Capítulo 7: Recuerdos Parte 2

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PARTE 2

Cuando al fin conseguí liberarme de entre los brazos de Hayden, salí de la fuente, cogí  el zapato que se me había caído anteriormente y me senté en uno de los bancos.

Antes de que pudiera colocarlo de nuevo en mi pie Hayden me lo quitó y se arrodilló para colocarme el zapato.

Eso me recordó a mi madre....

Flashback

- Mami, cuéntame una historia - le pedí.

- ¿Cuál quieres, cariño? - dijo colocando un mechón de mi melena detrás de mi oreja.

- Aquella chica con un madrastra muy cruel.

- Ya me acuerdo, - dijo dulcemente - había una vez...

Y poco a poco fui cerrando mis ojos....

Fin del flashback

- Tierra llamando a Ángela - dijo Hayden chasqueando los dedos delante de mis ojos.

Parpadeé varias veces.

- Lo siento - me disculpé mientras me levantaba.

- ¿Volvemos ya?

Asentí y comenzamos a caminar hacia el coche.

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- ¿Chocolate? - le pregunté al sujeto que se encontraba sentado en mi sillón con una manta únicamente tapando su cuerpo.

- Por favor - rogó mientras sacaba un pañuelo de la pequeña caja.

Fui a la cocina y preparé dos tazas de chocolate calentitas.

Cuando volví Hayden había puesto una serie policiaca en la televisión.

Me senté a su y le tendí su taza.

- Oye, ¿Sigues con el caso de tus padres? - preguntó para después beber algo de chocolate.

Solté un suspiro y asentí.

- Hasta que me trajeron aquí. En estos años he estado compaginando el caso de mis padres con otros, llegando a resolver bastantes y solo avanzando poco en el único que me importaba más. Espero que el señor Nestor consiga cazar al causante de tanto dolor.

- ¿Te gusta ver estas series? - dijo esta vez mirándome.

- Son las que me han dado muchas respuestas en varios casos.

Sonreí sin ganas.

- ¿Dormirás aquí? - pregunté calmadamente.

- ¿Eso es una invitación?

- Lo es.

- Entonces sí.

Sonrió coquetamente.

- Aún no has dejado al chico de 16 años - dije golpeando su hombro.

- Te equivocas. Era un hombre maduro hasta que llegaste tú.

- No me pongas como excusa, todos sabemos que nunca dejaste de serlo.

- Sabes que es verdad - dijo mirándome acusadoramente.

- Sabes que no.

Y sabiendo que iba a ganar empezó a hacerme cosquillas hasta que casi no podía respirar y me fui corriendo hasta mi habitación.

No tardó en aparecer por la puerta y en lanzarse sobre mí a continuar haciéndome cosquillas hasta que se cansó.

Nos miramos fijamente, él con boxers y yo en pijama.

¿Caso cerrado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora