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SomewhereinnorthernItaly 1985
Mi nombre es Anne, acabo de cumplir los 18 años, yo vivía en Estados Unidos pero por algunas cuestiones nos vimos en la necesidad de viajar a Italia y comenzar una nueva vida allá , el lugar era divino, el ambiente era muy agradable estaba emocionada no iba a mentir, pero el hecho de alejarme de toda mi vida y mis amigos en América me afectaba.
Llegamos a la que sería nuestra casa, era más grande que la pasada pero bastante hermosa. Cada uno fue a su habitación a desempacar sus cosas tenia bastantes expectativas, en muchos ámbitos, conocer gente nueva, hacer amigos y mantener un estilo de vida agradable. Ya por la tarde mis padres me llamaron a mi y a mi hermano mayor.
-Iremos a la casa de Anella Perlman una vieja amiga, te van a caer bien Anne, su esposo es maestro de Historia sé que tendrán mucho de qué platicar.-
-Pues hay que ir ya.-dijo mi padre con una sonrisa en el rostro.
Los Perlman vivian cerca de nuestra casa, por lo que llegamos en muy poco tiempo, la casa era preciosa por fuera, rapidamente salieron dos personas mayores, supongo que la amiga de mamá y su esposo.
-Anella es un gusto verte- dijo mamá abrazando a su amiga- estamos muy emocionados de vivir aquí.-
-Sabes que es un gusto tenerlos con nosotros, el es mi esposo, mi hijo Elio salio un momento pero no tardará en volver, es de la misma edad que la pequeña Anne se llevarán bien.- en ese momento lo único que pude hacer fue sonreirle a la señora Anella.
Mi mamá se fue a platicar con su amiga, mi hermano y padre fueron con el señor Perlman por loo que lo único que decidí hacer fue caminar por la casa. Me encontraba mirando los arboles respirando el ambiente tan tranquilo pensando en que quería que eso fuera lo siguiente que quería pintar en algún cuadro hasta que sentí la presencia de alguien más detrás mio. Al voltear vi a un joven de cabello rizado y ojos verdes quien me miraba con una cara seria parecía que tenia mi edad, por lo que le sonreí.
-Hola, soy Anne.- dije estirando mi mano para saludarlo, el la tomó y respondió.
-Elio, Elio Perlman es un gusto.- dijo con su rostro mas relajado que hace unos instantes.
-Supongo que Anella es tu madre, yo soy hija de Elizabeth amiga de tu madre.- debía admitir que Elio era bastante atractivo.
-Si, ella es mi madre- respondió con una sonrisa- ven conmigo, te enseñare mi hogar.- tomó mi mano y empezamos a caminar.
Elio era bastante agradable, apenas habíamos platicado unos minutos y sentina que ya le tenia la confianza suficiente para platicarle todo lo que pasaba por mi cabeza. El era bastante tranquilo y la paz que emanaba de el sentía que me la transmitía con tan solo mirarlo a los ojos.
-Entonces me di cuenta que no me sentía cómoda estando ahí, y la verdad me dolió mucho, yo los consideraba mis amigos mas cercamos, por eso me aleje por un momento, a decir verdad me cuesta confiar en las personas, pero tu eres diferente, mírame, te estoy contando mis problemas.- solté una risa y voltee a verlo.
-Me alegra que sientas confianza hacia mi, nos llevaremos bien, eso tenlo por seguro.-
De pronto llegó Anella.
-Elio, que bueno que ya conociste a Anne, los estábamos buscando, la cena esta lista.- dijo limpiándose la manos en su delantal y entrando de nuevo a su casa.
La cena pasó de los mas agradable, la familia Perlman eran de los mas agradables, eran muy cálidos y nos hacían sentir como en casa y sin darme cuenta los días, las semanas y los meses fueron pasando y mi amistad con Elio seguía creciendo, somos tan unidos, hacemos todo tipo de actividades juntos, nadar, leer, lo escucho cuando escribe su música, el escucha atentamente lo que escribo, mis padres, lo quieren, y como no hacerlo si es un chico maravilloso.
-Gracias Elio.- dije mirando hacia el techo.
-Gracias¿de que Anne?.- pregunto volteándose para mirarme mejor.
-Pues, porque aunque estaba emocionada por vivir aquí, una parte de mi tenia miedo, miedo de no ser aceptada, de no tener amigos, sin embargo te conocí y creo que en ti encontré todo lo que estaba buscando.- Elio solo me miro, su rostro no reflejaba ninguna emoción mas que la de tranquilidad- Y si te soy sincera creo que me estoy empezando a enamorar de ti, y eso me agobia como no tienes una idea, yo se lo que paso con Oliver y créeme que te voy a entender si tu no sientes lo mismo que yo.-
Y no pude decir nada mas, Elio me había besado de una manera tan tranquila, cada uno tomándose su tiempo, sintiendo las vibraciones de nuestros cuerpos al estar juntos, nos separamos lentamente y me miro a los ojos.
¡Hola! Espero se encuentren de lo mejor, estoy muy feliz de estar escribiendo esto, y si les esta gustando me harían muy feliz si comentaran y votaran.
