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"Haz el amor y no la guerra"

- ¿De nuevo aqui Early? - habla la directora al ver entrar a la chica - Con Palacios - exclama con sorpresa al ver al nuevo entrar - a ver sentaros ahí - señala las dos sillas que siempre tenía la directora delante de su mesa - ¿Qué pasó? - agrupa todos los folios que tenía en la mesa y los aparta.

- Franco le estaba diciendo cosas malas al nuevo y yo le defendí - Mateo mira sorprendido a la chica y a la vez algo molesto, el no necesita que nadie lo defienda.

- ¿Es asi? - le pregunta la directora al morocho y este mira a su acompañante que le echaba una mirada obvia.

- Es cierto, lo que pasa es que el profesor no nos quiso escuchar y nos mandó acá - si algo había aprendido todos estos años Mateo era a dar pena a los profesores, no estaba bien pero eso a Mateo le chupaba un huevo.

- Bien, visto a que a vos ya te conozco y se que no todo lo que sale de tu boquita es cierto, además si se están metiendo con un alumno lo que debes de hacer es decírselo al profesorado - señala a Ángela y rueda los ojos - os voy a dar un mini castigo, después de clases a la sala de castigados una hora - sentencia firme. A Mateo ya le había caído mal.

- Pero - habla Ángela frustrada - no es justo, va a dejar que el otro se vaya tranquilo después de haberse metido con el - señala al chico.

- Es cierto Ángela, por eso el va a estar dos días castigado - la directora apunta en un papel lo que estaba decidiendo en ese instante - Para no haber problemas el lunes y el martes el estará castigado y ustedes hoy

Mateo y Ángela caminan en silencio hacia clases, entran y cada uno va a su sitio.

Al final de las clases Ángela camina hacia la sala de castigados donde se encuentra a Mateo.

-¿Como has venido tan rápido si no siquiera sabías de la existencia de esta sala nuevito? - deja la mochila en una de las mesas y se sienta en otra mirando al morocho que estaba sentado en una silla con los pies en una mesa.

- Me lo dijo Manuel - responde seco y la sala se llena en un silencio incómodo - ¿No piensa venir nadie? - Ángela niega - pues yo me voy - ella lo mira con una sonrisa y alza los hombros. Mateo agarra sus cosas y sale del salón.

- ¿Dónde vas Palacios? - pregunta el mismo profesor que los había enviado a dirección.

-Al baño - habla rápido.

- ¿Con la mochila? - pregunta y cierra los brazos - volve al salón - Mateo bufa y vuelve a entrar, encontrándose con Ángela que estaba apoyada en la ventana mirando hacia fuera.

- ¿Me echabas de menos? - Pregunta Ángela burlona, girandose para mirarlo, obviamente no le dejarían salir, ella ya lo sabía, lo había intentado infinitas veces.

- Si te cogiera la que echaría de menos a alguien serias vos - se sienta en la mesa del profesor que técnicamente tendría que estar pero no está

- Uy que agrandado ¿En casa como andamos? - Ángela se aleja de la ventana y se acerca a su mochila.

- ¿A caso te interesa? - Ángela le echa una mirada con enojo.

- Ortiva - susurra pero el morocho le escucha.

- Te escuche - el le mira con enojo - ¿Qué haces? - pregunta abriendo de más los ojos.

- Un porro ¿no lo ves? - alza las manos mostrándole - ¿o es que no sabes lo que es?

-Claro que se lo que es pelotuda - vuelve a su cara de enojado - Me extrañaba que una mina como vos fumara.

- ¿Una mina como yo? - pregunta dejando el porro hecho encima de la mesa cerca de la mochila - ¿Como es una mina como yo?

- Uy amiga, cargas una pinta de cheta que nadie te la quita - habla Mateo viendo como la chica se molestaba.

- ¿Y vos que sabes? - pregunta con obviedad - no sabes nada de mi - frunce el ceño.

- Yo se muchas cosas chetita - estaba claro que Mateo no sabía nada de ella, pero el investigaría con tal de cerrarle el orto a la mina.

-𝐂𝐨𝐧𝐦𝐢𝐠𝐨 𝐧𝐨 𝐭𝐞 𝐡𝐚𝐠𝐚𝐬 𝐞𝐥 𝐩𝐢𝐨𝐥𝐚 𝐰𝐚𝐜𝐡𝐨 - habla Ángela seria

- 𝐌𝐞 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐬 𝐚𝐬𝐢́ 𝐩𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐭𝐞 𝐞𝐥 𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐦𝐚𝐥𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐚 - cierto, pero ella no lo iba a admitir, no le iba a dar la razón, eso nunca lo hacía. Desde que el había entrado la gente dejaba de decir Ángela para decir Mateo, y eso le molestaba, muchísimo.

- Sigues hablando de mí sin saber nada - Ángela da por finalizada la conversación y se pone en una silla con la cabeza apoyada en los brazos esperando a que lo que quedaba de esa hora pasara. Mientras tanto Mateo se puso a jugar con su celular pasando de ella.

La hora paso y ambos salieron del lugar ignorando al otro hasta que llegaron a sus respectivas casas.

- ¿Tan tarde ibas a llegar Mateo? - le pregunta su padre - podrías enviar algún mensaje - Pedro era así, sabía que si Mateo tardaba estaba o con una chica, amigo o por que su hijo de por si se distrae hasta con una mosca. Pero como todo padre se preocupaba por su hijo, como cualquier padre menos el de Ángela.

- Al fin llegas, te íbamos a esperar a comer pero has tardado mucho y ya hemos comido - habla su madre agarrando su bolso.

- Cierto, nos vamos a trabajar - ambos dejan un beso en la frente de la chica y se van. Le dolía, a ella le dolía la indiferencia de sus padres, las veces que lloro eran incontables, intentaba que eso al final no le afectara, pero siempre acababa molestandole.


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❤️

𝐂𝐡𝐢𝐜𝐨 𝐦𝐚𝐥𝐨 || Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora