Capítulo 10

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Harry leyó con atención la pantalla frente a él, sus ojos recorrieron una a una las líneas desplazadas en ella y asintió despacio al percatarse de que se encontraba en la sala correcta. Miró alrededor con atención y caminó hacia la cinta corrediza situada a unos cuantos metros, una vez de pie junto a esta sus ojos recorrieron parte por parte la inmensa estructura del lugar y se detuvo en el techo por unos segundos, luego sus ojos bajaron y se concentraron en los grupos atestados de personas caminando de prisa frente a él. Todo seguía tal y como lo recordaba, Harry resopló ante aquel pensamiento y se llevó una mano a la cintura mientras sacaba distraídamente su móvil. Una mujer de baja estatura y avanzada edad se abrió camino entre el tumulto de personas, Harry la observó por el rabillo del ojo y se hizo a un lado al percatarse que su bolso no cabía entre los cuerpos, entonces la mujer avanzó y se situó junto a él. Al cabo de unos minutos pudo divisar su equipaje a lo lejos, se inclinó para recogerlo cuando llegó frente a él y se dispuso a seguir su camino hacia la salida, pero de pronto se detuvo. Se fijó en las personas alrededor, quienes parecían ajenos a la escena, y entonces se adelantó hacia la cinta, tomando por sorpresa a la anciana, pero logrando que se apartase.


—Aquí tiene—dijo tras levantar el equipaje con facilidad y ponerlo sobre ruedas junto a ella.

—Muchas gracias—la mujer lo observó a través de sus gruesas gafas y le regaló una cálida sonrisa. Harry asintió en dirección a ella y la mujer despacio empujó su equipaje para pronto continuar su camino.


Oh, Nueva York, pensó. Todos tan de prisa, preocupados por lo suyo, desatentos con los demás, una sonrisa involuntaria apareció en sus labios mientras emprendía su caminó en dirección contraria. Siguió las señalizaciones del aeropuerto JFK, que por cierto recordaba a la perfección, y caminó por la terminal con la extraña, pero familiar sensación de estar nuevamente en la ciudad. El sol iluminaba a tope a través de los inmensos cristales junto a los cuales pasaba, siendo las once con quince de la mañana, le urgía algo de comer, pero esperaría hasta salir de ahí. Detuvo su paso cuando llegó a la puerta número dos y miró alrededor en busca de alguien en particular, luego llevó la vista hacia su teléfono dispuesto a hacer una llamada, pero frunció el ceño al ver un mensaje de Nicole en la pantalla.

La madrugada anterior ambos se despidieron en el aeropuerto de Londres con la promesa de hablar solo cuando él volviese. Deseaba aprovechar el tiempo que pasarían alejados para pensar en lo que quería para sí mismo, sin ser influenciado por nada más que sus propios deseos y decisiones. Después de la conversación en su apartamento no estaba seguro de muchas cosas y tenía más de una duda por resolver. Sabía que no estaba feliz con cómo las cosas habían estado funcionando con Nicole durante los últimos meses, pero le importaba lo suficiente como para no desligarse de ella por completo. Sin embargo, no iba a negar que le entusiasmaba pasar tiempo a solas, o específicamente, alejado de ella.


—Harry Styles...—dijeron a sus espaldas. El castaño volteó instintivamente y una enorme sonrisa apareció por su rostro cuando se encontró con un ya familiar rostro a unos metros.

—Chad Collins—le dijo de la misma forma y guardó su móvil, seguro de que respondería el mensaje luego.

—Joder, tío, ven aquí—el moreno le dijo y ambos se unieron en un fuerte abrazo lleno de entusiasmo. Había pasado mucho desde la última vez en que se vieron.

—Dime que me extrañaste—dijo divertido sobre su hombro.

—¿Y cómo no? —Chad le dijo mientras se apartaba un poco para bruscamente depositar un beso sobre su mejilla. Harry hizo una mueca—Bienvenido de regreso—le dijo dando leves golpes sobre su espalda antes de apartarse. Ambos se inclinaron por el equipaje para dirigirse hacia la salida.

Flicker [H.S]Where stories live. Discover now