CINCO

639 128 213
                                    

Un Gilbert aseado, con una sonrisa gigante y buen humor había decidido llevarle un pequeño ramo de flores a Winnifred, después de todo uno de los puntos era ser detallista, y cumpliría. Por el contrario Anne estaba enfadada de tener que estar tan temprano en una florería, a pesar de que normalmente era de las primeras en levantarse y amaba las flores, no le parecía agradable esperar de pie casi treinta minutos a que Gilbert escogiera.

—Acompañarte a comprar flores no era parte del trato —se quejó —, me debes un pedazo de pastel por eso —la ignoró por estar concentrado en los colores de las flores —. Si seguimos aquí por más tiempo se nos hará tarde para la escuela.

—Es que no logro encontrar una que...

— ¿Podría gustarle? —asintió —Azules, noté que le gusta el celeste, así que búscale unas de tono azul bajo, tampoco tan claro. Como... —caminó revisando los estantes siendo seguida por Gilbert —estas —le sacó una y se la tendió —. ¿Ahora ya podemos irnos?

Juntos caminaron hasta la encargada para pagar.

—Una docena...

—Media —se entrometió la pelirroja.

— ¿Por qué?

—Porque doce llamaría mucho la atención, el punto es desinteresadamente detallista, con seis puedes claramente decirle que te acordaste de ella al ver las flores.

—Tiene sentido —se encogió de hombros y sacó su billetera para pagar.

— ¿Le pondrá una tarjeta? —Gilbert miró a Anne esperando que ella responda.

Por otro lado, Anne resopló.

—No, no se las mandarás, se las darás personalmente, no tiene por qué tener una tarjeta.

Minutos después, ambos salieron de la florería. La pelirroja aun malhumorada y él completamente feliz. Anne realmente no entendió como podía estar tan sonriente, bueno, considerando que fue obligada a levantarse más temprano de lo usual, comprendía por qué ella no estaba de humor para nada.

Cosa que Gilbert notó, así que rebuscó entre sus cosas el pedazo de pastel que tanto le gustaba a ella y se lo tendió.

—Toma —Anne enarcó una ceja sin entender —, para que ya no te sientas tan enfadada.

—Idiota —murmuró ella con burla, pero antes de coger el pastel se detuvo —. Uhmn, no. Si lo como ahora no tendré nada dulce que comer más tarde, así que mejor guárdalo, no creo poder resistir la tentación.

—Por eso es que traje dos —la pelirroja giró la cabeza para mirarlo y él sonrió.

— ¿Estás bromeando?

—Si voy a ser un estorbo para ti, al menos puedo alimentarte.

—No eres un estorbo —lo golpeó amigablemente —. Somos dos individuos en camino a obtener un lazo amical por un bien...

— ¿En común?

—Más a tu favor que al mío, pero el pastel lo recompensa todo.

Ambos sonrieron y siguieron su camino a la escuela, conversando, riendo y compartiendo un pedazo de pastel. Cuando llegaron se despidieron rápidamente, no sin antes recordarse que tenían que reunirse en el aula de matemática a la misma hora.

Gilbert suspiró cuando llegó a su casillero. Tenía las flores en su mano y sabía que si se apresuraba un poco encontraría a Winifred en el suyo, así que metió sus cosas pero antes de caminar, una idea se le vino a la mente. Volvió a abrir su casillero y guardó una flor.

¿Cómo conquistar a una chica? | CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora