Epílogo

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2 años después:

-Win ven y ayúdame con esto.-Gritó un nervioso Mew.

-Jajaja en serio ¿Se te está resistiendo la pajarita?-Respondió divertido el menor.

-Calla y ayúdame.

-Creo que nunca te había visto tan nervioso. 

-¿Y qué quieres? Estoy a punto de casarme con el amor de mi vida.-Dijo feliz.

-Parece mentira que ya hayan pasado dos años desde que Gulf entró a Metawin ¿Quién le iba a decir a él que su vida cambiaría tanto? Y mejor aún ¿Quién te iba a decir a ti que dejarías tu vida de sexy gigoló para comprometerte con alguien.

-Jamás lo hubiese imaginado, pero en el momento que conocí a Gulf supe que mi vida ya no sería la misma.

-Joooii qué romántico se volvió mi querido primo.

-Al final tendré que darle la razón a Bright.

-Aw.. ¿Cómo es eso?

-¡Eres una verdadera molestia!


Mientras tanto en la casa familiar de Gulf el ambiente era similar. El pelinegro se encontraba feliz pero muy nervioso al mismo tiempo. Su hermana y Bright lo ayudaban a prepararse cuando la puerta de su habitación se abrió de par en par. 

-¡Tío Guuuuulf! Apo.-Se escuchó.

Tras eso un chiquitín se enganchó a la pierna de este quién lo cogió con amor entre sus brazos. Tras él llegaba Malai.

-¡¡Khalan!! Ven aquí. Vas a manchar el traje de tío Gulf.

-No te preocupes me hace muy feliz teneros aquí.-Respondió un sonriente Gulf.

-Bueno hermano, es hora de salir si no queremos que Mew se ponga nervioso.

Los familiares y amigos de Gulf salieron de su hogar. Debían dirigirse al lugar donde la ceremonia tendría lugar.


Minutos más tarde Mew ya se encontraba allí, también junto a sus familiares y amigos. Todos estaban felices. Se notaba que los jóvenes se amaban mucho y habían luchado mucho para llegar hasta aquí. El padre de Mew besó la frente su hijo:

-Ahora es tu tiempo, tu tiempo de formar tu propia familia. Siempre sin olvidar tus raíces. Te deseo toda la felicidad del mundo hijo mío, al igual que yo lo fui junto a tu madre. Te quiero.

-Gracias papá, yo también te quiero mucho.-Respondió un emocionado Mew.

La ceremonia tendría lugar en un hermoso jardín de uno de los hoteles de mayor prestigio de la ciudad. El verde era el protagonista sin lugar a dudas. Todo estaba pensado al milímetro. Un hermoso arco de flores presidía el lugar, junto a él sillas blancas enlazadas con tul blando lo acompañaban.

De repente una voz se escuchó:

-¡Viene Gulf!

Mew, que lo esperaba bajo el arco de flores, se giró y se encontró con su futuro marido. Junto a él le acompañaba Khalan, quién con un diminuto traje celeste iba tirando pétalos de flores. Una vez llegaron hasta Mew este se agachó y besó al pequeño.

-¿Quién es este hombrecito tan guapo?-Preguntó Mew.

-Khalan tío... soy Khalan.-Le respondió el pequeño con una hermosa sonrisa.

El pequeño se retiró junto a su madre y Mew se levantó encontrándose con los ojos de su ser amado.

-Mi hermoso Gulf.

-Mi increíble Mew.


La ceremonia transcurrió llena de emoción y felicidad. Mew y Gulf ya estaban casados y todos celebraban felices y dichosos. Tras el banquete los novios se encontraban en una pequeña pista improvisada bailando cuando un grupo de artistas reconocido apareció.

-Hola, somos Scrubb. Este regalo es por parte de vuestros padrinos quienes os aman mucho.

Sin más los acordes comenzaron a sonar y todos saltaban y bailaban sin parar. Mew y Gulf estaban felices, no se esperaban un regalo así. Realmente Win y Bright fueron los mejores padrinos que podrían tener.

Un poco más alejados se encontraban estos disfrutando también de aquel concierto improvisado.

-Debo reconocer que tuviste una gran idea, mi pequeña molestia.

-¡Pues claro! Sabes que soy el mejor ¿Aún no te das cuenta?

-Sí, me di cuenta el día que te conocí. Win ¿Te casarías conmigo una vez termines tus estudios?-Preguntó un emocionado Bright mientras sacaba un anillo.

Win se quedó impresionado. Aunque su nueva vida junto a Bright era inmejorable no se esperaba aquella proposición y mucho menos en un momento como ese.

-Bright ¿Hablas en serio?-Respondió emocionado el menor.

-No hay cosa que me haga mayor ilusión en mi vida que compartirla contigo, entonces ¿Qué dices?

-¡Claro que sí morenito! Acepto, acepto, acepto.

Bright no lo dudó y colocó el anillo en el dedo de su amado para posteriormente comérselo a besos.

-Te amo, pequeña molestia.

-Te amo, morenito.

¡Maldita sea mi suerte!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora