La insistente vibración de mi celular me hizo querer apagarlo y olvidarme por completo de él pero no puedo, no soy así de valiente, en cambio lo miro una vez más y abro mi ventana de mensajes para leer por milésima vez lo que envíe.
Hola Ty, espero no incomodarte con mi mensaje........ Es solo que me enteré que ya no estás en cranbrook. Deseo que te encuentres bien.
Suerte.
Patética. Así es como me sentía después de haberlo mandado, pero ya no había vuelta atrás. Para mi suerte aun no lo había leído.
Le di un sorbo a mi café y observé mi plato a medio comer, no tenia apetito pero debía hacer el intento, lo menos que necesitaba era enfermarme. Solté un largo suspiro y me llevé un poco de macarrones con queso a la boca y recordé las palabras que Luca me dijo unas noches atrás "De amor nadie se muere y de amor nadie vive lis". Cerré los ojos por unos breves segundos y me dije a mi misma que esa era la única realidad que necesitaba.
Aparqué mi carro del otro lado de la cera y cuando me bajé mi vista enseguida se poso en la ventana del segundo piso. Parecía tan lejano la primera vez que estuve en ese cuarto, era tan difícil borrar todo lo que traté de no aceptar por tanto tiempo. Salí de mi estupor y sonreí cuando la puerta de la casa se abrió, caminé hasta detenerme delante de las dos personas.
-Disculpa las molestias por haberte echo venir pero no encontré nadie más que pudiera quedarse con Robert hasta que pueda localizar a Morgan-dijo el doctor Anderson.
-Descuide por mi encantada de quedarme con él – pasé una mano por el cabello de Robert y se lo despeiné un poco.
-Llamaré en cuanto pueda y no dudes tú en hacer lo mismo si necesitan algo-
-Prometo hacerlo si es necesario-pasó junto a mí y yo me coloqué detrás de Robert y vimos como su padre subía una pequeña maleta a su auto y se marchaba diciéndonos adiós con una mano.
Di media vuelta y entré a la estancia seguida de Robert –Bien ¿Qué quieres hacer?-pregunté colocando mi abrigo en el perchero.
-Podríamos ir al bar donde trabajas-respondió como si hablase de cualquier tema banal.
-¿Qué?-.
Robert soltó una risa ligera que me hizo recordar tanto a su hermano que por un momento pensé estarlo escuchando a él y no a su hermanito de once años.
-Estaba bromeando- explicó aun con una sonrisa pintada en su cara. –Mi padre y Tyler me matarían si se enteran que fui ahí-.
-Incluso yo te mataría si te veo por ahí, todo a su tiempo-dije observando a mi alrededor no había estado ahí desde navidad.
-Podemos ver una película y comer pizza- sugirió.
Asentí.
-Solo si me dejas escoger la película, sabes muy bien que no me gusta nada que tenga que ver con terror-.
-Tyler dice que esas son las mejores si lo que quieres conseguir es que una chica no suelte tu mano o no deje de abrazarte-.
-¿Eso dijo?-inquirí levantando una ceja.
-Es lo que hacía contigo-
-Tendré que hablar muy seriamente con él-fingí estar indignada ante esa revelación.
La cara de Robert cambió por un momento tornándose seria y por la forma en que se mordía las uñas sabía que estaba intentando decir algo.
-Pensé que harías que se quedara-soltó tras guardarse ambas manos en sus bolsillos.
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Lo que fue de mí © (en edición )
Romance"No tengo por qué complacer a nadie. No soy un ángel ni quiero ser tu cielo. Seré fuego tan difícil de apagar e imposible de olvidar." - David Sant Mi infierno se hizo más grande , no había lugar en donde el fuego no hubies...