𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 2

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Pasadas unas horas, deje al pobre ratoncillo muerto en una esquina, observe que nadie viniera y saque todos mis escritos con el lápiz que los acompañaba, lo mejor que se me ocurrió en ese instante fue escribir:
"El aire era húmedo donde la princesa Cordelia estaba cautiva, la constante oscuridad la hizo perder la vista, un peligro para su cordura y personalidad acechaba pero también sabía que la rescatarían de tal horrible lugar la princesa de pelo azabache que tuvo en tiempos un color zanahoria rió al escapar por los bosques encantados cautiva de nuevo se coló en la torre para escribir su historia sabiendo que una vez más no podrían retenerla demasiado, ya que seria salvada por un caballo lagarto volador llegado del mundo de las hadas, estaba segura de que la reina de este encantador mundo no permitiría que la princesa sufriera más".
-¡Shirley! ¡Shirley!- escuché repetidas veces a la matrona, me buscaba, como la mayoría de las veces, de forma instantánea guarde todo bajo una madera rota y me dirigí hacía donde me requerían -aquí estás pelirroja asquerosa- me agarró del brazo de una forma similar a como lo había hecho la noche anterior, y me sacó a la calle -ve a recoger la leche, el encargado está en la parte trasera del orfanato- en ese instante se me ocurrió la idea más alocada que mi imaginación me pudo otorgar, solo ansiaba una cosa más que una familia, mi libertad y eso era lo que conseguiría aquella tarde de diciembre, me fui a la parte trasera y me adentré en el bosque todo lo que pude, corrí y corrí, hasta que un señor bajito y gordito me paro de un golpe -¿adónde vas jovencita?- preguntó con una sonrisa, no sabía que responder, si le decía la verdad lo más probable era que me devolviese al orfanato, pero si le mentía estaría perdiendo mi esencia, yo era muchas cosas pero no una mentirosa, por lo que opte en decir la verdad -trato de escapar señor- contesté con la cabeza gacha -¿escapar de dónde? ¿del orfanato? - preguntó extrañado, yo asentí con la cabeza -pero niña desagradecida, ¿te dan cobijo en el mejor orfanato de Canadá y tú quieres escapar? ¡ven aquí en este mismo instante niña desgraciada! - en ese momento, salí corriendo hacía el lado contrario de donde estaba ese hombre, pero me agarro la muñeca antes de que pudiera siquiera dar un paso, me llevo hasta la puerta del orfanato de nuevo con las vasijas llenas de leche en el carro en el que venía -¡qué ocurre aquí!- comenzó a gritar la matrona al verme llegar de aquella manera -esta huérfana, ¡deberías vigilar más a estas niñas de pacotilla, se escapan como si de un parque infantil se tratará! – contestó el horrible señor aún sin soltarme mi ya adolorido brazo -¡Shirley! ¿Cuándo dejarás de darme problemas? Ve a tu dormitorio ahora mismo y no te muevas, te va a entrar en la cabeza el tener modales de una manera o de otra – Salí corriendo soltándome del brazo de aquel hombre, comencé a llorar desconsoladamente, estaba asustada, muy asustada y me dirigí como la matrona me había ordenado al dormitorio, pero antes de llegar vi en un cuarto, encima de una pequeña mesita, un libro, en concreto el libro que me comencé a leer la otra noche Jane Eyre, entre en aquella habitación, lo cogí y me lo metí debajo del vestido, llegue a la habitación y lo escondí debajo de mi colchón para que nadie lo encontrase, al incorporarme, comencé a oír ruidos de una correa dando contra las paredes una y otra vez, de repente levanté la mirada y encontré la horrible mirada de la matrona -¿preparada para tu castigo Shirley? Porque va a ser peor de lo que jamás te hayas imaginado-

Anne with an E ~ De una pesadilla a un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora