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Haruka estaba demasiado nervioso, su esposa, la reina estaba de parto, y el monarca rogaba a los dioses que esta vez el bebé de su esposa sobreviviera. Este era el tercer parto de la reina y cuando el fuerte llanto de un bebé se escuchó por el palacio el hombre entró corriendo a la habitación donde su esposa estaba dando a luz.

- Su majestad - dice una de las comadronas que había asistido el alumbramiento - Es una princesita -

- Una niña - dice el hombre con una clara decepción

- Pero al menos está viva - dice su mujer con las casi nulas fuerzas que le quedaban

- Tienes razón, está viva y eso es lo que importa -

A los pocos minutos nuevas contracciones aquejaron a la reina. Las comadronas se asomaron a mirar entre las piernas de la mujer y vieron con asombro como otra pequeña cabeza se asomaba a la vida.

- Su majestad, viene otro bebé -

- ¿Otro? - dice el rey

- Sí, su alteza es otro bebé -

Minutos después un pequeño gemido indicaba que una nueva vida estaba allí, un pequeño y delicado niño.

- ¿Por que no llora como la niña? - pregunta preocupada la madre

- No lo sé, pero a pesar de eso se ve sano - responde la mujer.

Así fue como Haruka y Juuri se convirtieron en padres de dos niños la mayor llamada Yuuki y su hermanito menor llamado Kaname.

Cuando los pequeños príncipes tenían un mes, su padre, el rey, los llevó con el oráculo. Ese día sería leído el destino de ambos niños.

Haruka sonrió feliz cuando de dijeron que su hija, tendría una vida alegre, que sería una mujer muy bella y que cientos de jóvenes de bien se interesarían por ella, que sería una princesa que siempre sonreía y que cada uno de sus caprichos serían saciados. Pero con Kaname las cosas fueron distintas, el oráculo vaticinó que Kaname sería de carácter templado, un señorito donde fuera, también sería de una belleza casi inhumana, pero que gran parte de su vida la pasaría rodeado de gente inculta y sin casta. Y lo más importante los dos hermanos tendrían la facultad de albergar vida en sus vientres.

Con tales augurios Haruka volvió a su castillo, lleno de tristeza. Él esperaba un hijo alfa, un hijo que pudiera tomar su lugar cuando él ya no estuviera en este mundo, pero lo que más le atemorizaba era saber que su hijo viviría rodeado de gentuza, como era posible que un príncipe tuviera que tratar con gente así.

- Lo importante es que ambos están sanos, crecerán como niños felices, nosotros sus padres velaremos por ellos - Dice Juuri al ver a su esposo tan deprimido

- Lo sé, tienes razón. Ellos serán felices -

La pareja decidió que a pesar del mal augurio serían felices junto a esos hermosos niños.

Los años pasaron y mientras Yuuki hacia de las suyas, Kaname era un niño ejemplar. Yuuki tenía siete niñeras que no daban abasto con la traviesa niña, en cambio Kaname que tenía una sola, prácticamente no le daba trabajo, Kaname disfrutaba de la lectura y de jugar ajedrez.

Ambos fueron educados para tomar el papel de esposos. Haruka había comprometido a su hijo nada menos que con un príncipe de una nación vecina, y al cumplir los dieciséis años Kaname llegó frente a su futuro esposo.

Kaname vestía ropajes blancos, los cuales no le hacían justicia a su belleza y pureza, el joven novio llegó junto a una caravana. Su futuro esposo lo miraba con asco, Zero, quien se había convertido en rey hacía muy poco, tras la muerte de su padre, nunca gusto de los omegas, los consideraba errores del creador, al darle a hombre la posibilidad de engendrar. Pero su compromiso había sido pactado por su padre y debía honrar la palabra de su progenitor.

- He venido hasta aquí para entregarle mi alma, mi corazón y todo lo que quiera de mí, desde hoy seré todo lo que usted quiera, prometo amarlo toda mi vida y por toda la eternidad -

Esas palabras Kaname las dijo postrado a los pies del monarca, Zero le seguía mirando como si fuera una bestia la que tenía ante él, pero era su obligación tomar a ese chico como su esposo.

- Te tomó como mi esposo, desde hoy eres parte de mi - y tomándolo de la mano hizo que el joven se pusiera de pie y dejó un escueto beso en la frente del muchacho

Kaname sonrió feliz, su más grande sueño se hacia realidad se casaban con esa a quien tanto amaba, porque Kaname fue educado para amar a Zero.

Ya dentro de los salones del castillo de Zero. Yori, la prima del rey se acercó al joven esposo de su primo, que estaba sentado en un rincón del salón.

- Hola - le saludo la jovencita - Yo soy la prima de Zero

- La señorita Sayori ¿Verdad? - responde Kaname

- Sí ¿Como lo sabes? -

- Yo era el prometido de Zero, así que he pasado toda mi vida aprendiendo de él -

Yori miro con tanta lástima a ese niño, quien diría que el idiota de su primo tendría la dicha de tener un esposo tan lindo y preocupado de él.

- Dije algo malo - dice Kaname al ver el rostro de Yori

- No, claro que no. Kaname, eres un muchachito muy dulce -

- Gracias - responde ruborizado Kaname

- Vamos a ser familia, así que quiero que me consideres también tu amiga -

- Sí, muchas gracias - le sonrió Kaname

Mientras Kaname compartía con Yori, Zero lo miraba cada vez con más rechazo. Hasta que una mujer en la comitiva del novio llamó su atención y sin ningún recato Zero se acercó a ella.

- Nunca había visto tanta belleza en una sola persona - dice Zero todo galán

- Su alteza, no debería acaso estar con su esposo -

- Es imposible fijarme en él cuando su belleza me distrae tanto -

- Entonces debería abandonar el salón, para no distraerlo. Mi hermano debería ser su prioridad ahora -

- ¿Hermano? -

- Sí, mi nombre es Yuuki Kuran, soy la hermana gemela de su esposo -

- ¡Oh! por que me han hecho algo así los dioses, si ese chico tiene una hermana tan bella, por que no me han comprometido con usted -

- Bueno, siempre las cosas tienen solución -

Zero había quedado completamente enamorado de la mujer y por ella sería capaz de cualquier cosa.

AMOR NO CORRESPONDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora