El príncipe de las tinieblas; Sekaiichi Hatsukoi {RxT} FINALIZADA.

12. Dejarse llevar

  

12. Dejarse llevar

¿Por qué hago todo esto? Sentirme molesto por alguien más ¿Por qué me comporto de esta manera? Es ridículo. Tú me conviertes en alguien ridículo. La ansiedad de creer que me serias arrebatado, este no soy yo, este no es el Takano Masamune que todos conocen. ¿Qué me has hecho? —Ah—me quejé.

—Lo siento—Alejó el trapo húmedo de mi rostro, reaccionando por inercia ante mi quejido. —No te muevas, debo limpiar tu herida—Dijo para acercase una vez más.

Estamos en mi habitación, yo recostado en el gran mueble de la pequeña sala que se encuentra aquí. Onodera es increíble, haciéndome hacer todo tipo de cosas, ¿Por qué lo hago? —Ya te dije, que no es necesario—Conectamos miradas por unos segundos, desviándola al sentirme algo intranquilo. Estar así de cerca de alguien más. ¿Cuándo me había importado?—Sanarán por si solas, déjalas—

Guardo silencio un momento, entendiendo de lo que hablaba, tomando asiento sobre el suelo estando cerca de mi. — ¿Quién era ese tipo?—Finalmente preguntó algo molesto. Recordar su cara ¿También te hace sentir enojado? —Fue demasiado grosero a mi parecer, no entiendo como alguien puede ser tan desagradable— siguió hablando perdiéndose en el recuerdo de aquel tipo. 

 

—Es un Ángel—"de donde perteneces" muriendo ese par de palabras en mi boca. Decírtelo o no, ¿Por qué sigo preguntándomelo?

—¿Un ángel?—repitió luciendo confundido—¿Ese tipo en serio era un ángel?—preguntó sin creerlo. Girando su vista a las puertas de cristal que daban al balcón. 

—Si, siendo yo un demonio nos convierte en enemigos naturales—Respondí, apareciendo unos momentos ese perfil que era iluminado por una tenue luz rojiza. Parecía perdido en sus pensamientos, hasta que notó lo que había dicho.

—Eso es ridículo—se burló un poco, volteando a verme finalmente. ¿Ridículo? —No entiendo porque serlo solo por seguir los pasos de los demás, eso es tonto—explicó. —¿Alguna vez han intentado hablar?—

Me quedé callado, viendo esas esmeraldas que siempre tenían algo diferente que expresar. Eres único, y eso lo sé. No entiendo la manera en que ve las cosas, habiendo sufrido tanto y aún así dispuesto a mostrar esa sonrisa para seguir a delante. No existe rencor, no hay nada que me deje saber que no eres perfecto. —No necesitan seguir los pasos de los demás, continuando una Guerra que ya nadie debe saber porque inició—Decir eso último, era lo que necesitaba para comprenderlo.

Una fue encendida en mi interior, la señal de esperanza que necesitaba, esa que me daba la oportunidad de elegir. No puedes darte cuenta de ello, lo fuerte y pesadas que han sido esas palabras para mí. ¿Acaso tienes idea de lo que me has hecho? —¿Takano?—Su susurró quedó en el aire, siendo sus labios lo único que llamaban mi atención. Sentir lo hinoptizantes que son sus ojos con el atardecer en el fondo, tú no puedes estar haciéndome esto. No debiste hacerlo.