Capítulo 5

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La tarde de aquel día fue un completo caos para Makunouchi. Había terminado exasperando a Itagaki dando tantas vueltas por la habitación mientras se probaba toda la ropa que este le había indicado. Manabu se había ofrecido gustosamente a ayudarle e ir a su casa a pesar de que habían dicho de verse ya en la noche cuando le explicó que no tenía idea ni buena orientación para la “moda”, pues casi siempre vestía la ropa que utilizaba en su entrenamiento. Además Ippo siempre había sido muy sencillo en cuanto a su vestimenta. Era tan casual que a Itagaki le costó encontrar algo lo suficientemente adecuado entre las prendas de su senpai para que se pusiera esa noche. De hecho, Ippo ni siquiera sabía de dónde había salido su repentino interés por vestirse bien. Pero se repetía que era porque no quería desentonar en aquel lugar.

—Senpaaai, pareces una chica preocupándote por estas cosas —se quejó el menor de los dos mientras le observaba con hastío y aburrimiento, recargado en una pared de la habitación de Ippo. —Ni siquiera Nanako se pone así —dijo por lo bajo, rodando los ojos mientras por décima vez, Makunouchi se veía a sí mismo con duda.

—Ah, lo siento, Manabu-kun. Es que iremos a un lugar diferente hoy y… —“además irá Miyata-kun”, pensó avergonzado, bajando su mirada y llevándose una mano en la cabeza nerviosamente.

Makunouchi suspiró y dejó caer los hombros. Entonces Itagaki sonrió comprensivamente y agitó una mano con despreocupación.

—Yo creo que te ves genial así, senpai.

Y es que luego de varias combinaciones de ropa, habían llegado a una que no era ni tan formal, ni tan extravagante. Era más al estilo de Makunouchi y se veía realmente bien ante los ojos de Itagaki.

Si no enamora a Miyata-san así, no sé de qué otro modo lo hará”, pensaba divertido el castaño.

Ippo vestía una camisa lisa y blanca ceñida al pecho, con cada botón abrochado perfectamente. Itagaki le había indicado que metiera la camisa bajo el pantalón para que no se viera desaliñado, pero también le dijo que se subiera las mangas hasta los codos, y él simplemente había hecho caso. Tenía puestos también unos jeans negros que se ajustaban a sus musculosas piernas, sobre todo en la zona de los muslos y su trasero. Manabu opinó para sí que ese detalle era bastante importante en su operación conquista. Por último, utilizaba unos tennis blancos que hacían juego con la camisa.

—Pues… Yo creo que me veo igual que siempre… —murmuró con cierto tono de duda.

—Así es, senpai. ¡Pero con más estilo! —exclamó el más joven, sonriente. Pero entonces entrecerró los ojos y su mirada se dirigió al cuello del campeón peso pluma. Se acercó a él y optó por desabrocharle los tres primeros botones de la camisa para que no tuviera un aspecto tan formal. Se llevó una mano a la barbilla y sonrió satisfecho. —Mucho mejor. Ahora hay que hacer algo con tu cabello, senpai —dijo alegremente y tomó a Ippo por la muñeca para conducirle fuera de la habitación.

***

Un suspiro escapó de sus labios cuando sintió que los contrarios recorrían suavemente su cuello, deslizándose con lentitud hacia uno de sus hombros. La mano traviesa del chico que estaba a horcajadas sobre sus piernas viajó con calma sobre su bien formado torso hasta derivar sobre sus pectorales, acariciando cada tramo a su paso.

Observó con ojos entrecerrados la cabellera negra y despeinada de aquel que no había dejado de repartir húmedos besos sobre su piel y con una de sus manos buscó atraer su rostro, sujetándolo por la nuca. Quería verlo. Quería besarlo. Su cuerpo ardía en deseo por él, quería hacerlo suyo.

—Makunouchi… —susurró.

Miyata abrió los ojos de golpe y su vista cayó directamente en el techo de su habitación. Se encontraba jadeante y finas gotas de sudor bañaban su rostro, lo cual no era de extrañar, pues un intenso calor recorría su cuerpo y la mayor parte del mismo se concentraba en una única zona: su entrepierna. El pelinegro se pasó una mano por el rostro, sintiéndose avergonzado por haber despertado de esa forma… Otra vez.

Hajime no Ippo: Operación conquista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora