♧Nueva vida♧

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Sara ya iba a entrar en la Universidad. Yo ni había medido el paso del tiempo. Lo extraño es que después aunque estaba conmigo pensaba en alguien más. No había día en el que podía estar con ella sin que piense en otro.

Sabía que le gustaba otro chico pero aún así lo hacía conmigo viéndome a mí y sintiéndome. Siento un poco de ansiedad al saber que hasta este punto nadie la ha visto más allá de amiga.

Sin embargo, eso me deja disfrutarla más. Porque después de todo no lo había hecho con nadie todavía. Seguía intacta. Su piel solo tocada por mi piel, mis dedos que sólo recorrían su cuerpo, sus brazos que arañaban mi espalda, sus labios que sólo habían probado los míos.

Aunque esto último cambió en navidad ya que su primo se aprovechó de su vulnerabilidad.

Espero que pronto pueda ver que estoy realmente loco por ella. Que no hay un día que no sufra si ella lo hace. Que verla feliz solo me devuelve a la vida. 

Enamorarse de mí. Ese era el asunto. Sabía que le gustaba, que después de algún tiempo se daría cuenta de que su cariño hacía mí era más grande. Que aparte de tenerme deseo, se preocupaba y le importaba tanto que quería hacerme feliz.  Como dicen los humanos: "La esperanza es lo último que se pierde".

Cuando nos cambiamos de ciudad agradecía que ahora era un cuarto para ella sola. Podría incluso conversar conmigo y nada pasaría. Pero justo tenía que estar un vecino hombre de su edad y todavía iba al mismo nivel de estudio. Todo mal en serio. Lo bueno es que era feo y ella mismo lo había dicho. Entonces me relaje.

Con el pasar de los días me di cuenta de que ya se habían acercado demasiado. Y aunque eran amigos parecía que él sí quería algo más. No podía dejar que ocurriera. La nueva vida de Sara no tenía que incluir pareja, claro que no. Por más que ella parezca desesperada buscando alguien que la ame sin verme a mí, no se puede conformar con cualquier cosa ofrecida.

Pero claro, era demasiado obvia. Y apenas alguien le dijera que le gustaba se iba a ilusionar bien profundo e iba a dar todo. No podía permitir eso, una cosa es que lo haga conmigo y otra diferente es que un humano se lo haga.

Y se lo advertí. También le dije que por qué buscaba a alguien más teniendome a mi. Solo me dijo lo siento, pero no me hago a la idea de estar con una almohada. De ver que esta es real y que puedo compartir una vida a su lado.

Me derrumbe. Maldita nueva vida, creí que me favorecías a mí. Que harías que Sara se abriera más conmigo. Que mostrara completamente su ser y no siguiera siendo un misterio. Me encantaba no poder descifrarla, pero se estaba volviendo muy difícil el no entenderla.

No quería hablarle más. Pero tampoco podía alejarme. No quería que sufriera aunque ella me hacía sufrir. Ya parecia más un humano que una almohada. O de pronto alguien mejor a eso. Solo podía tener paciencia como dijo mi gurú. Y esperar, aunque espere demasiado. Y se me escapo de las manos pero conste que ella lo decidió así...

El Mundo de Una AlmohadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora