TREINTA Y NUEVE

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Narrador Omnisciente.

—No me hagan esto demasiado fácil— decía Lauren de forma ególatra cuando rebaso otro auto

La ojiverde estaba conduciendo de maravilla y tenía grandes oportunidades de ganar la carrera. No era porque Lauren fuese una corredora profesional, era su ego y su capricho de negarse a que los demás la vieran perder lo que la hacía posicionarse en un buen lugar en la carrera

—Estás a una vuelta, Jáuregui — le indicó el jefe por el micrófono de su casco

El rugir del motor y la adrenalina de la velocidad le hacían sentir un vuelco en el estómago. Pasó por una curva demasiado cerrada y perdió el control un poco pero lo retomó al final

—No les daré el gusto, muchachos— se burló

Cuando llego cerca de otro coche con los colores amarillo y azul, se movió a la derecha y lo rebasó sin ningún problema; ahora Lauren y su equipo estaban en segunda posición en la carrera, con solo dos curvas antes de llegar a la meta

—El primer lugar lo lleva CQ Atlantic— Lauren resopló al escuchar aquello— si lo rebasas ganaras la carrera

—Bien, hay que golpear su puerta trasera— dijo al tiempo que pisó el acelerador y el coche tomó más velocidad, acercándose un poco más al auto azul

—Toc Toc— bromeó cuando llegó más cerca.

Justo cuando buscaba la forma de rebasarlo, los coches se encontraron con la siguiente curva y Lauren perdió distancia al abrir el coche ahí

—Ay, ¡¿por qué?!— se quejó para si misma cuando vio que perdió cercanía, golpeando el volante por la frustración

Lauren sabía que debía hacer algo rápido, o no lograría ganar esa carrera y el dinero de su padre y su dignidad se irían por el retrete. Cuando quiso acercarse más, noto como el auto tras ella se acercaba y negó

—Y ahora este otro...— dijo enfadada.

Los tres coches pisaron a fondo el acelerador y, mientras el tercero se acercaba a Lauren, esta se acercaba cada vez más al coche azul que llevaba la delantera

—Vamos, vamos— los motores rugían más fuertes— Vamos vamos— se obligaba Lauren a ir más rápido— si puedes, si puedes— repetía mientras toda su concentración estaba en el coche de adelante mientras olvidaba todo lo demás

De pronto, el coche que iba en tercer lugar perdió el control comenzando a derrapar en la pista, por suerte, Lauren lo notó a tiempo y justo cuando iba a chocar con su coche, hizo una maniobra hacia la izquierda, perdiendo un poco el control y dejando que el coche derrapara en dirección al auto de CQ, quien sintió el impacto por detrás y también perdió el control

Esto es un caos, será un final de fotografía — comentaban en las pantallas del palco, donde Camila tenía el corazón en la mano al ver todo aquello

Cuando llegaron a la curva, los coches sin control se desviaron más y Lauren, quien había luchado por mantener el control lo más que podía, logró acercarse al coche de CQ, tanto como para rebasarlo

—Ya llego mamá— movió la palanca y presionó con fuera el acelerador, logrando pasar por completo aquellos dos autos y conduciendo de forma solitaria los últimos metros antes de pasar la línea de meta que le daba la victoria

—¡Si!— gritó dentro del auto cuando se proclamó campeona del Gran Premio de Mónaco. Su grito, mezclado con una risa solo eran una muestra de toda la adrenalina y emoción que estaba dejando salir.

Y todo el mundo en las gradas y palcos celebró aquel aguerrido triunfo de Lauren Jáuregui.

***

Encuentro No Deseado (E2) -- CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora