Capítulo 9

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Los hombres lobo se desmayaron casi al instante, dejando a los humanos despiertos, pero una banshee, una cazadora y un humano sin nada con que defenderse no eran algo con lo que fuera de gran competencia para diez hombres que acababan de invadir el edificio con máscaras y según escuchaban, eran muchos más, los tres se vieron arrinconados por el humo, pero uno a uno fue desapareciendo de las miras de las armas.

—¿Dónde está la banshee? —pregunto el señor que había entrado en primer lugar, cuando el humo se hubo disipado.

—No lo sabemos señor, hemos revisado todo y no hay señales de ella, la cazadora o el humano —respondió un tipo grande castaño quitándose la máscara de gas.

—A ellos subanlos a las camionetas y vayámonos —todos asintieron antes de empezar a cargar los cuerpos de los hombres lobos, antes de que despertaran todos tenían que estar atados y en el lugar que habían conseguido dentro del pueblo.

...

Después de estar horas sentada leyendo un par de libros en la habitación instalada especialmente para hechizos, quiso desperezarse tomando una taza de café, pero eso se vio interrumpido al ver en cómo invadían el loft de los Hale y de esa forma lograba dormir a todos, también escucho como iban a matar a todos aquellos que no fueran lobos o la banshee. Con apenas tiempo se concentró en ver el lugar donde se encontraban, sentirlo, y de repente ya se encontraba detrás de Stiles, su amigo volteaba a todos lados sin comprender que estaba pasando, lo toco y regreso a su casa, apenas se alejó del chico, ella regresó al apartamento para encontrar a Allison y Lydia juntas contra una pared y un par de hombres acercándose a ellas, corrió y las toco antes de que las encontraran, así desapareciendo y regresado a su casa.

Por la desaparición los tres se sentían un poco mareados, por suerte ninguno vomito, se sentían un poco desconcertados, pero al ya tranquilizarse y recordar que es lo que había pasado.

—¿Dónde están? —pregunto Lydia recuperándose y sentándose en el sillón. Morgan bajó el libro a sus piernas.

—No tengo idea, apenas logre sacarlos de ahí, pero no salieron del pueblo —contesto la bruja.

—Tenemos que ir por ellos, ¿porque nos mantienes aquí? —dijo Allison un poco alterada. Irritada la bruja volvió a levantar la vista de su libro.

—Yo no mantengo a nadie aquí a la fuerza —hizo un ademan con la mano y la puerta se abrió. —Sin embargo, quiero que tengas en cuenta que no saben dónde están sus amigos, que eso era una emboscada porque los tenían vigilados, y porque principalmente quieren a la banshee.

Detuvieron su paso hacia la puerta, vieron que Stiles aún no se levantaba. —Ella tiene razón chicas, tenemos que hacer un plan antes de andar a ciegas por todos lados.

Se vieron la una a la otra y parecieron decir lo mismo, pues volvieron a sentarse.

—A el alpha le pertenece la manada de Arizona, vinieron rastreando a Colton y Bryan, pero en el proceso se encontraron con la manada de aquí, y un premio doble, una banshee, Tyler que es el alpha cree que teniendo una banshee puede vivir más —explico la bruja sin quitar la vista del libro.

—Bien, ¿pero dónde están? —pregunto Allison.

—Yo podría hacer un hechizo de rastreo y llevarlos hasta ellos.

—¿Qué esperas? —pregunto impaciente Lydia.

—Bueno, todo tiene su precio, necesitare que paguen, cada uno me dará algo —bajo el libro, dejándolo en la mesita de al lado. —Tómense el tiempo que necesiten para pensarlo, iré a preparar chocolate.

Morgan se levantó y camino hasta perderse dentro de la cocina, ellos necesitaban discutir si en verdad necesitaban la ayuda de la bruja. Pero como no confiaban en ella, solo bastaron un par de minutos antes de que salieran de la casa.

...

Esperaron hasta que amaneciera para empezar a buscar el rastro de quienes se habían llevado a sus amigos. Pero no llegaron muy lejos antes de que las huellas se borraran. Buscaron con ayuda del sheriff que había emitido un boletín por los sospechosos. Pero ya habían pasado dos días y no encontraba nada.

La desesperación los hizo plantearse si debían de buscar la ayuda de la bruja o no, Stiles estaba convencido que no era un engaño, sin embargo, no sabía que precio pagarían, aunque tampoco le importaba mucho ese hecho, solo quería volver a ver a sus amigos.

—¿Ya pensaron en hablar con Morgan? Ella los saco, salvo sus vidas, creo que podría ayudar a rescatar a sus amigos —dijo Deaton cuando fueron a consultarlo.

—Dijo que para ayudarnos teníamos que darle algo —recordó Lydia.

—Si, las brujas cobran por sus servicios a cualquiera, a menos de que sean amigos, con esto no quiero decir que finjan, ellas saben cuándo algo es verdadero o no, sin embargo, de no haberle temido y juzgado, en este momento no necesitarían de eso, ahora tendrán que pagar el precio si quieren recuperarlos —Deaton dijo con su amabilidad que lo caracterizaba.

Los tres lo pensaron, pagarían el precio por ver de nuevo a sus amigos.

...

—¿Están seguros? —pregunto Lydia, estaban frente a la puerta de Morgan, Stiles asintió y toco, la puerta se abrió y ellos pasaron, se veía un lugar cálido con la pintura y el sol entrando por las ventanas.

—Bienvenidos, ¿qué puedo hacer por ustedes? —salió una voz de la sala, ahí se encontraba la bruja, llevaba ropa oscura con unas botas altas.

—¿Cuál es el precio? —pregunto Stiles, Morgan sonrío antes de bajar el libro de su cara y volver a su expresión seria, se levantó de un brinco del sillón y camino hasta ellos.

—Síganme —camino hasta un estante y abrió una puerta que se confundía con la pared, bajo las escaleras y ellos detrás de ella. Varios estantes con diferentes tipos de plantas, cenizas, flores, y más cosas desconocidas había terminado de bajar las escaleras, como también un escritorio y al centro una mesa de madera.

—Bien, empecemos por ti Stiles, quiero tus lagrimas —dijo la bruja y le paso un pequeño tubo de ensayo, él lo tomo y se le quedo viendo. —Cuando acabes seguiré con la siguiente, lo que ustedes se tarden será el tiempo de vida de sus amigos agotándose.

Stiles tomo una fuerte respiración antes de sacar el cuchillo del bolsillo de Allison, y pasarlo por su brazo, nadie pudo reaccionar a tiempo para evitarlo, cuando el chico ya estaba acercando el tubo a su rostro, depositando de esa manera varias de sus lágrimas en el. Le entrego el tubo a Morgan, ella fascinada lo tapo, y le tendió una botella con agua a Stiles, el chico la acepto y la bebió rápidamente.

—Allison, necesito tu sangre, en este frasco —le tendió un frasco a la chica. Ella lo tomo con desconfianza, pero al final utilizo el cuchillo que le tendía la bruja, corto su palma y deposito la sangre en el frasco. La bruja también le dio una botella de agua cuando hubo llenado el frasco.

Se volteo finalmente hacia la pelirroja, puso una grabadora en la mesa y la recorrió hasta ella. Lydia la tomo con inseguridad. —Quiero que grites.

Lydia activo la grabadora justo cuando grito. —¿Qué harás con él? ¿con esto?

—Eso ya no importa, ahora me pertenecen —tomo la grabadora y saco a todos del sótano. —Bien, vamos por sus amigos.

La bruja de Beacon HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora