Capítulo 7

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Dos días, ya habías pasó dos días en los que la bruja no despertaba, la mantenían aún en la clínica de Deaton pues no podían pasar a su casa, aparte de que querían tener el control de su mejoramiento. Poco a poco las heridas se iban cerrando, dejando cicatrices que con el tiempo también se desvanecerían.

A la tercera noche, toda la manada se encontraba en la clínica, ahí habían llevado al lobo, en la parte trasera de la clínica que da al bosque, había un pequeño cuarto donde lo encerraron. Lo tenían atado y rodeado de ceniza de serbal.

Trataban de hacerlo hablar, para saber que quería con la bruja, si tenía manada, entre otras cosas que el lobo se negaba a contestar, y como a Scott no le gustaban las torturas, no utilizaron ninguna. Pero al estar ahí todos sintieron una energía diferente, poder, mucho poder.

—¿Lo sienten verdad? Ella acaba de despertar —todos salieron del lugar para ver cómo las puertas de la clínica se abrían.

Por ella salió Morgan aún desnuda, su piel pálida contrastaba con la luz de la luna, su cabello castaño se movía con el viento, caminó hacia el bosque.

—Morgan —la llamó Stiles, pero la chica no se detuvo ni volteó, solo siguió su camino. Todos la empezaron a seguir dentro del bosque, hasta que se paró en medio de un claro, rodeado de árboles.

Todos la veían expectantes, no querían que al tratar de acercarse los dañara, así que solo que quedaron entre los árboles en espera de que supiera que estaba en un sueño.

Se arrodilló y con las manos empezó a hacer figuras en el suelo. Pequeños destellos rojizos se proyectaban de la tierra.

—main sabako maar bataoonga—se escuchó una voz de una criatura que salía de los destellos.

—nahin, ve meree samasyaen hain, main nahin chaahata ki aap isamen shaamil hon—se levantó del suelo la bruja.

Para ellos solo era una figura oscura, con apariencia humana. No sabían que estaban diciendo, pero trataron de no hacer ruido.

—main use narak se ek haund bhejoonga, ek din tum meree ladakee ho—vieron como la oscuridad la cubrió. Se levantó en el aire para finalmente dejarla acostada hecha un ovillo.

...

Despertar en el bosque a mitad de la noche era una de las cosas que más le gustaba, sentía la naturaleza fortalecerla, se levantó dejando su desnudes al descubierto de nuevo, todos se detuvieron al ver a Morgan estar consciente. Apenas un par de segundos atrás habían corrido hacia ella.

—Stiles —susurró Morgan feliz. El corrió hasta estar enfrente de ella y la abrazó. Solo fueron unos segundos al estar consciente de la desnudes de la chica de nuevo, se quitó una camiseta a cuadros que llevaba sobre otra, la puso sobre sus hombros.

—Vamos tienes que descansar, estás muy fría —la manada se hizo a un lado cuando ellos pasaron entre ellos, los sobrenaturales hicieron brillar sus ojos al sentir el poder de la chica.

En la clínica pudieron vestirla de nuevo con la bata que habían sacado del hospital, así fue como Stiles la terminó llevando a su casa.

...

—¿Dónde está? —preguntó por quinta vez en el día, nadie le quería decir a Morgan donde estaba Colton, lo resguardaban como si él fuera la víctima, eso empezó a agotar su paciencia.

—¿Para qué lo quieres? —preguntó Scott, ella solo rodó los ojos antes de contestar lo que ya había repetido.

—Quiero hablar —escucho como suspiraban.

—Te llevaremos, pero no quiero que lo mates, la verdad no sé qué es lo que vas a lograr, yo hasta utilice las garras, no pasó nada —dijo el moreno levantándose. Se encontraban en la casa de Scott después de que Morgan insistiera en querer hablar con Colton, así que Stiles la llevó con el Alpha.

Scott, Morgan, Stiles y Lydia subieron al jeep, en todo el camino a la veterinaria todos se quedaron callados, Scott le había enviado mensaje al resto de la manada para que se encontrarán ahí por si algo pasaba. Al llegar ya se encontraban los demás ahí.

