♤Frustración♤

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Mientras planeaba mi plan de escape veía cómo desde esa noche que me revele, Sara nunca más volvió a dirigirme la palabra. Era muy incómodo. Yo no podía volver a ser una almohada a menos que ella lo dijera. No sé si se lo dije o no. Pero tal vez aunque lo sabía. Simplemente quería ignorarme.

Tratarme como una almohada especial ya no tenía cabida. Deje que pasara el tiempo mientras elaboraba todo lo que haría antes del plan final pero ya no soportaba el silencio,  solo haberla besado me había provocado una reacción que no había sentido. Sabía que la amaba, pero esa unión de nuestros labios se sintió tan fuerte que no sé cómo ella no sintió cómo me había derretido.

Regresando al punto, después de 2 semanas comencé mi plan. Sabia lo que debía decirle y no quería que huyera de nuevo.  Y aproveché ese día que nos quedamos solos para explicarle todo.

Primeramente me disculpe, no sabía de donde había sacado ese impulso de probar sus labios. Y aunque le pedí perdón no me arrepentía por supuesto. Estaba muy frustrado porque ella no quería reconocer que también había sentido algo con mi beso.

En fin no quería insistirle más y espere a que hablara. ¿Solo para qué? Para que terminara diciéndome que me olvidara de eso que ella aún no asimilaba bien que yo hablara y todo lo demás. ¿Qué? ¿Olvidarme de esa unión que senti como eterna? Jamás. Cuando las almohadas se enamoran de alguien es para siempre. La leyenda no se equivoca. Ya lo había predicho el gurú.

Además, ¿quería que me olvidara de eso pero no que me convirtiera en almohada de nuevo? Otra vez estaba confundido. Esta chica era un mar de sensaciones. Me encantaba pero también debía centrarse. La confusión cada vez era mayor. Y aunque no quisiera le iba a hacer aclarar sus sentimientos de una forma u otra.

Ya van tres cosas que hago que no son propias de una almohada. Lo peor es que me olvidado de nuestro idioma y ahora solo hablo en el humano. Me frustra que nadie se da cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Del daño que iba a causar. Para una almohada todo está permitido. Y esta frustración venía igual con una alegría de no tener a nadie descubriendo mis actos. Como esa película que vi con Sara que se llamaba "La Purga". Las almohadas no tenemos leyes bajo ningún horario específico.

El hecho es que también me sentía dueño de sus emociones. Creía que lo que yo solamente decía era lo verdadero. Sé que el amor te hace hacer locuras pero no creí que tantas y lo que estaba planeando lo demostraría...

El Mundo de Una AlmohadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora