Capítulo 10. Solo has visto el inicio

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 —En la segunda planta está un salón de eventos, el spa y un área exclusiva para venta de

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—En la segunda planta está un salón de eventos, el spa y un área exclusiva para venta de...juguetes

Mis ojos se iluminan. ¡Grandioso! ¿Habrá juguetes para hombre? Aún tengo pendiente equilibrar la puntuación en el tablero.

—Es increíble—murmuro

—Lo sé. Sígueme—sonríe orgulloso y da la vuelta. Entra al asesor. —En la planta baja esta el lobby, la recepción, el salón y la entrada al paraíso—me da un vistazo con expresión divertida. Si, lo sé, lo que él llama el paraíso, los demás lo conocemos como el pecado.

Llegamos a la planta baja y va al fondo.

—Este es el área deportiva. — Abre la puerta corrediza y queda ante nuestros ojos un gran campo de pasto verde, fresco y recién cortado. Hay mucha gente jugando golf. Y yo pensando que solo era un edificio y resulta ser más grande.

—Me gusta

— Ven, te quiero mostrar algo —me toma de la mano y salimos del edificio, camina al otro lado del estacionamiento y se detiene frente a un auto blanco que desconozco la marca pero es increíblemente bonito y costoso. — Todo tuyo — lo miro boquiabierta. No me lo puedo creer.

— ¿De verdad? — me cubro la boca para evitar gritar de emoción

— Si. Adelante, disfrútalo —quiero saltar y gritar a los cuatro vientos. ¡Tengo un auto! Pero un horrible pensamiento pasa por mi mente

— No me lo estarás dando como pago por acostarme contigo ¿verdad? — frunce el entrecejo, confundido

— Claro que no

— Ni porque te moleste llevarme en la limusina ¿Verdad?

— Por supuesto que no. Solo creí que sería bonito detalle pero si no lo quieres...pues me lo llevo

— ¡Claro que no! — salto sobre él. Pasa sus manos por mi trasero y me pega a él. Lo abrazo por el cuello y uno nuestros labios. — Me encanta. Gracias — suspiro y pego nuestras frentes.

— Por nada — susurra. Vuelvo a besarlo. Disfrutando de su ligero sabor a vino y su deliciosa forma de besar con la lengua. Nos devoramos la boca hasta que necesito respirar con urgencia y nos separo — Vamos a dentro — dice

— Quiero ir de compras

—Tengo trabajo pero le diré a Alexander que te lleve

—¡Me niego a entrar en esa cosa! —grita Alexander señalándolo y viniendo hacia nosotros.

—Lo harás. —Jean le sonríe y Alexander frunce el ceño. Llega negando con la cabeza.

—Absolutamente no—se cruza de brazos y Jean sonríe.

☆☆☆

Media hora después conduce mi auto. Se escucha tan...bien. Aunque claro, a él no le parece "a su nivel" se ha quejado todo el camino. "Que está muy chico" "que no le gusta el color" "que sería mejor si lo llevara a la chatarra". En fin.

Pacto Perfecto: De Pornstar A  Mascota Del Demonio (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora