CAP 5

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Arrienda un novio, dijeron. Será inofensivo, dijeron. Y con "dijeron" se refería a su estúpida consciencia empujándolo a tomar la peor decisión de su vida entera.

Quizás había subestimado su mala suerte.

—Fue un gusto conocerlos— dijo Luke estrechando las manos de Calum y Ashton cuando estos se iban—. Después les mandaré los nudes adorables de mi Mikyko. ¡Hasta pronto!

Michael suspiró aliviado cuando la puerta del local se cerró tras las espaldas de sus mejores amigos, ambos abandonando la escena del crimen en la cual Hemmings había asesinado las
pocas gotas de dignidad restante que albergaba Michael.

Humillación no era suficiente para describir lo que había sentido. Había sido tan jodidamente mortificante. La sonrisa complacida de Luke cuando las mentiras brotaban de su boca con tal naturalidad, como si las hubiese estado estudiando desde hacía tiempo. Calum se había esforzado por distraerlo y cambiar a un tema más trivial, a lo que Luke no puso
resistencia. Gracias a ello, gran parte de la cita doble se salvó.

Pero no del todo.

—¿Qué tal? ¿Cómo estuve?— preguntó el rubio apoyando su mano en el borde de la mesa.

Sonaba orgulloso. Orgulloso. Michael alzó la mirada hacia él, viéndole a través de sus pestañas mientras una emoción inquietante se hacía cargo.

—¿Podemos hablar?

—¿Mm?— La expresión ingenua en su rostro tocó un nervio sensible—. ¿De qué?

—De qué— repitió en un aliento incrédulo.Luke se encogió de hombros.—Si tienes algún problema, manda un correo al organizador.

Un correo... Michael se levantó del asiento con lentitud, sus ojos quedando a la misma altura que los de Luke. El rubio ladeó la cabeza con curiosidad.

—¿Qué pas- ¡Ah!— El oji-verde asió el brazo del contrario con fuerza y jaló de él hacia la calle trasera delrestaurant.Hemmings trastabilló en el camino—. ¿Pero qué haces, imbécil? ¡Suéltame!

—¿Por qué lo hiciste?— gruñó cuando se hallaron a solas.

—¿Hacer qué?

Los dedos de Michael presionaron más sobre su piel, un fuego desconocido quemándolo por dentro. Odiaba el tono que Luke utilizaba al hablar, odiaba su maldita sonrisa de satisfacción, odiaba la manera en que fingía ignorancia después de arruinarlo todo. Y sin darse cuenta, lo último que quedaba de su autocontrol, se esfumó.

—¿¡Qué mierda fue eso!?— gritó volteándose para verle a la cara. Luke se estremeció—. ¿Sabes cuántos malditos problemas causaste allá adentro? ¿Tienes alguna idea de lo poco
profesional que te comportaste?

Michael lo libró de su agarre con brusquedad, apartándose de él con ambas manos en la cabeza, buscando paciencia y alguna forma de resolver el lío en el que Luke lo había metido. No podía creer que hubiera confiado en un completo desconocido para esto. No podía creer que le hubiera pagado y que el imbécil ni siquiera hubiera hecho el trabajo bien. ¿Qué
jodido servicio era ese?

Los envolvió un silencio, un silencio tenso que fácilmente podía romperse y desencadenar un desastre. Michael  ya había lidiado con demasiado para continuar por el mismo sendero. Pero Luke no, él no estaba ni cerca del incendio que estaba buscando crear. Ya había quebrantado el autocontrol y paciencia que el rubio tanto se esforzaba por mantener.

Quizá ya era hora de terminar esto.

No había llegado hasta aquí para arrepentirse.

—Te lo merecías— Se halló a sí mismo susurrando. Por un momento pensó que Michael no lo escucharía, pero al verlo voltear en su dirección con una oscuridad irreconocible en sus ojos fue suficiente para saber que sí lo había hecho.

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