Anne with an E ~ De una pesadilla a un sueño

𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 7

-gracias... por cierto ¿Quién eres? – pregunté muy curiosa, era muy raro que no se hubiese presentado ya -me llamo Gilbert – pero nunca alcancé a oírlo, él sonrió y se marchó, él tampoco supo mi nombre, suponía que jamás volvería a verlo, aunque eso me apenaba bastante.
- ¡Anne! Baja a desayunar o llegarás tarde a tu primer día de escuela – me levanté confusa, recordaba todo de la noche anterior, pero ¿y el muchacho? ¿Cuándo se había ido?, mire hacía abajo y moví el tobillo, ya no me dolía ¿acaso era un brujo que me había sanado el tobillo? - ¡Anne! – volvió a gritar Marilla sacándome de mis pensamientos - ¡Ya voy! – grité de vuelta, esperaba ver a aquel joven de nuevo, pero como sabía que era imposible, lo alejé de mis pensamientos y me dispuse a bajar a desayunar para ir a la escuela -Anne, ¿Qué ocurrió ayer? – preguntó Marilla mientras que yo daba un bocado a mi tostada - ¿a... ayer?- pregunté tartamudeando, ¿lo sabía todo? -ayer fuiste a dar de comer a Belle, no llegarías tarde por quedarte imaginando cosas que no son ¿verdad? – suspire -no Marilla, di de comer a Belle y me fui a la cama, estaba agotada y sabía que hoy debía ir a la escuela así que no tarde mucho en subir – dicho esto me levanté de la mesa y me fui a fuera con la intención de ir a la escuela, salí y me fui por el bosque, estaba tan emocionada por la escuela que no me lo podía terminar de creer -¡BOO! – di un salto -¡maldita sea! ¿quién ha sido? – pregunté muy exaltada – he sido yo zanahoria- me di la vuelta, era él -hola de nuevo y tengo que decirte un par de cosas: uno, ¿Qué haces aquí? Y dos, no me llames zanahoria – dije pícaramente mientras seguía con mi camino -uno, voy a la escuela, igual que tú supongo y dos, te llamo zanahoria porque no sé tu verdadero nombre- dijo dándome la vuelta haciéndome quedar tan cerca de él que me provocaba escalofríos -me llamo Anne Shirley Cuthbert y por favor con E al final y tu nombre- dije separándome un poco para tratar de controlar mis nervios -mi nombre es Gilbert Blythe, encantada- dijo estirando el brazo para darme la mano, yo inmediatamente reaccione al gesto repitiendo este quedando al fin nuestras dos manos juntas -igualmente Blythe- ambos nos quedamos embobados mirando al otro, hasta que me di cuenta y aparte la mirada sonrojada -vamos a clase- él asintió, comenzamos a caminar pero ninguno de los dos se percató de que nuestras manos aún estaban juntas, cuando nos dimos cuenta yo traté de quitarla pero para mi sorpresa él la agarró más fuerte, le miré -vayamos a la escuela- dijo él dejándome a mi completamente desconcertada.
-pase señorita- dijo caballerosamente abriendo la puerta de mi nueva escuela -gracias por acompañarme Blythe – dije sonriendo -zanahoria... me encanta como has decorado tu sombrero- dijo guiñándome un ojo - ¡eh tú! La nueva – cuando vi que me hablaban me quedé algo confusa ¿Qué había hecho? -ven- la rubia que me gritaba me agarró de un brazo y junto a todas las demás me sacó afuera - ¿Qué crees que haces huérfana fea? – de repente esa chica me preguntó una pregunta de la que no sabía la respuesta, comenzó a insultarme sin ni siquiera conocerme y eso sí que no lo toleraría por lo que pensé que ¡ya estaba bien de sufrir abusos toda mi vida, primero en el orfanato por pelirroja, ahora en Avonlea por huérfana ¡NO! Se acabó -voy a ponerla en su lugar- pensé sonriendo para mis adentros -no lo sé rubita, ¿por qué no me lo dices tú? – pregunté con la misma chulería con la que ella me estaba hablando a mí, miré a Diana y tenía una sonrisa en la cara, incluso podría decir que estaba orgullosa -que hacías hablando con Gilbert Blythe? – no entendía la pregunta -perdona ¿puedes repetir la pregunta? es que no te he escuchado muy bien – su cara paso de borde a enfadada y era lo que pretendía, enfadarla tanto que me dejase en paz -mira adefesio, Gilbert le pertenece a Ruby, ya que ella lleva tres años enamorada de él, así que si quieres ser nuestra amiga no podrás hablarle ni siquiera mirarle- sonreí con burla -y... ¿se puede saber por qué motivo iba yo a querer ser amiga de alguien tan malo y despreciable como lo eres tú? Gilbert Blythe es mi amigo, puede que os conozca a vosotras de antes, pero somos buenos amigos, y no voy a dejar de hablar a un amigo porque vosotras tengáis la osadía de ordenarme algo sin siquiera conocerme así que, por favor, dejadme sola de una maldita vez- dicho esto todas se fueron incluida Diana, pero bueno, hablaría con ella después de la escuela, deje mi leche en el agua y me senté en una piedra a pensar un poco.
- ¿zanahoria? – por fin una voz que podría relajarme: Gilbert - ¿estás bien o me vas a dar con ese pizarrín? – aquello provocó que ambos estallásemos en risas -tranquilo, en todo caso le pegaría a esa cretina rubia- estaba muy enfadada - ¿Josie Pye? Si... es una cretina, lo sé – dicho esto se sentó a mi lado en la roca, pero no duro mucho el momento porque yo me levante gritando - ¿pues no me dice la tal Josie Pye que no puedo hablar contigo porque le gustas a Ruby? Lo cual por cierto no sé ni quien es por que ni siquiera han tenido el descaro de presentarse-alguien me cortó mientras gritaba -perdonad un momento la interrupción – Diana y una chica morena que estaba en el grupo de Josie aparecieron -oye Anne, lo lamento mucho, Josie manda sobre nosotras y el resto son estúpidas, pero a mí me gustaría que fuésemos amigas, por cierto... me llamo Jane- sonreí, al parecer no todas eran iguales - ¡claro! Yo también quiero ser tu amiga- menos mal, Jane había venido a abrazarme y ya éramos amigas, suponía que si era mi amiga Josie le prohibiría ser su amiga -ya os dejamos- se fueron dejándonos solos de nuevo -antes has dicho que si querías ser su amiga no podrías hablarme y tú te has negado, es que ¿tan horrible sería no volver a hablar conmigo? – preguntó dejándome en una situación un tanto incomoda -eres mi amigo Blythe y yo cuido a mis amigos, no te pienso dejar de hablar por muchas Josies Pyes que vengan, pero ten cuidado porque te aviso desde ya: como me hagas daño a mí o a mi nueva familia te arranco las pestañas y luego te arrancó la cabeza – dicho esto me volví a clase provocando que se le quedara a Blythe una sonrisa tonta en la cara, y para ser sinceros a mí también.