—¿Bajamos? —pregunta y niego tumbándome
—Venga, pasa de ella y ya está —dice y me giro
—No es tan fácil Sirius —digo y se tumba a mi lado
—Explícamelo, igual te entiendo —me giro y lo miro, a esos hermosos ojos grises que tanto me gustan
—Todo empezó cuando teníamos seis años, cuando yo estaba jugando con James, ella me quitaba los juguetes, así hasta que teníamos nueve años, con once, estabamos con James volando en las escobas y ella me tiró, James voló hasta mí y me subió de nuevo en la escoba, el verano de los trece, osea, el verano pasado. Estaba hablando con James, creo que de Lily, para no variar... Cuando James se fue de mi lado se acercó y empezó a echarme en cara todos esos años. Yo creí que solo la caía mal pero... Estaba celosa, de que James se llevara mejor conmigo sin ser nada de sangre. Ese verano discutimos, a tal punto que yo volví a casa antes, por eso ya no estaba cuando vinisteis vosotros el año pasado —digo y me mira asintiendo
—Lizzy, el problema es ella, no tienes que excluirte tú. Y no puedes estar así, hoy no eres esa Lizzy que está todo el día con una sonrisa, que no deja de hablar con Remus ni un segundo, que no deja de escribir en ese cuaderno que llevas a todos lados. No eres esa Lizzy que discute conmigo hasta por una mota de polvo. Hoy no eres nuestra Lizzy y quiero que vuelva —le sonrío y nos levantamos
—Ha vuelto y para quedarse. Además ya no discutimos tanto —el sonríe travieso y se acerca a mi mesa
—¡Dame mi cuaderno! —se lo quito y el vuelve a cogerlo
—¿Y qué pasa si lo abro? —abro mucho los ojos y me acerco corriendo
—¡Ni se te ocurra Black! —digo sería y se rie, ne devuelve el cuaderno y me guiña un ojo
—Algún día lo leeré —dice caminando a la puerta
—Si claro... En tus sueños —susurro y voy con él
—¿Te encanta hacerme rabiar o qué Orion? —
—No te haces una idea Atenea —dice y le pego en el brazo
—No me llames Atenea, lo odio —él rie y bajamos