—Bien, pero lo interrogaras con nosotros dentro de la habitación —le advirtió a Morgan. La manada se sentía en su mayoría agradecidos con ella por lo de Stiles, sin embargo, otra parte quería hacerles creer que ella era quien lo había puesto en peligro en primer lugar. Como dijo Deaton, el ver a una criatura que no obedece muchas reglas del mundo sobrenatural o humano infunde miedo.

—Creí que nos mantendríamos alejados de ella —recordó Malia sacando sus colmillos. Scott la tomó por el hombro para evitar que se le aventara como la última vez.

—Es por aquí —Deaton caminó hasta el apartado donde se encontraba al lobo, abrió con las llaves y todos pudieron pasar, no era muy grande pero lo suficiente como para que todos entraran y no se apretaran.

Morgan fue la que más se acercó al lobo, Colton levantó la cabeza y sonrió al verla.

—Sabía que vendrías por mí.

Tomó una silla que se encontraba cerca y se sentó quedando con los brazos sobre el respaldo.

—¿Quién te envío, Colton? —preguntó la bruja.

—Oh mi bruja, nadie me envió, salí de mi manada para buscarte con mi compañero, y hacerte nuestra esclava —sonrió el lobo.

—Si bueno, él ahora está muerto —la mandíbula del hombre se tensó. —Te contare un secreto Colton, las brujas no servimos ni obedecemos a nadie.

En un rápido movimiento la bruja aventó cenizas al aire, estás se adaptaron en un perímetro que encerraba al lobo y a ella misma. Todos avanzaron, pero ya era tarde, no había forma de pasar.

Levantó una de sus manos e hizo que las sogas y las sillas desaparecieran.

—¿Sabes? Disfruté matándolo, sentí como el poder del lobo me recorría, el solo trato de escapar para llegar con su compañero —dijo la bruja con una sonrisa mientras caminaba en el círculo.

Colton se transformó, sacando sus garras y colmillos, atacó a la bruja, a ella le bastó con solo moverse de lugar y chocará con la barrera.

Los que estaban fuera de la barrera no sabían que hacer, sabían que uno iba a terminar muerto, tampoco entendían porque se echaba la culpa de la muerte de su compañero cuando había sido Derek. La bruja se quitó la chaqueta que llevaba y la aventó fuera de la barrera.

Ella seguía invitándolo a atacarla, y solo se movía para que chocara con la barrera, pero eso la cansó, así que lo inmovilizó.

—¿Sabes lo que les pasa a los bastardos como tú? —preguntó tomándolo del mentón y acercándolo lo a su cara. —Los mando al infierno.

—Disfrute mucho hacerte gritas, oh sabias tan bien cuando te mordía, en definitiva, lo volvería a hacer maldita bruja —escupió el lobo cuando Morgan lo soltó.

Ella se dio la media vuelta lentamente, hasta que vio al lobo, cortadas empezaron a crearse en la piel del lobo, cada cortada, rasguño, mordida que él le había hecho ella se lo provocaba haciendo que su dolor fuera el doble. Ahí fue cuando los demás trataron de intervenir, pero la barrera no los dejaba pasarla, ni siquiera Lydia o Stiles lo lograban.

—No pasarán, así que si no quieren ver cómo muere, les recomiendo que salgan de aquí —al terminar de decir eso y ver cómo Lydia y Stiles salían. Tomó la cabeza del lobo que se encontraba de rodillas y saltando sobre él, le arrancó la cabeza. Acercó la cabeza del lobo y le dio un beso en su frente, así fue como se volvió en ceniza en cuestión de segundos.

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main sabako maar bataoonga (voy a matar a todos)

nahin, ve meree samasyaen hain, main nahin chaahata ki aap isamen shaamil hon (No, son mis problemas, no quiero que te involucres)

main use narak se ek haund bhejoonga, ek din tum meree ladakee ho.

(Le enviaré un sabueso del infierno, tienes un día mi niña).

La bruja de Beacon HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora