CHAPTER THIRTY-EIGHT
El viento veraniego que ingresó a la Fortaleza hizo que todos fueran de un lado a otro, moviéndose con tranquilidad mientras se aseguraban de que los preparativos fueran lo más adecuados a lo que sucedería.
Sir Arthur Dayne observó a Rhaegar mirarse en el espejo, su actitud nerviosa y un poco revoltosa le hizo creer que tenía ante él a una versión diferente a la del príncipe que conocía. Sin embargo, su buen amigo se hallaba así porque en ese día sería finalmente coronado, tras haber esperado una buena cantidad de días para que todos puedan adaptarse a los nuevos cambios y que las familias lloren a quiénes perdieron.
El príncipe había oído sobre este día desde que tenía memoria. Constantemente escuchando sobre cómo las campanas sonarán al unísono y todos festejarán el ascenso de los dragones, le habían dicho que su coronación sería la más esperada ─ nunca supo decir si esto era exagerado, o si solo se trataba de hombres intentando endulzar los oídos del príncipe, incluso en esos tiempos le parecía descabellado que muchas personas lo esperen, cuando aún era un simple crío que con suerte contaba hasta treinta y luego olvidaba cuáles números seguían.
A medida de que creció, su amor por los libros y la música solamente se agrandó mientras más tiempo pasaba alrededor de ellos; empezó a interesarse en la filosofía, en el arte de las palabras, se enfocó en cómo su hermana adoraba caminar entre el pueblo para convivir con ellos y cuando conoció a la gente viviendo dentro de la Capital, solamente deseó poder tratarlos de un mejor modo a cómo su padre los trataba. Era despiadado, no tenía piedad por ninguno de ellos y solamente les recordaba que eran unas ratas que no merecían absolutamente nada ─ él, por otro lado, solo esperaba poder ascender al trono para poder cambiar esa situación.
Incluso en esos momentos, aún siendo un manojo de nervios, lo único que pasaba por su mente eran cuáles reformas se podrían realizar para mejorar la vida de las personas dentro de la capital; no podía ignorar las necesidades de los demás y de los bienes que eran necesarios pero que constantemente fueron ignorados. Él deseaba crear un nuevo orden, un sistema en el que nadie se viera perjudicado.
Sabía que Vaella se pararía a su lado y apoyaría sus decisiones, dando su punto de vista sin temor. Este día era el momento para el que ambos se habían preparado tan arduamente.
─¿Te encuentras bien, príncipe? ─le preguntó Sir Arthur─. No planeas vomitar ni nada por el estilo, ¿verdad?
─Por el momento, no ─dijo él─, pero te aconsejaría llevar un balde por si algún accidente sucede.
Sir Arthur rió cuando la puerta fue golpeada, Sir Barristan se adentró en los aposentos cuando Rhaegar se lo permitió. Realizó una reverencia ante él y luego, procedió a informarlo.
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dynasty. rhaegar targaryen.
Fanfiction❝ Había llegado el momento de que los dragones asciendan a los cielos, para bien o para mal ❞ rhaegar targaryen xfem oc historia original portada hecha por: @FaithLion