Capítulo 21

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—Perdón —se escucho la voz quebrada de Stiles en el aire, ahí de rodillas junto al cadáver de Morgan se encontraba el chico sollozando, era el único sonido que rompía el silencio, todos a su alrededor estaban atónitos, con una pila de cuerpos alrededor y una casa en fuego convirtiéndose en ceniza, habían llegado tarde.

...

—¿Estas seguro de esto Stiles? —pregunto Scott compartiendo una mirada con toda la manada, estaba dudando un poco de la capacidad de su amigo para hacer planes. El castaño asintió en silencio.

—¿Por qué crees que nos ayudarían? Nosotros la pusimos en esa situación en primer lugar—opino Aiden.

—Porque ellos no solamente ven a alguien que los mande, la quieren y nos ayudaran, ellos pasaran las primeras barreras de defensa, por si hay algo que impida que los sobrenaturales entren, aparte de eso son inmunes a las balas y cualquier cosa —dijo Stiles decidido, estaban a las afueras del pueblo donde mantenían a su amiga encerrada, era el séptimo día y planeaban atacar la noche de ese día antes de llegar a la etapa final del ritual.

Pero para completar el plan del chico necesitaban a los hellhounds, todos los que fueran posibles, él tenia una idea para llamarlos, pero no sabía si funcionaria.

—Bien, ahora ¿Cómo estamos seguros de que la mantienen ahí?

—Las protecciones del lugar son demasiadas, aparte, en la parte trasera de la casa a la que iremos hay un símbolo de bloqueo, se quieren asegurar de que la bruja no salga —contesto Lydia.

—Su nombre es Morgan —gruño Derek.

—Comencemos con el plan —dijo en su lugar Stiles.

El haber pasado tiempo con Morgan lo había hecho llevarse algunas lecciones, como llamar a los hellhound si se encontraba en peligro, porque el, una chispa, podía llamarlos, esperaba que al menos Alatar o Darak acudieran a su llamado.

En un lugar solitario de miradas curiosas se aparto de la manada, todos vieron como el chico se hinco y empezó a trazar varias figuras en la tierra, nadie quería molestarlo, aunque no tenían muchas esperanzas en que el chico lo lograra, después de trazar varias figuras escucharon como el chico susurro unas palabras inentendibles, pasaron segundos sin que pasara nada, después minutos y las esperanzas de todos empezaron a decaer, el chico con lunares dejo caer su cabeza rendido.

En ese momento las figuras trazadas en el suelo empezaron a brillar en rojo, y en un abrir y cerrar de ojos se encontraban al menos una docena de hellhounds gruñendo frente a Stiles, la manada trato de moverse para proteger al chico, pero con un levantamiento de mano hizo que la manada entendiera que no hacía falta.

—Necesitamos su ayuda, la hemos encontrado —susurro Stiles, poco a poco todos los sabuesos adquirían una forma humana, alatar camino hasta estar enfrente de todos.

—Vamos a ayudar, pero no por ustedes si no por ella, pero no esperen nada mas, se protegerán la espalda solos, nosotros solo iremos por Morgan —sentencio el sabueso, Stiles asintió, eso era mejor que nada.

El plan se ponía en marcha justo al dar las ocho en punto, era la hora de cambio de turno, y el momento en el que podrían actuar, los nervios recorrían a cada miembro de la manada, pero los hellhound se veían impenetrables, como si ninguna emoción los recorriera, ellos estaban listos para dar su vida por la bruja, no tenían nervios ni nada que se les pareciera, estaban listos para cualquier cosa que pasara, o eso creían.

En cuanto el reloj marco la hora exacta todos se pusieron en movimiento, se acercaron lo suficiente a la gran casa y cuando paso el sujeto de guardia lo detuvieron arrancando su corazón, fue un movimiento preciso de una chica que había llegado como sabueso. Como lo pensaron en el marco de la casa había ceniza de montaña, barrera que fue pasada e inútil por los hellhound, pero la tranquilidad no duro tanto pues apenas pasar la barrera unos hombres salieron con armas disparando a todos.

La bruja de Beacon HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora