Capitulo 11

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Aun sobre el hombro de sora, sintió como empezó a adentrarse a la habitación y después de unos pasos la dejo caer al suelo sobre un lindo piso de marfil. Sin saber qué hacer y llena de miedo se quedo en el suelo recostada sin querer alzar la cabeza para ver al emperador

"aquí esta sesshomaru-sama"

La voz de sora era orgullosa mientras estaba parado detrás del cuerpo de la mujer, el resto de los caballeros estaban ligeramente dispersos detrás de su capitán mientras miraban al emperador con ligero orgullo en sus rostros ante su misión exitosa

Sesshomaru quien no había dicho una palabra se enderezo en su trono y enfoco sus ojos con en el pequeño cuerpo de la mujer que estaba en el suelo. De un solo vistazo la reconoció, piel blanca, cabello negro y la ropa que tenía puesta era la que tenía el día en que se había ido

Sus manos apretaron con fuerza los reposabrazos de su trono y sus pupilas se ensancharon al verla. Desde su lugar podía ver la cuerda que restringía sus muñecas, y la mordaza de su boca, haciendo que una ira brotar a de su pecho y se extendiera por todo su cuerpo

Los mataría, esos caballeros a los que les había ordenado traerla serian torturados y luego los mataría personalmente de la forma más dolorosa posible

Apretando los dientes con fuerza se levantó de su trono haciendo que los caballeros retrocedieran un paso dando le espacio para que se acercara a la mujer. Mientras caminaba hacia ella, ignoro todas las miradas de los nobles que tenía frente y también a los caballeros que custodiaban la sala del trono

Hubo varios jadeos cuando el mismísimo emperador se arrodillo para apartar el cabello del rostro de la mujer. Por primera vez sus ojos se encontraron. Los ojos de kagome se abrieron con asombro al ver el hombre frente a ella. Al verlo lo reconoció, pero al mismo tiempo no. Su rostro era igual a yuuto, el hombre que había salvado, pero el hombre frente a ella era el mismísimo emperador, era imposible

En sus mejillas había unas marcas y en su frente estaba una luna creciente que lo distinguía como el heredero al trono, solo los de sangre real nacían con las marcas en las mejillas, pero aquellos que tenían la luna sobre la frente eran los herederos al trono. Yuuto no había tenido esas marcas en su rostro

Quería hablar, pero la mordaza en su boca lo impedía. Haciendo una mueca intento sentarse, pero el dolor de su estómago lo impidió así que solo se quedó ahí tirada viéndolo sin comprender que estaba pasando

Sesshomaru quería sonreír al ver la expresión sorprendida de kagome, pero no pudo nada más que fruncir el ceño oscuramente al ver más de cerca las heridas que tenía. Sus muñecas estaban rojas y raspadas con algunos rastros de sangre y podía ver algunas marcas moradas de sus brazos y parte de sus piernas

Apretando los dientes con fuerza para contenerse se enderezo a toda su altura y sus ojos se posaron en los caballeros. Quería matarlos ahí mismo donde estaban parados, pero no quería que kagome viera toda la sangre que derramaría, no quería que ella le tuviera miedo

"enciérrenlos en las mazmorras"

Jadeando los caballeros adoptaron una posición de defensa y miraron a sesshomaru con expresiones asustadas

"¿sesshomaru-sama?"

"¿Qué está pasando?"

"hemos cumplido la misión con éxito, ¿no es cierto?"

Escuchando las inútiles preguntas de los caballeros su rostro solo se oscureció cada vez más y un aura peligrosa empezó a envolverlo haciendo que sudaran frio

"claramente había ordenado que la mujer no fuera herida"

Sus palabras eran fuertes, con amenaza y odio bajo su voz. Cerrando sus bocas con un chasquido bajaron la vista al suelo al darse cuenta de que él tenía razón, habían fallado una simple orden que ahora les costaría la vida. Cuando varios caballeros se acercaron para llevarlos a las mazmorras intentaron resistirse, pero con solo una mirada de sesshomaru detuvieron su resistencia y fueron casi obedientemente con los caballeros. Si no lo hacían su castigo sería peor

Viendo que los caballeros se habían ido regreso su vista a kagome y sin decir una palabra saco un cuchillo pequeño y con un solo movimiento corto la cuerda que amarraba sus manos antes de quitarle la mordaza de la boca

"t-tu..."

"silencio"

Su demanda era suave sin ningún rastro de orden en su tono, pero kagome aun así lo obedeció. Satisfecho la tomo entre sus brazos haciendo que varios nobles y caballeros presentes entraran en pánico al ver que su emperador frio y sangriento cargara a una plebeya con cuidado

"llama al médico" Le dijo a uno de los caballeros mientras empezaba a salir de la sala del trono con pasos fuertes "las reuniones serán pospuestas" se detuvo en la puerta y giro su rostro para ver a los nobles que bajaron inmediatamente la cabeza con miedo "por ahora están despedidos"

Y sin dar tiempo a que hablaran giro su rostro y salió por la puerta aun cargando a la mujer en sus brazos. Hubo un silencio sepulcral en la sala del trono donde solo pudieron verse entre sí, sin saber qué hacer. Sabían instintivamente que si llegaban a hablar lo que había pasado en ese lugar serian asesinados, así que solo pudieron guardar silencio

Cuando salieron de esa hermosa sala kagome alzo la vista para ver a sesshomaru. Sus ojos, su cara, su cabello, todo era tan igual a yuuto que quería llorar. Sintiendo las lágrimas al borde de sus ojos, quiso alzar una mano para tocar su rostro para ver si no era un sueño, pero se detuvo, ella no tenía el derecho de tocarlo. Sin saber que hacer hablo con voz suave y ligeramente rota

"¿y-yuuto?"

El nombre que salió de sus labios atrajo su atención. Necesitaba saber si era verdad, necesitaba saber si él era realmente el hombre que había cuidado. Al escuchar el nombre familiar sesshomaru bajo la vista hacia kagome e inconscientemente suavizo su mirada

"¿Qué pasa, kagome?"

Sintiendo un nudo en su garganta bajo su rostro y trato de limpiar sus lágrimas solo para que sesshomaru sostuviera su mano suavemente

"no te muevas, no agraves tus heridas, el medico vendrá pronto"

Sin saber cómo reaccionar ante el asintió y se quedó quieta en sus brazos analizando todo lo que acababa de pasar. El hombre que había sido un esclavo resulto ser el emperador y al parecer ahora podía hablar, ¿tal vez era para cuidar su identidad? Era una buena razón. Como si escuchara las preguntas de kagome, sesshomaru le dio un breve vistazo mientras caminaba por un largo pasillo

"te contare todo después de que te revise el medico"

Asintiendo con alivio miro con curiosidad el largo, pero hermoso pasillo en el que estaban

"¿A dónde vamos?"

"a mi habitación"

Sorprendida por la repentina respuesta negó con su rostro y trato de bajarse de sus brazos, pero el la sostuvo con más fuerza, pero sin llegar a lastimarla

"n-no, puedes dejarme en un cuarto de sirvientes, o tal vez en el establo, estoy segura que sería cómodo"

Frunciendo el ceño con ira acelero su paso

"no, mi habitación es el lugar más seguro del palacio, no dormirás en otro lugar"

Quiso protestar pero con un solo vistazo se detuvo y bajo la vista a sus manos con resignación. Viendo que ahora estaba tranquila, sonrió un poco y miro la puerta que llevaba a su cuarto. De un solo movimiento abrió la puerta y se adentró acercándose a su cama donde dejo a kagome suavemente

"quédate quieta" viendo que no se movería avanzo hacia la puerta y se asomó por el pasillo viendo a una sirvienta, con una seña ella se inclinó ante el "has que el medico venga a mi habitación y prepara un baño"

"si, sesshomaru-sama"

Viendo que la sirvienta se iba, regreso al cuarto solo para detenerse en la entrada al ver la vista frente a él. Kagome estaba recostada en la cama con cansancio en sus ojos, pero tenía una gran sonrisa en su rostro cuando lo vio. Después de lo que habían sido meses interminables y cansados para él, su cuerpo por fin se relajó al verla

El emperadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora