人類 Jinrui - Muzan Kibutsuji.

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Hace 15 años

Mi nombre es __________ Hikari, tengo 5 años de edad. Soy una niña baja, piel blanca, cabello blanco algo ondulado, hereditario de mi mami y ojos esmeralda.

Hoy estaba pasando por el bosque como hacía de costumbre todas las tardes, buscando unas flores para mi mami y mi hermana, mi papá casi nunca está en casa, siempre está de viaje y nunca viene a casa así que, creo que he crecido sin el.

Luego de haber recogido las flores blancas que hay en la orilla de el río, esas que le encantan a mami, iba corriendo de vuelta a mi casa, tan rápido como daban mis pequeñas piernas 

Narradora

La pequeña se acercaba a su casa, pero desde pequeña poseía un buen olfato, por lo que desde lejos, a sus fosas nasales, llegó un olor muy extraño que ella no conocía pero estaba segura de que provenía de su casa. Así que salió corriendo más rápido, o eso trató, creyendo que su mamá estaba cocinando algo sabroso de nuevo.

Antes de entrar a la casa escuchó la voz desconocida de un hombre, no era su padre, no veía seguido a su padre pero sabía como era su voz y desde luego sabía como Olia, este no era el.

Fuera de su casa, estaba el tubo de metal que ella usaba como espada para jugar, lo alzó y entró cuidadosamente a la casa con ella. Al ver a un hombre bastante alto, con cabello algo ondulado, un traje bastante elegante, pero eso a ella no le importó, lo que hizo fue darle un buen golpe con el tubo a el chico en la cabeza.

Kibutsuji se dio la vuelta, dispuesto a matar a quien le había hecho tal daño, o quien tenía tantas agallas para hacerlo, pero al girarse no vio nada más que un tubo tirado, decidió ponerse a buscar quien era el gracioso.

La pequeña se estaba escondiendo detrás de unos arbustos, horrorizada, a los pies de ese hombre había visto a su familia llena de algo rojo, conocido como sangre por lo que no sabía como reaccionar, al sentir como aquel hombre se acercaba tomó una piedra, pensó que si le daba en la cabeza ella tendría tiempo para correr así que se levantó y le lanzó la piedra pero este hombre la atajó.

Kibutsuji: Eres solo una niña- dijo mirándola con desgano ¿cómo había tenido la fuerza para alzar aquel tubo?

__________: ¿Y a ti en qué te afecta?- habló con una voz bastante aguda

Es demasiado valiente para hablarme de este modo, ni siquiera debe saber quien soy. Esta niña tiene agallas, es valiente- Pensó el pelinegro mirándola

Estoy por mojar mis pantalones, quiero que se vaya para ir a ver a mi mami- Pensó ella

Era pequeña, cabe decirlo pero era algo inteligente por todo lo que su mamá antes le había enseñado

__________: ¿quién eres... y que hacías aquí con mi familia?- habló alzándose, lista para correr

Kibutsuji: Tu familia fue atacada por un demonio, están muertos- habló con total seriedad mirando a la niña frente a el

Ella no sabía que era un demonio, ni mucho menos como asimilar que su familia estaba muerta además ¿Significaba que no los volvería a ver?

__________: D-Debo irme..- habló ahora con la voz temblorosa al igual que sus piernas

Kibutsuji: ¿Por qué no vienes conmigo? Puedo protegerte de esos seres malignos- Habló con la misma seriedad de siempre

Ella asintió con timidez, aquel hombre le extendió la mano y ella la aceptó gustosamente para luego comenzar a seguirlo. Ella no sabía en qué lío se estaba metiendo al aceptar, después de todo solo era una inocente niña, engañada por el mismo hombre que mató a su familia, pues tanto ella como si familia, eran de esos que tenían sangre especial, con solo probar un poco es como haberse comido a 100 personas.

Muzan solo se estaba llevando a esta niña para robarle su sangre luego, o en otras palabras comérsela, pues su sangre era muy especial y la estaba guardando para más tarde básicamente

__________: Señor...- habló con timidez y el la miró

Kibutsuji: ¿Si?- contestó caminando con ella de la mano

__________: ¿Que va a pasar con mi familia?- Disminuyó su tono de voz un poco, por miedo a la respuesta

Kibutsuji: No volverás a verlos, están muertos, ya no están en este mundo. Ahora tu estarás conmigo y tienes que obedecerme, más tarde te lo explicaré para que entiendas bien- Habló en un tono dominante que que la niña le hizo tener un escalofrío

Ella decidió no decir más nada, seguir con el camino. Siempre fue una niña obediente así que no tenía problemas en obedecerle a quien ahora estaría con ella, este señor el cual ni siquiera sabía como se llamaba