DOS

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—Llegas cinco minutos tarde —fue lo primero que dijo la pelirroja con molestia al ver entrar a Gilbert.

Por otro lado, él sólo tenía esa sonrisa grande en su rostro desde ayer, por alguna extraña razón estaba relajado y feliz, poco le importaban los cinco minutos de tardanza. O si la pelirroja lo regañaría.

—Ya estoy aquí —dejó su mochila en el suelo y sentó junto a ella —. ¿Qué haremos primero?

—Bien, tengo mi lista a la que tuve que hacer unos ajustes en este caso. Nuestro primer paso es que ella sepa que existes.

—Somos amigos desde hace mucho, obviamente sabe quién soy —le recordó él y Anne tachó eso.

—Bien, un punto menos. El segundo, es comparar gustos, debe de haber algo que los dos amen para comenzar a conquistarla.

—No sé lo que me gusta —soltó —, ni siquiera estoy seguro de lo que quiero estudiar saliendo de la secundaria.

—Dios, Gilbert, no puedes no saber qué cosas te gustan, es algo que está en uno —soltó un suspiro de frustración —. Bien, quiero que cierres los ojos.

— ¿Para qué?

—Hazme caso. ¿Cuál es tu deporte favorito?

—No tengo uno en particular, es difícil escoger...

—Blythe —él abrió los ojos —, de pequeña imaginaba que era una princesa llamada Cordelia a la que todos querían, no era ni pelirroja y tampoco tenía pecas —se le quedó mirando dudoso —. Ahora que te conté algo que no suelo contar a nadie, significa que confío en ti, confía en mí, no me voy a burlar de tus gustos.

Gilbert volvió a cerrar los ojos y se relajó.

—Me gusta el hockey sobre hielo, suelo jugarlo mucho cuando llega el invierno.

— ¿Color favorito? —preguntó mientras escribía las respuestas.

—Uhm, creo que el azul, algo así como tus ojos. Por cierto, tus ojos son muy bonitos.

Ella dejó de escribir.

—Blythe, concentración, por favor.

—Sí, perdón.

Y así, durante los veinte minutos que tenían de receso, Gilbert respondió muchas preguntas sobre lo que le gustaba o lo que no, ciertos miedos y siempre mencionaba que viajar era lo que más le gustaba, no importa el lugar, Anne había borrados muchas veces de la lista su amor por el viaje, ya que al repetirlo ella terminaba escribiéndolo de nuevo, una y otra vez.

—Creo que es suficiente —él abrió los ojos y ella le tendió el cuaderno.

—Dice "viajar" dos veces —señaló burlón.

—Es tu culpa, está bien que te guste algo, pero me mareabas cada vez que lo decías.

—Perdón —le sonrió —. ¿Cuál es el siguiente punto?

—Tener una lista de los gustos de ella.

— ¿Cómo conseguiremos eso?

—No lo sé —Anne se dejó caer sobre el pupitre —, usualmente ya tengo la lista de los candidatos porque me piden ayuda.

—Espera, ¿para que una pareja funcione ambos tienen que pedirte ayuda?

—Sí, pero no creas que es fácil, porque tengo que analizar cada punto, uno por uno, para saber que no mienten, y que en verdad los gustos son compatibles —había pensado mucho sobre ese punto, ¿qué harían si no pudiesen conseguirlo? Todo se complicaría más —. Habría sido más fácil que me pudieras una novia y no darme alguien específico.

¿Cómo conquistar a una chica? | CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora