Apenas había dormido.
A pesar de sentirme segura, o al menos, algo más que en un inicio, no me terminaba de convencer la idea de quedar dormida junto a alguien que podría matarme si lo quisiera.
A la hora acordada, yo fingía estar dormida cuando posó sus manos sobre mi brazo y se acercó a la altura de mi cara para comprobar si estaba despierta. Al ver que tenía los ojos cerrados, me sacudió suavemente.
—Vamos.
Salimos de aquel lugar.
Estaba algo destemplada. Me cubrí con mis propios brazos. Pronto amanecería, y no sabía qué hacer con respecto a todo esto. Además, le notaba un poco... raro.
Algo no encajaba.
Llegamos al coche de mi hermana, me subí en el asiento del copiloto. Se quedó parado, ni siquiera arrancó.
—Oye, yo... —Comencé a decir.
—Calla. —Ordenó. Comenzó a palpar todos los lugares del interior del auto: los asientos, las alfombrillas... Al mirar en dirección a los pedales, arrancó un pedazo de plástico recubierto por una especie de esponja. —Mierda... —Susurró.
Un micrófono.
Cuando parecía que las cosas comenzaban a tener sentido, siempre había algo para hacerme cambiar de opinión.
Salió del coche y se paró junto a mi ventanilla. Hizo señas para que bajara.
—No podemos usar el coche. Iremos a pie.
—¿Qué está pasando? —Pregunté.
—Es obvio que no puedo hablar de ello. Venga, vamos. —Comenzó a caminar, despreocupado pero prudente. Sus ojos se movían con rapidez vigilando cada esquina.
Me adelanté con rapidez.
—Pasa algo malo, ¿verdad?
—Sí.
—¿Qué tiene que ver conmigo?
—Me quieren a mí, y van a usarte para conseguirlo.
—¿Quiénes?
Suspiró.
—No me preguntes sobre eso, no puedo responderte. Cuanto menos sepas, mejor. No quiero que te veas involucrada en esta mierda por mi culpa.
—Oh, que bonito. —Al pronunciar estas palabras, me miró mal, de reojo. —Oye, dijiste que me ibas a decir tu nombre.
—Fred.
—Mientes.
—No puedes saberlo. —Replicó.
—Si puedo. Dame tu identificación. —Exigí extendiendo la palma de mi mano, provocando una pequeña risa en él que desconocía.
—Te diré mi nombre si prometes que no vas. contárselo a nadie más.
—Lo prometo.
—Dame tu teléfono. —Al oír esto, le miré con miedo. —No voy a salir corriendo.
Puse mi huella dactilar para desbloquearlo y se lo tendí. Mientras caminábamos, escribía algo en el bloc de notas. Me lo devolvió.
Jackson Wang.
—¿En serio?
—No te mentiría.
—Antes dijiste que te llamabas de otra manera, eso es mentir.
—Eso es una broma.
En mitad de la conversación, un ruido puso nuestros sentidos alerta. Un sonido parecido a una pisada de hojas hizo que Jackson me rodeara con fuerza con uno de sus brazos y mirara a su alrededor, al igual que hacen los leones en los documentales.
—Creo que ha sido el viento. —Sugerí, tras un rato parados.
—Perdona. —Me soltó y seguimos caminando. —Estoy un poco... Asustado.
Jackson Wang, el chico de los penetrantes ojos negros, la afilada mandíbula y las intimidantes manos, estaba asustado.
Por cada paso que él daba yo tenía que avanzar dos, lo cual a largo plazo se convirtió en asfixiante.
Una de las cosas que más miedo me dan de él es su capacidad para observar, analizar y concluir en cuestión de segundos. La prueba de esto fue que notó mi cansancio y ralentizó el paso.
Tan sólo quedaba llegar al fondo de la calle y ya estaría en casa.
Jackson se mostró especialmente alerta durante este último recorrido. Al llegar a mi portal, pensé que tan solo se marcharía, pero pidió que le dejara entrar. Al principio desconfié un poco, pero finalmente, accedí.
—Vamos a hablar en el ascensor, los micrófonos funcionan peor allí.
Nos metimos en el interior de éste. En ningún momento presionamos ninguno de los botones que nos llevarían a los pisos superiores. Al cerrarse la puerta, comenzó a hablar, casi susurrando.
—Escucha, tienes que hacerme caso esta vez, estoy tratando de protegerte. Desconfía. Desconfía siempre, hasta que te indique lo contrario. De tus amigas, de tus padres. De mí, si lo crees necesario. Van a por ti, y cada palabra que digas es información valiosa para ellos. Te lo he dicho antes, y te lo diré de nuevo: el objetivo soy yo, tú eres el medio. No voy a permitir que utilicen personas inocentes para sus fines rastreros, menos si es por mi culpa. Cuídate mucho, no nos veremos nunca más, así estarás bien. —Tomó aire, visiblemente nervioso. Buenas noches.
—Para. —La agarré de las mangas antes de que accionara la llave que abre las puertas para salir. Sabía desde un principio que había algo malo con este chico, pero no imaginé que tendría que verme yo en esos asuntos.
«Así que por eso me dijo que me alejara».
—¿Estarás bien? —Pregunté.
Asintió.
—Gracias. Por todo. —Fueron mis últimas palabras antes de verle salir del ascensor.
Uno cortito porque no da para más <3.
![](https://img.wattpad.com/cover/217832856-288-k320344.jpg)
ESTÁS LEYENDO
half past five : jackson wang
Fanfic❝Los delincuentes de la ciudad actúan por una única ley: la paz deberá reinar en las calles desde cinco y media de la madrugada y durante cinco horas y media❞ Hwang Hana podría simplemente haberle ignorado, pero había algo en sus profundos ojos negr...