Capitulo 13. Cumbres Borrascosas.

1.5K 68 0
                                    

Quería hacerle desear... Hasta que el ruido de un móvil nos alertó a ambos, haciéndonos separar rápidamente.

-Joder.- Masculló debilmente mientras se levantaba a cogerlo.— Dime. No. Es su culpa. Si, esta conmigo. Vete a la mierda.— Colgó.

—¿Quien era?— Pregunté intentando mostrar que no me importaba. Aunque realmente la curiosidad me mataba.

—No es asunto tuyo.— Abrió el armario. Se puso unos vaqueros y una sudadera.

—¡¿Se puede saber porque hace un momento nos estábamos besando y ahora estas así de borde?!—Grite haciéndole voltear para mirarme.

—Me has besado tú.

—¿¡Pero a ti que te pasa?!

—Me voy. Quedate aquí. Regresaré por la mañana.— Se calzó las bambas y salió por la puerta.

No me creo que me haya dejado con la palabra en la boca. Alucino. Hace un momento nos estábamos besando y ¡ahora se va dejándome aquí, sola!

¿A donde se habrá ido?

No podía dormir, esa pregunta me estaba comiendo la cabeza.

Me levanté y me puse a inspeccionar libros que tenía por la librería para ver si me podía entretener con alguno.

—Cumbres borrascosas. ¿Con que también te gusta?— Dije para mi misma. No podía creer que un chico famoso, con tatuajes e informal como Dani le gustaran esta clase de libros.

Por fin pude relajarme un poco y conseguí dormirme.

Por la mañana cuando me desperté, la habitación estaba desierta. No había ni rastro de Dani.

Me vestí, cogí mis cosas y me fui de aquella fría habitación.

Al bajar, me encontré con Jesús y Jane limpiando el desastre que habían hecho ayer. La gente estaba tirada por el suelo dormida. Busqué a Charlie pero no estaba. Donde se habrá metido ahora este.

—Chicos, ¿sabéis donde esta Dani?— Les pregunté.

—Eh... No. Creo que anoche salió, pero todavía no ha vuelto.— Contestó Jesús. A lo que yo asenti.

—¿Y Charlie?— Añadí.

—Hace unas horas se despertó y dijo que iba a salir a buscarte porque pensaba que te habías ido.—Respondió esta vez Jane.

—Vale, gracias, adios— Me despedí de la forma más educada que encontré en aquel momento ya que la furia me comía por dentro.

¿Y ahora yo como volvía a casa? No llevaba dinero para coger el autobús, no tenia coche, mi móvil no tenía batería. Resumiendo. Estaba perdida.

Comencé a caminar sin rumbo hasta que oí a alguien llamarme. Volteé para averiguar quien era a lo que apareció Jesús.

—¿Pasa algo, Jesus?— Pregunté una vez frente a él. Sus ojos color café me atravesaron como si de rayos-X se trataran.

—Eh... No, solo que, como Dani no está ni tampoco Charlie, pensé que estarías perdida.— Murmuró soltando fuertes ráfagas de aire ante el gran esfuerzo que había hecho al intentar alcanzarme.

— Pues si, has dado en el clavo. Mi teléfono móvil no tiene batería. ¿Me puedes prestar el tuyo para que me vengan a buscar?

— Si lo que necesitas es transporte, yo te puedo llevar.—Dejó escapar una cálida sonrisa que su hermano nunca expresaría. Menos frente a mi.

—Me harías un gran favor.— Le devolví el gesto de forma cordial.

Cállate y Bésame (HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora