How are you?

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Salí a través de la puerta, siendo empujada por un par de personas que estaban más apresuradas que yo en llegar a su destino. Pude percibir su olor y unos segundos más tarde lo encontré parado en el recibidor esperando por mi. Sonreí amigablemente y corri hacia sus brazos. Lo había extrañado bastante y a juzgar por el abrazo que recibí, él también me había echado de menos. Él beso mi frente y tomó mis maletas, guiandome por el lugar. Era la primera vez que viaja en avión y solamente lo hice porque los Cullen me habían regalado el pasaje. Ellos me trataban como un miembro más de su familia. A pesar de la última discusión que tuvimos.

-¿Tuviste miedo? - Dijo Emmett sonriente, mientras abría la puerta para que pueda subir al vehículo.

-No, una chica como yo no le tiene miedo a las alturas -. Dije sonriendo victoriosa, Emmett soltó una sonora carcajada y dejo las maletas en el baúl, para luego ingresar al asiento del conductor.

-Me alegra que lo hayas disfrutado. Ahora, acá está mi campera. Se que no es muy decente, pero tu vuelo se atrasó demasiado. Estamos llegando tarde -. Dijo Emmett observando el reloj del celular. Asentí y agarré su campera.

Mi vestido estaba guardado adentro de mi bolso de mano, así que no tenía que esforzarme mucho en buscarlo. Me comencé a desvestir y antes de quitarme el sostén cubrí mi piel con la campera, dándole la espalda a Emmett. No tenía vergüenza a mostrar mi cuerpo, pero tampoco iba a ser una exhibicionista. Maniobre lo mejor que pude para colocarme el vestido sin que ninguna zona íntima fuera expuesta, hasta que por fin pude terminar con esa tortura. Emmett estacionó en frente de la casa de los Cullen. Allí habían más autos y personas llegando al lugar.

-¿Ya terminaste o tengo que quedarme a vigilar que no hayan fisgones en la zona? - Dijo Emmett sin levantar la vista del piso. Sonreí ante tal acto. Sin duda alguna, Rose era muy afortunada.

-No, ya terminé. Podemos bajar en paz -. Dije mientras abría la puerta y le entregaba la campera a Emmett.

Él me acompaño a la entrada y me guió hasta el patio. Después se retiró para ir a cambiarse la ropa que tenía puesta, por una acordé a la situación. Me sorprendí bastante cuando recibí la tarjeta de invitación a la boda de Edward y Bella, estaba contenta por la fiesta pero no por Jake. Sabía exactamente lo doloroso que habrá sido para él enterarse de esto, pero era un tanto obvio. Decidí aceptar la propuesta para ver a la pareja, incluso con nuestras diferencias les tenía aprecio. Además, había otro hombre que estaba esperándome impacientemente. Recibí unas tres cartas de Paul después de dos semanas sin vernos. Me causaron mucha gracia, ya que no creí que me extrañará tanto, y a la vez me confundieron. La letra de Paul no era tan comprensible como otras, es como si hubiera escrito las letras cuando estaba en su forma lobuna. Sin embargo, aprecie cada detalle de ellas. La tinta, las anécdotas y emociones que reflejaban, el diseño de los sobres, la forma en la que había borrado o tachado algunas cosas, entre otros.

-Oruro, que bueno verte. Pensamos que no vendrías -. Dijo Carlisle dándome un corto abrazo, seguido por el de Esme.

-No me perdería una boda. Y el gesto de los boletos fue muy amable, muchas gracias -. Dije observando los a ambos. Ellos asintieron y sonrieron.

-Ven, vamos a tomar nuestros lugares. Te reservamos un asiento al lado de Billy, Sue y Seth. ¿Te parece bien? - Dijo Esme tomando mi mano.

-Me parece perfecto.

Me sorprendí todavía más al ver la decoración del lugar. Todo estaba hermoso, adoraba las decoraciones florales o relacionadas a la vegetación. Pude sentir un cosquilleo en mi estómago, no sabía si eran por la ansiedad, la emoción de volver o ambos. Esme me indico mi lugar y me pidió que esperara a que llegarán los demás. Asentí y me quedé en el lugar. Pude divisar al resto de invitados y la mayoría eran una mezcla de fríos, humanos y por supuesto, hombres y mujer lobo.

-¿Porqué mejor no le haces un ultrasonido? Quizás así te sientas menos angustiada -. Dije un tanto enojaba al escuchar a los "amigos" de Bella hablar sobre la razón de la boda. Los cuatro se quedaron callados y un tanto asustados por la agresividad en la que solté mis palabras. No me gustaba este tipo de gente y mucho menos cuando arruinaban el momento -. Si tanto les molestaba venir, no hubieran asistido.

-Oruro, ¿Ya estás peleando? - Dijo Billy sonriente y dirigiéndose a su lugar. Sonreí e ignore a los chicos. Me levanté de mi lugar y lo saludé con un abrazo bien fuerte, de en serio que los había extrañado mucho. Hice lo mismo con Sue y Seth, me entristeció saber que Leah no vendría, pero después tendría tiempo para hablar con ella.

-No, solamente charlaba con otros invitados.

-No vuelvas a irte nunca más, Oruro. Paul estuvo todo el mes taladrando nos la cabeza con tus recuerdos -. Dijo Seth intentando sonar fastidiado, aunque sabía que él estaría de la misma forma. Sue y Billy rieron.

La ceremonia comenzó y Bella apareció al final del pasillo junto con su padre. Ambos se veían increíbles, al igual que Edward en el altar. Sonreí como estúpida al notar las miradas que ellos se lanzaban. Sin duda alguna estaban muy enamorados.

(...)

-Vamonos -. Dijo Sam interviniendo en la conversación. Jacob había aparecido en el lugar para hablar con Bella. Aunque el encuentro se estropeó debido al temperamento de Jake y las decisiones de Bella. 

Todos nos retiramos del lugar, sin poder despedirnos del resto de los Cullen pero no podíamos ignorar la orden de Sam. Mi corazón papito ferozmente al ver a Paul, incluso si era un mal momento, estaba muriendo en vida al verlo. Las conversaciones a través de las cartas eran una cosa, pero tenerlo cara a cara era completamente distinto. Sin que pudiera darme cuenta de lo que hacía, me dirigí hacia él.

-Cuánto tiempo sin vernos -. Dijo Paul sonriente y dándome un beso en la mejilla, bastante sonoro. La tos de Billy nos separó y ambos reímos.

-Ella va a ser mi huésped, así que espero que mañana este en casa sana y salva, ¿Entendido? - Dijo Billy cruzando se de brazos. Paul asintió y tomo mi mano para guiarme hacia la moto que estaba aparcada a unos pocos metros de nosotros.

-Mañana la llevo a tu casa, no te preocupes -. Dijo Paul riendo mientras seguíamos corriendo y subimos a la moto.

En cuestión de segundos, la moto rugió con fuerza. Paul aceleró rápidamente y condujo de noche a través de la carretera. Durante el corto camino hasta la casa de él me di el lujo de molestarlo y besarlo en el cuello y en la oreja, provocándole escalofríos. Nuestra "relación" se había arreglado. No éramos oficialmente una pareja, pero ya no íbamos a seguir negando lo que sentíamos. Logré explicarle que no debía de sentir celos por Emmett, ni por nadie más. Ya que solamente tenía ojos para él y eso pareció calmarlo. Y el hecho de que estemos juntos ahora es una prueba de ello.

• Aullidos de amor | Paul Lahote •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora