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La guerra llevaba ya más de dos meses Zero estaba más irritable que nunca, tenía a medio ejército intentando avanzar por la nación del Sur, pero si bien en un comienzo su avance era relativamente expedito, ahora los estaban haciendo retroceder. Y todo a causa de un maldito general, que con muy pocos hombres, a comparación de los suyos, lo había hecho retroceder. Además la búsqueda de Kaname era una empresa muerta.

- ¿A qué se debe tan mal humor? - dice Yori al entrar al estudio de su primo

- Esos infelices de la nación del Sur -

- Al parecer el general que fue bendecido por la diosa de la fortuna, te tiene al borde de la derrota -

- Diosa de la fortuna, esos son cuentos -

- Puede ser, pero ellos han sacado una fuerza increíble -

- ¡Es suerte! - grita colérico - Eso es todo -

- Tanto te cuesta admitir que ellos son mejores que tú -

- No lo son -

- Como digas - dice la mujer dando la vuelta para reír más abiertamente

Yori amaba a su primo, pero jamás le iba a perdonar la muerte de Aidou y el sufrimiento de su amigo, por lo que se quedó únicamente para verlo caer.

En tanto Senri y Yuuki ya tenían graves problemas. Las malas costumbres de Yuuki tenían al joven vuelto loco, la osadía de la mujer había llegado al punto de seducir a su propio tío.

- ¡Eres una puta con todas sus letras! - grita Senri después de darle una bofetada que casi le vuela los dientes de la mujer - Como pudiste. Es mi padre, tu tío. Eres una perra -

Yuuki se quedó sin palabras cuando vio que Senri se le venía encima, recibió cada uno de sus golpes, un par de guardias tuvieron que quitársela de las manos o la mujer hubiese terminado muerta.

- ¡Te mandaré de regreso con tus padres! ¡Para que el mundo entero sepa que eres una ramera, una puta barata!-

- ¡No! Con mis padres no -

- Acaso te da vergüenza, verlos a la cara después de todo lo que hiciste, mataste a tu hermano para robarle a su esposo, y ahora quisiste meterte en la cama del hermano de tu padre -

- Te lo ruego, no le digas a mis padres -

- Claro que lo haré, esta vez no te saldrás con la tuya, ¡Puta! -

Diez días después Yuuki llegaba al palacio de sus padres esposada de pues y manos, con un vestido rojo escarlata que no dejaba nada a la imaginación. Haruka al verla se ruborizó de ver a su hija así y Juuri la cubrió con su capa.

- Padre, madre, yo puedo explicarlo...-

- ¿Qué vas a explicar. Que sedugiste al esposo de tu hermano, sembraste la duda en Zero, para finalmente volverte su esposa y engañarlo con tu primo. Y lo más abominable es que te hayas presentado desnuda en la habitación de tu tío, mi hermano. ¿Qué buscabas? Con cuántos hombres más quieres fornicar? - dice Haruka

- Papá, yo no quise hacer esto -

- No eres mi hija, eres una ramera - grita Haruka

- Papá, yo lamento mucho todo lo que hice -

- No Yuuki, aún no lo lamentas - dice Haruka con un tono amenazante

- Querido ¿Qué harás con ella? - pregunta Juuri preocupada

- Lo que tu hija merece -

Yuuki fue llevada por su madre a la habitación que había sido suya por muchos años y le ayudo a bañarse y cambiar de ropa.

- Tu padre está desesperado de ti - dice Juuri - Yo también. Siempre pensé que eran una dulce niña, no sabes cómo me duele saber que no es así -

- Mamá, yo no quería hacerlos sufrir -

- A está altura que más da si querías o no hacernos sufrir, ya lo hiciste. No sabes cuánto lloré por tu hermano. No sabes cómo me dolió saber que tú y ese hombre eran amantes. Pero eres nuestra hija y debemos protegerte aunque sea de ti misma -

- De mi misma -

- Sí, no pudimos proteger a tu hermano de ti, pero a ti sí te protegernos de ti misma y de tus oscuros deseos -

Yuuki se quedó sin palabras, que era eso de protegerla de ella misma.

A los pocos días supo a que se refería su madre. Tres monjas fueron por ella y la llevaron a la fuerza a un convento. Donde Yuuki sería vigilada las veinticuatro horas del día, los trescientos sesenta y cinco días del año, hasta que la mujer dejara de tener pensamientos libidinoso.

Takuma bebía de su jarra de vino mirando a lo lejos como Kaname ayudaba a los heridos de la batalla de ese día.

- Estás completamente enamorado - dice Kaito

- Que dices -

- La verdad, que estás locamente enamorado del niñito ese -

- Claro que no, solo que me llama la atención que finalmente no se haya ido, después de todo yo había accedido a que se llevará consigo a la chica -

- Quizás algo lo vincula con este lugar -

- Pero su barriga ya es notoria y este lugar no es apropiado para un nacimiento -

- Puede ser, pero Rima dice que no tiene a nadie. Si se va estará solo -

- La tendrá a ella -

- Rima en mía no dejaré que se vaya - dice Kaito

- Sí, pero peligra su seguridad con nosotros -

- Eso no va a pasar, ellos no irán al frente -

- Y si nos atacarán ahora -

- Yo protegería a Rima y tú al chico - sonríe Kaito - Sabes creo que me he enamorado -

- ¡Guau! Eso sí que es novedoso, tú enamorado -

- No seas así, pero esta vez la protegeré, no la dejaré morir -

- Eso no fue tu culpa - dice Takuma - Mi hermana, te amo mucho y aunque su vida haya terminado de esa forma tan violenta, yo sé que siempre te cuidara desde el cielo -

Kaito abrazo fuertemente a Takuma, su hermano.

Ya era tarde, todos los heridos ya habían sido atendidos y la mayoría dormía, cuando Takuma se acercó a Kaname.

- Deberías descansar - dice Takuma acercando una taza de leche tibia - No deberías trabajar tan duro, debes pensar en tu salud y en la del bebé -

- Pero hoy llegaron muchos heridos -

- Lo sé - responde Takuma afligido

- Pero no es su culpa, general. Usted los ha ayudado mucho, sin usted muchos más hubieran resultado heridos o muertos - dice Kaname mirando a esos ojos verdes - Estoy seguro de que ellos lo saben -

- Espero que sea así -. Le medio sonríe Takuma - Ya es tarde, ve a descansar -

- Sí - responde Kaname intentando ponerse de pie - Me ayuda, general -

- Claro -

Takuma le ayudo a ponerse de pie, la barriga de ya casi seis meses le dificultaba un poco la misión a Kaname. Por lo que Takuma lo tomó cual princesa y lo llevó hasta la tienda del castaño.

AMOR NO CORRESPONDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora