Capítulo 7:

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Al llegar a casa me doy cuenta de que no hay nadie. Entonces recuerdo que mamá esta mañana me había dicho que no iba a comer en casa, e inmediatamente me arrepiento de no haberle dicho a Juls que comiera conmigo. Ahora me vendría tan bien desahogarme… Pero quizá necesite pensar un poco más antes de escucharla a ella. Siempre me apoya, pero también es coherente y va a seguir recalcando que no está bien. Y aun que sé que tiene razón, no me apetece escucharla. Así que antes de hablar con Juls, pido una pizza y me dirijo hacia el sofá. Segundos después de estar sentada el sonido de mi móvil me interrumpe. Es Emma.

-Te echo de menos- digo nada más descolgar la llamada sin darle tiempo a hablar.

-Yo también- dice y sé que sonríe- ¿Cómo estás?-pregunta tan oportuna como siempre.

-Ya sabes, hago lo que puedo- digo desganada.

-¿Byron ha seguido llamando?

-Me manda correos- suspiro- y muchos además.

-No lo entiendo

-¿Porqué? Ya sabes que Byron siempre ha sido así-digo resignada.

-Ya Valen, pero es demasiado extraño. Sigue con Amy pero te llama para decirte que te echa de menos…- intenta explicar- No me cabe en la cabeza, de verdad- suspira. Sé que este tema ya la cansa. A veces creo que incluso más que a mí. O por lo menos desde este fin de semana hacia delante. Que aun que Byron nunca ha dejado de estar ahí, ahora tengo que lidiar con el sexy de mi profesor. Mi cabeza en cualquier momento va a estallar, y no es para menos. Byron ha sido el centro de mi mundo desde que tengo uso de razón. Mi primer amor. Ese típico chico del que pasas toda tu infancia enamorada y que al final consigues. Pero que en mi caso, no ha salido tan bien. Lo conseguí, sí. Pero un solo verano. Y no me conformo con ello… Pero además de Byron, estos últimos días también se ha paseado mucho por mi cabeza Enzo. Mi irresistible profesor de literatura al cual hace menos de una hora he besado. Un hombre que consigue desconcertarme porque nunca sé cuál va a ser su siguiente paso, siempre acaba por sorprenderme. Y vaya que si lo hace. Nunca hubiese pensado que sería capaz de besarme. Estaba muy bien lo de las sonrisitas, y esa especie de complicidad que había surgido entre nosotros. Tal vez, pensaba que más por mi parte que por la suya. Que solamente podría llegar a ser su alumna favorita, pero al parecer no. Y sigue resultándome extraño. Aun no he tenido demasiado tiempo para asimilarlo, y es algo que me va a llevar tiempo. Pero tendrá unos veinte cinco años; yo tengo dieciséis. Podría ser su hermana pequeña, ¿por qué razón iba a querer besarme? Es obvio que si lo ha hecho es por qué le gusto, o al menos le atraigo. Pero tiene que haber algo más si está dispuesto a jugarse su carrera como profesor por mí. –A lo mejor quiere acostarse contigo- sugiere mi yo interior. Por Dios Valentina, podría tener a la chica que quisiera sin necesidad de correr riesgos; no seas tonta.

-¿Te pasa algo?- vuelvo a escuchar a Em al otro lado del teléfono- Llevo media hora hablando sola y todavía no has dicho ni una palabra.

-Lo siento Em, estaba pensando…

¿Otra vez Byron?

-Sí- miento. Aun que no del todo. Simplemente le oculto una parte de la verdad que me parece irrelevante en este momento. Adoro a Emma pero sé exactamente cuáles serían sus palabras; y probablemente el calificativo más bonito que recibiría sería loca.

-Deberías aprovechar para pasar página ahora que no tienes que verlo

-No es tan fácil Em- digo. Y no, la verdad es que no será fácil, pero presiento que tampoco tan difícil como el año pasado.

-A lo mejor necesitas conocer a algún chico nuevo- sugiere y me quedo sin aliento. ¿Acaba de leerme el pensamiento?

-¿Por qué dices eso?

Everything has changed.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora