El príncipe de las tinieblas; Sekaiichi Hatsukoi {RxT} FINALIZADA.

31. Out Masks.

31. Out Masks.

"—¿La has visto?—"

Su fotografía sonriente junto aquella horrible pregunta, ¿Cómo era que el peor temor de un Padre se estaba volviendo realidad? Pasar días bajo la incertidumbre, aferrarme a la idea de que te encontrabas bien, engañarme que volverías a mis brazos, pensar que algún día escucharía de nuevo esa angelical risa. ¿Fui demasiado pretencioso? ¿Acaso debí aceptar nuestra nueva realidad?

"—Lo sentimos señor Kirishima pero su hija...—"

No. Jamás podré aceptar que te alejaran de mi lado, que esa persona robara tu sonrisa, apagaran tu luz. Así deba morir y volver a nacer, necesito saber que estás bien. Mi pequeña niña, mi más preciado tesoro, ¿Cómo permití que esto te pasara? —Dijiste que harías lo que fuera por verla, no lo arruines—esas duras palabras, ¿Por qué se vuelve difícil? No me importa si soy yo quien sufre, si soy yo quien deba romperse, pero ¿Puedo hacerle lo mismo que te hicieron a ti a alguien inocente? Cuando lo pienso de esta manera, me atemoriza conocer la respuesta.

Desde el momento en que llegué a este lugar todo ha sido tan confuso, no tiene importancia tratar de entenderlo, sentirme vacío, como si mi alma fue robada en el momento en que te fuiste, ¿Está bien si quiero aferrarme a esas palabras? Volverte a ver, tengo miedo que todo recuerdo siga fresco en ti. Servir al hombre de las tinieblas, ¿Alguna vez lo habría imaginado? ¿Estarías molesta por esto? ¿Te decepcionaría?

—Será mejor que te concentres—Me advirtió. Su serena voz no se comparaba con la intranquilidad en su mirada, es curioso, la manera en que parece dudar pero no da marcha atrás a sus acciones. Me recuerda un poco a Hiyori, ambos tan testarudos sin importar que sean dado cuenta lo equivocados que están. 

—¿Por qué le sirves?—Mis pensamientos salieron por mis labios, haciendo detener al duro hombre frente a mí. Nos encontrábamos cerca de cruzar el lumbral que nos permitiera salir de los avernos. —¿Poder? ¿Lo sigues como su marioneta porque quieres algo de su poder?—Deduje, viendo como te hundes cada vez más, ¿Acaso tiene sentido para ti? —Sabes que jamás lo tendrás ¿Cierto? Solo eres un juguete para él.

—Cállate, tu no sabes nada—Me dedicó esa mirada llena de rencor que sin embargo, no pareciera estar dirigida a mí. Recuerdos, odio propio, se perfectamente sobre ello.

—¿Te gusta?—dije, siendo tan simple como ese par de palabras, ¿Te han dicho que eres fácil de leer?—Te enamoraste de él ¿No es así?—Permaneció callado, alejando la mirada para ver algún punto en esta densa oscuridad que nos rodea. Así que tenía razón, aunque no he estado tanto tiempo aquí, a pensar que no tengo nada que ver contigo y aun así ¿Por qué debería entrometerme? —Él está hundiéndote, ¿No puedes verlo?—