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Kaname fue dejado por Kaito en la segunda fila, junto a muchos otros más, que casualmente eran tan inútiles para el combate como lo era el castaño, habían viejos y enfermos. Kaname tiempo atrás había escuchado a su padre hablando de tácticas de guerra, lo principal era que los soldados más aptos sobreviviera lo más posible, por eso los mejores no estaban en la vanguardia, si no más bien en la retaguardia.

Cuando todo comenzó, Kaname tomó su espada que apenas lograba sostener y corrió con los demás si no había otra alternativa intentaría dar la pelea por sobrevivir, tenía que hacerlo por su bebé. En segundos todo se convirtió en una carnicería, el joven que estaba a su derecha ya no tenía brazo y su sangre saltaba por todos lados el hombre que estaba a su izquierda ya estaba muerto con una lanza atravesada en su pecho, corrió, lloró, para luego caer de rodillas ante los horrores que veía, extrañaba a sus padres, la comodidad de su palacio, el olor de los jacintos del jardín.

Kaname de rodillas no podía dejar de vomitar, se sentía débil y poco a poco comenzó a perder la conciencia.

Tras una gran batalla Takuma dio la orden de volver al campamento, pidio que ayudarán a los heridos y el mismo ayudo a un joven de cabellos castaños que estaba tirado en el suelo, al parecer solo estaba desmayado, por que no se veían heridas. Lo llevó sobre su caballo y al llegar al campamento Rima se hizo cargo de él.

Si bien habían logrado detener a los invasores las vidas que se se habían perdido no daban lugar a celebraciones.

- No te deprimas, que más podías hacer con un montón de novatos - le animaba Kaito - Además la mayoría de las bajas eran unos inútiles -

- ¡Esas personas, eran padre, hijos y esposos! - grita molesto Takuma - No quiero oír que no respetas a tus camaradas -

- Lo sé, pero ya nada podemos hacer, murieron protegiendo a sus familias, a su pueblo a su rey - dice ya más serio de lo usual

- Crees que eso será suficiente consuelo para sus familias -

- Takuma, no te lo tomes como algo personal, no fue tu culpa, no podías hacer nada, nadie esperaba que tuviéramos que enfrentarnos tan pronto, ellos solo llevaban una semana de entrenamiento -

- Iré a ver a los heridos - dice Takuma levantándose del suelo donde estaba descansando.

- Voy contigo - Dijo Kaito y salió tras el general

Esa noche Takuma no pudo dormir, el recuerdo de los cuerpos de sus soldados no lo dejaba conciliar el sueño. A la mañana siguiente volvió a ir a ver a los heridos, esa noche diez de ellos habían fallecido.

- ¿Por qué ese hombre está apartado de los demás? - pregunta Takuma al ver a un joven dormido alejado de todos

- Ese chico, estuvo vomitando toda la noche, creemos que es tifus o cólera - dice una de las mujeres que acompañaba a los soldados

- Si es cólera debemos acabar con él - dice Kaito - Esa mugre es contagiosa -

- ¡No! No es cólera, ni nada contagioso - dice Rima aterrada de que su amigo fuera asesinado

- Pero ha vomitado hasta el agua - dice la mujer

- Pero les garantizo que no es nada de eso - dice Rima

- Entonces dinos que es - dice Kaito

- Se lo diré solo al general. ¡No a usted! -

- Niña insolente - dice alterado Kaito por los celos

- Calma ambos, está bien muchacha te escucho. Que sucede con ese chico -

Takuma se alejó con Rima, está conversación era privada y nadie más podía escuchar.

- Kaname está esperando un bebé, no está enfermo, está en estado - dice la chica al general

- Pero eso no puede ser. Él... -

- Él es un doncel, no debería estar aquí, pero nadie le escucho cuando lo contó -

- Cuando se sienta mejor, dígale que quiero hablar con él -

- Así lo haré -

Dos días pasaron y Kaname aún no iba a hablar con Takuma, Rima le insistía que el general era un buen hombre y que no debía tener miedo, pero el castaño ya no podía confiar en nadie, todos de alguna u otra manera los habían traicionado, sus padres al casarlo con un hombre tan malvado, su esposo al mentir sobre su supuesta infidelidad, su hermana que ahora era la esposa de Zero, Yori al decirle que Zero se iba a enamorar de él, Akatsuki al llevarlo con su esposa, la cual supuestamente lo iba a cuidar, Ruka que lo había mandado a morir a la guerra y Rima que le había contado su secreto a ese general. Seguramente ese hombre también lo haría sufrir.

La noche del segundo día Takuma visitaba a los heridos como cada noche, cuando se encontró de frente con Kaname.

- Pedí que fuera a hablar conmigo cuando se sintiera mejor - dice el rubio

- Es difícil sentirse mejor en este lugar - responde Kaname muy fríamente

- Lo sé, este no es un buen lugar para nadie, pero es lo que tenemos -

- ¿Qué quiere decirme? -

- Su amiga, me contó de su estado. Es obvio que no se puede quedar aquí. No llevaré sobre mi conciencia su muerte, ni la de su hijo. Así que mañana temprano lo llevarán de regreso a su hogar, solo dígame de qué poblado es y me encargaré personalmente de que vuelva con bien -

- No tengo hogar al cual volver - dice Kaname

- Lo lamento por usted, pero quedarse aquí es peligroso -

- Lo sé, muchas gracias -

Takuma vio esos ojos castaños tan llenos de dolor que no pudo evitar seguir hablando.

- Si necesita algo más, solo dígame -

- Rima, la chica que usa dos coletas. ¿Puedo irme con ella? - pregunta Kaname

- No debería autorizar algo así, verá nunca fui partidario de traer mujeres a una guerra, pero debo reconocer que han sido de mucha utilidad, ayudan con los heridos, cocinan y han sido un alivio para el corazón de estos hombres, por lo que no puedo aceptar su petición -

- Sin ella no me iré -

- Usted no está entendiendo, no estoy preguntándole si se quiere ir o quedar - dice Takuma sin entender a ese chico

- Ustedes me trajeron a la fuerza y ahora piensa que se puede desacer de mí, así de fácil -

- Si no se quiere ir es su decisión, pero se quedará en el campamento, no quiero tener que estar cuidándolo mientras estoy en batalla -

Takuma se dio la vuelta, ese chico era un obstinado. Si se quedaba él no se preocuparía más de su seguridad. Aunque en realidad si le preocupaba y mucho, que harían si la guerra se extendía y ese chico daba a luz en medio de ese lugar.

AMOR NO CORRESPONDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora