#4. GOT MY NUMBER

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La música retumbaba en sus oídos, logrando que le fuera imposible escuchar las voces ajenas a su alrededor. Tampoco es como si le interesara realmente. El lugar era iluminado escasamente por las luces de colores similares a las de una discoteca. Incluso había una especie de bar improvisado en una de las esquinas de la habitación. El ambiente era alegre y excesivamente eufórico, inconscientemente se encontró frunciendo su nariz ante la mezcla de aromas tan diversos e intensos por la situación. Las feromonas flotaban en el aire libremente, nadie parecía estar controlando su olor, demasiado perdidos en el momento.

Era una fiesta después de todo, nadie recordaba sus preocupaciones, no después de por fin finalizar otro semestre infernal de la universidad. Es por este mismo hecho que la celebración se había organizado desde un principio, teniendo como objetivo que todos los presentes se liberaran del estrés acumulado y que divertirse se volviera la única responsabilidad al menos esa noche.

Se abrió paso entre la multitud de cuerpos sudorosos y danzantes, esquivando olímpicamente esos susurros sugerentes y miradas caóticas que pretendían invitarlo a unirse al baile. Llegó hacia uno de los sillones libres del lugar para sentarse despreocupadamente, un vaso con bebida en su diestra porque no pensaba beber si quiera una gota de alcohol porque había ido en su motocicleta.

Bebió lentamente, dejando que el líquido helado recorriera su interior, refrescándolo de toda esa sensación de asfixia que le producía esa gente reunida. Revisó la hora en su celular, comprobando que era cerca de la media noche y ya todo era un completo desastre en el interior del lugar y podía asegurar que en el patio el estado no era mejor. Había asistido a la fiesta junto a sus mejores amigos, pero los perdió de vista hace como media hora, aunque creía tener una idea de donde podían estar metidos. No hizo el intento de buscarlos, solo fue en busca de algo para beber y así pasar el rato unos minutos más, pronto se iría probablemente.

Se detuvo a mirar hacía la improvisada pista de baile donde las personas parecían fundir sur cuerpos con los de los demás de forma muy sugerente. Discretamente olfateó el aire, llenando sus fosas nasales, cerciorándose de las sensaciones a su alrededor. Analizó todo, buscando algo que no estuviera bien, algo diferente, su cuerpo tensándose. Sin embargo, confirmó que todo estaba bajo control para su suerte. Su alfa se relajó en su interior pero seguía alerta.

A pesar de todas esas feromonas dispersas libremente dentro de esas cuatro paredes, él estaba suprimiendo su propio aroma, evitando que flotara y se mezclara con los ajenos. Y no lo malinterpreten, solamente no quería llamar la atención más de la que su apariencia ya daba. No estaba interesado en unirse a la marea de cuerpos en la pista, ni tampoco socializar. WonHo solo quería disfrutar de su relativa tranquilidad en ese sofá.

Sin embargo, no contaba con que su paz fuera interrumpida en contra de su voluntad.

Estaba bastante entretenido viendo como un grupo de personas hacía una especie de batalla de baile en la pista cuando un peculiar aroma llegó a su nariz como una caricia suave. Se perdió en ese nuevo aroma que antes no estaba en la habitación, sus sentidos puestos en encontrar la fuente de el. Sin querer sus pupilas se dilataron tenuemente y comenzó a liberar su propio aroma como si fuera una respuesta. Su alfa ronroneo en su interior ruidosamente, ansiando que fuera tras ese exquisito aroma, frambuesas y limón, refrescante como una limonada a mitad de verano.

Cada vez se hacía más intenso, se acercaba hacia donde el estaba, más aún no podía divisarlo entre tantas personas. Sus ojos se paseaban incesantemente por todo a su alrededor, escaneando la habitación minuciosamente. Hasta que finalmente vio esa cabellera platinada acercándose al bar improvisado a unos metros de donde estaba sentado. Estaba sonriendo con esa hermosa sonrisa que tenía de labios abultados y rojizos, sus ojos entrecerrados por el ataque de risa que tenía. Charlaba con sus amigos, los conocía, mientras esperaban algo de beber.

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