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La única persona que necesitas en tu vida es aquella que desmuestra que te necesita en la suya.
Siempre supe que mis padres tenían secretos; nunca me dejaban tener amigos, o salir a fiestas. Era como si trataran de protegerme de algo. Sin embargo, cuando trataba de preguntarles el porqué nuestra vida era tan antisocial me cambiaban el tema. Así que deje de insistir por un tiempo.
Aborrezco a mis padres, enserio lo hago. Nunca están en casa, nunca tienen tiempo para mí; siempre es primero el trabajo o las amistades. Lo raro es que ni siquiera sé donde trabajan, nunca hablan de ello conmigo. Aunque ya no me importa en lo más mínimo.
Me encontraba en mi cuarto; escuchando música. Actualmente me encontraba escuchando “Heroes” de David Bowie. Cabe mencionar que es una de mis canciones favoritas aunque esté un poco vieja. Es la canción del tunel en la película de las ventajas de ser invisible.
Creí escuchar ruidos demaciado fuertes, lo primero que se me vino a la mente fue que se había caído algo, pero caí en cuenta de que estaba sola en casa y ese ruido sonó más como una pistola.
Entré en pánico, así que tomé la pistola que estaba debajo de mi almohada. Tenía miedo, en estos momentos le agradezco a mi padre por darme esta arma, o tal vez no. Probablemente me mate yo sola, por pendeja. No sé como se usa esta mierda.
Volviendo a donde estábamos, tomé la pistola y apunté hacia mi puerta, alguien estaba girando la perilla lentamente, y lo primero que se me ocurrió fue agarrar mi teléfono y salir por el balcón. El balcón estaba tan cerca del balcón de la otra habitación que sólo brinque y me metí a la habitación de mis padres.
Apuntaba con la pistola hacia enfrente y me metí en el armario de papá, escuché que abrieron la puerta y guardé silencio. Verifiqué que mi teléfono estuviera con todo el volúmen abajo, no quería que me mataran por pendeja.
Escuché la voz de un hombre acercándose y hablando por teléfono.
-Hace rato escuché a la zorra cantando, estoy seguro que está por aquí escondida. –Voy a matar a este cabrón, a mi nadie me dice zorra.
El tipo se asomó abajo de la cama de mis padres, para después acercarse sigiliosamente hacia el armario, lo pensé, fue pegarme al techo, pero no pude. El pánico estaba matándome y si hacia algún ruido sabía que este hijo de perra me iba a matar de una manera u otra.
Me recargué en la pared y sentí que se abrió una puerta, ¡DIOS MÍO! Esta puerta falsa me salvó la vida. Pude meterme antes de que abriera el armario. El tipo se fue con el teléfono en mano.
-La zorra se escapó, preparen el equipo, esperemos a que lleguen los Winchester y los mataremos.
¿Cómo chingados este cabrón sabía tanto? ¿Cómo sabía en donde vivíamos? ¿Cómo sabía el apeido de mi familia y mío? Y lo más importante, ¿Quién es este hijo de perra?
Me aseguré de que el viejo gordo no me escuchara y le mandé un mensaje a mi mamá y a mi papá.
“No se que diablos está sucediendo, unos señores dijeron que nos matarían cuando ustedes llegaran a casa, intentaron buscarme, estoy a salvo, tengo la pistola conmigo, estoy muy asustada, ¿QUÉ HAGO? AYÚDENME.”
Envié el mensaje y me metí más a fondo, prendí un foco viejo que se encontraba ahí y me encontré con innumerables armas, balas, bombas y un montón de pendejadas más. Tomé tres pistolas y las cargué. Agarré una bolsa de mamá y metí ahí las pistolas. Vaya, es como si me hubieran entrenado pero para ser sincera no se que mierdas estoy haciendo.
Mi teléfono comenzó a vibrar, contesté. Llamada de papá.
-Hija, ¿Qué diablos? ¿Quién está en la casa? –¡MIERDA JOHN, TE DIJE QUE ESTO PASARÍA Y NO ME ESCUCHASTE, TODO ESTO ES TU PUTA CULPA!- Se escuchó la voz de mi Mamá al fondo.
-No se papá, no se. Estaba en mi cuarto escuchando música y escuché el sonido de una bala, querían entrar a mi cuarto así que me pasé por el balcón a tu cuarto y me metí al armario. Linda colección de armas; por cierto.
-Escúchame hija, en estos momentos no puedo darte una explicación, pero tienes que hacer todo lo que diga. ¿Estamos deacuerdo?
-Está bien, apúrate. Vendrán en cualquier momento.
