacer esto Stiles, te dije que estaba bien.

—No dejare que ninguna amiga mía cocine después de su largo día de trabajo —se adentró en el apartamento y se sentó en el pequeño comedor. Morgan se sentó frente a él y empezó a degustar de su hamburguesa.

Stiles como el chico inteligente que es, noto que Morgan desde la primera vez que la había visto llevaba una pulsera en su muñeca izquierda, nunca la había visto sin ella. Era café con detalles como enredaderas, amarradas las unas con las otras y con pequeños pedazos en verde. Stiles la señaló.

—¿De qué está hecha? —preguntó apuntando su muñeca. Por instinto la chica toco la pulsera y sonrió.

—La verdad no tengo idea, un amigo me la regalo cuando empecé a viajar.

—¿Viajas mucho? —preguntó Stiles.

—Antes de hacer el intercambio a Beacon Hills visite un par de pequeños pueblos como este, no duraba mucho, pero en verdad me gustaba ver los pequeños cambios de cultura que se viven —explicó Morgan terminando su comida.

—¿Y porque Beacon Hills? —Stiles no sabía si en verdad mentía o no aquella mujer, sin embargo, su instinto decía que estaría bien, no hubo desconfianza, no como con otras personas, sentía que podía poner su confianza en manos de la chica.

—Pues quería vivir por un tiempo en un pequeño pueblo antes de mudarme a la ciudad para la universidad, aparte de que leí sobre este lugar, las cosas que suceden muchas veces no tienen explicación, es fascinante —concluyó la chica y le sonrió con entusiasmo.

—Eso es lo que más me sorprende, ¿no te da miedo?

—¿A quién no le gusta lo sobrenatural?

...

Los entrenamientos de lacrosse se habían hecho más divertidos de ver desde que varios de sus miembros eran sobrenaturales, pues los golpes y las agresiones eran peores, pero no había lastimados. Claro que a veces no recordaban que no todos eran iguales a ellos, como pasó ese día en el campo. Stiles llevaba la pelota después de intentos para que se la pasaran, corrió hacia la cancha lo más rápido que pudo, pero antes de aventar la pelota fue embestido por Liam, ambos cayeron al suelo y se escuchó un grito de dolor.

Liam se quitó asustado de encima de su amigo, solo para ver como uno de los huesos de su brazo no estaba en el lugar correcto. Todos hicieron un círculo alrededor del castaño, solo para que Scott llegara y se llevara a su mejor amigo a la enfermería.

—Perdón, de verdad, yo no sé qué fue lo que me pasó —se disculpaba una y otra vez Liam mientras Scott se alejaba.

La fractura de Stiles no solo era eso, era hueso roto, le dijo la enfermera que le daría antibióticos para que el transcurso al hospital no se sintiera tan mal.

En el hospital ya se encontraba la manada cuando llegó la ambulancia con Stiles, le mandaron a hacer un par de radiografías y después de ponerle un yeso dijeron que se podría marchar más noche.

—De verdad lo siento —dijo Liam entrando en la habitación de su amigo.

—Está bien, mañana es luna llena y ustedes ya la sienten —el rubio aún se sentía culpable. —Chicos no quiero ser grosero, pero quiero descansar.

Todos asintieron y salieron de la habitación. Un par de minutos después la puerta se volvía a abrir. Stiles se sorprendió al ver a Morgan parada con una mirada llena de preocupación.

—¿Qué haces aquí? —se maldijo al hacer esa pregunta, había soñado grosero.

—Yo no podía dejar que mi amigo estuviera enyesado y sin mi compañía —sonrió Morgan y Stiles se alivió de que no se tomara su pregunta como ofensa, la castaña se acercó hasta la silla más cercana y se sentó en ella.

—Si que se toman muy enserio el juego —comento viendo cómo Stiles trataba de acomodarse y hacía muecas.

—Ni que lo digas, ha habido amenaza de muerte y prefieren seguir jugando a resguardarse en su casa —Stiles recordó todas las veces que casi todos morían por criaturas sobrenaturales y la escuela pedía pruebas para cancelar el partido. —¿Ves un vaso con agua por ahí?

—Oh no, pero tengo esta, la compre apenas —Morgan saco una botella de su bolsa y se la entregó a Stiles destapada para que bebiera.

Se quedaron mucho rato hablando hasta que llegó el sheriff, abrazo a su hijo y después de unos segundos lo soltó, para ahora si poder darse cuenta de la existencia de la chica sentada al lado de su hijo.

—Tú debes ser Morgan —estiró la mano el sheriff hasta la castaña. Ella se levantó y la aceptó.

—Así es sheriff, un gusto —saludo la chica estrechando la mano del señor. —Bueno, yo me retiro, él debe descansar y yo sigo aquí, que tengan una buena noche.

Se despidió de ambos y salió del hospital, se dio cuenta hasta ese momento que ya había oscurecido. Su casa quedaba a unos 15 minutos en autobús, pero viendo la situación tendría que caminar a las orillas del pueblo bajo aquella oscuridad.

Empezó su caminata un poco rápida pues quería llegar lo antes posible, cuando un Camaro se alineó a su caminar, del lado del copiloto bajo el vidrio lentamente hasta ver unos ojos verdes.

—Te llevó —se escuchó más como una orden que un ofrecimiento. Morgan se lo planteó durante un par de segundos antes de aceptar, no quería llegar muy noche a su casa y había visto a aquel hombre con Stiles, por lo que dedujo que eran amigos y ella podría llegar con bien a casa.

Morgan le fue indicando como llegar a su casa, y se pudo nerviosa cuando llegaron, por suerte el lobo no podía oler eso. —Muchas gracias por traerme, ¿le puedes decir a Stiles que me llame cuando pueda?

El lobo asintió antes de ver como bajaba la chica, pero la detuvo de su muñeca antes de que terminara de salir, un ardor recorrió su mano, Morgan con su trasero de nuevo en el asiento vio como Derek estaba enojado.

—Vete ya —le gruño Derek. antes de decir otra palabra la castaña salió y cerró la puerta, casi corrió hasta su casa, una vez dentro de las protecciones se sintió a salvo, ahí se dio cuenta de que Derek era un ser sobrenatural y que posiblemente la mayoría de los amigos de Stiles.

La bruja de Beacon HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora