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Zero tomó la sabana y salió lleno de rabia de la habitación, fuera de está varios integrantes de su corte le esperaban, entre ellos Yori.

- Ahí, está la porquería - dice el rey molesto dejando la prueba de la pureza de su esposo en manos de su prima.

En tanto Kaname lloraba amargamente aún no podía ni moverse.

Él siempre lo imaginó de una manera diferente, había escuchado tantas románticas historias de amor y ninguna se parecía a lo que acababa de vivir.

Por lo que cuando Yori fue a verlo y lo acogió en sus brazos solamente pudo llorar hasta quedarse profundamente dormido.

La fiesta se dio por concluida y todos se preparaban para regresar a sus casas, entre ellos los integrantes de la comitiva nupcial de Kaname.

- Puedo explicarlo - Dice Zero a Yuuki

- Que va a explicar. Es su esposo -

- Pero sabes que te amo a ti - dice el peliplateado

- Hiciste el amor con él. No vengas a decirme que me amas. No seas mentiroso -

- Yuuki, te juro que encontraré la manera de dejarlo, seré libre para ti -

- No estarás pensando en matar a mi hermano - dice Yuuki asustada

- Claro que no. No soy un asesino, pero te prometo que pronto estaremos juntos como marido y mujer -

- Eso no es verdad. Te vas a enamorar de él. Lo sé - y muy dolida - Todo mundo ama al perfecto señorito Kaname ¡Todos! Mis padres, los sirvientes, los ministros y tú no serás la excepción -

- Te juro que jamás me enamoraré de él, mi corazón te pertenece por completo -

Finalmente, Yuuki se fue con la comitiva, pero entre ella y el rey Zero quedó hecha una promesa, la promesa de volver a verse y en un futuro ser marido y mujer.

Con el correr de los días Kaname intentó integrarse a la vida del castillo de Zero. Pero las cosas eran cuesta arriba para el joven castaño. Lo que más llamó la atención de todos es que Kaname fue acomodado en una habitación al otro extremo de palacio, era un lugar apartado de todos, en ese lugar Kaname no veía a nadie, sus aposentos eran hermosos, pero muy solitario.

Yori era la única que encaminaba sus pasos a ese lugar, ni los sirvientes iban y el joven permanecía en soledad, habían días en que ni siquiera le llevaban comida.

- Gracias, por venir a verme - decía feliz Kaname al ver a la mujer, llevaba ya dos días sin hablar con nadie

- Tú puedes ir cuando quieras a verme al mio

- No quisiera molestar -

- No eres ninguna molestia - Yori miró alrededor y se dio cuenta inmediatamente que las cosas no marchaban bien, ese lugar no tenía ninguna pertenencia de su primo. ¿Qué diablos pasaba con Zero?

- Mi esposo ¿Habrá vuelto de su viaje? - pregunto Kaname

Yori lo miró extrañado. Zero no estaba ni había estado de viaje.

- ¿Viaje? -

- Sí, uno de los sirvientes me avisó que estaba de viaje y que debía esperar aquí, por que no era bien visto que yo saliera de la habitación si mi esposo no estaba en el castillo -

- ¿Llevas una semana sin salir de aquí? -

- No solamente seis días. Pero dígame ¿Él volvió? -

Cuanta tristeza le provocaba ese joven, Zero estaba en el Palacio, ese viaje nunca había existido, únicamente lo habían inventado para no acercarse a su esposo.

- Si regreso, pero ahora está muy ocupado - miente la joven para encubrir a su primo y evitar que Kaname se deprimiera más

- Pero al menos puedo ir a verlo -

- Sí, vamos a verlo -

Kaname sonrió feliz, vería a su esposo aunque fuera unos minutos, por lo que el joven fue rápidamente a arreglar su cabello, mientras Yori lo esperaba y rogaba a todos los dioses que Zero supiera comportarse.

Al llegar frente a uno de los salones que oficiaba de estudio del monarca, Kaname se puso muy nervioso, llevaba ya un tiempo pensando en Zero y en como hacer para que ese hombre lo aceptara en su vida.  Yori fue la primera en entrar en el salón, Zero lo miro con curiosidad, pero cuando vio quien la acompañaba su rostro se tensó, no quería tener contacto con ese hombre.

- Kaname ha venido a visitarte, primo - dice la mujer con una mirada amenazante

- Así veo - responde visiblemente molesto - Pero lamentablemente estoy ocupado, hay cosas que requieren de mi atención -

- Sí, lo entiendo. Pero solamente quería darle la bienvenida, sé que estuvo de viaje y debe estar cansado -

- Exacto, estoy cansado -

- Por eso había pensado que quizás quiera acompañarme a los jardines de palacio, he visto que tiene incluso un lago, podría relajarse mientras vemos la naturaleza -

- No tenga tiempo para tontos paseos - fue la nada amable respuesta de Zero

- Es que me gustaría conocer el palacio - dice Kaname

- Para eso no me necesitar, ve solo ¿O no sabes andar por tu propio pie? -

- Sí, pero quería hacerlo contigo. Pero entiendo. No le molestare, esta usted muy ocupado - Y haciendo una impecable reverencia - Me retiro -

Kaname salio del estudio y Yori se planto frente a Zero.

- Eres un autentico idiota. Kaname solamente quiere que lo aceptes y tú te comportas como un patán con él - 

- Yori, no hagas que me moleste -

- Y crees que yo no estoy molesta con tu idiotez -

-No me gusta ese chico, nunca me gustaron los donceles - se defiende Zero

- Entonces para que diablos te casaste con él.  No te das cuenta que tu estupidez puede hacer que Kaname tenga una vida infeliz para siempre - Yori estaba molesta ella le había dicho más de una vez a su primo que si no estaba dispuesto a abrir su corazón a su prometido que no se casara - Él no merece ese trato, ni siquiera te has dado la oportunidad de conocerlo -

- Tu ganas, esta noche iré a cenar con él, a su habitación -

Yori sonrió ante la respuesta de su primo, confiaba que en cuanto Zero conociera más a fondo a Kaname, las cosas mejorarían, según su apreciación Kaname era un chico adorable y su primo en algún momento lo tenía que notar.

AMOR NO CORRESPONDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora