❝ Había llegado el momento de que los
dragones asciendan a los cielos, para
bien o para mal ❞
rhaegar targaryen xfem oc
historia original
portada hecha por: @FaithLion
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CHAPTER THIRTY
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La última vez que los dragones volaron por encima del Castillo Negro de Harrenhal; nada bueno vino de ello. Esa memoria para nada grata, logró que algunos se sientan inquietos. Los fantasmas dentro del castillo hacían que por las noches se sienta lo que sucedió cuando el fuego devastador de los dragones consumió todo a su paso.
Sin embargo, la situación era diferente. Ambos príncipes llegarían para celebrar y festejar junto a ellos, lejos del derramamiento de sangre que alguna vez existió.
Lord Walter Whent junto a una pequeña camada de sus hombres, acompañado por su hija con un porte elegante y una bastante obvia actitudnerviosa, se hallaban en las puertas del castillo, expectantes de la llegada de los Targaryen; habiéndose anunciado que se había divisado el sigilo de los dragones.
Tras él y cómo debía de ser, estaban los Señores de cada casa importante. Lord Tywin de Casterly Rock, Lord Orys de Storm 's End, había asumido la posición tras el fallecimiento de su padre en una fea tormenta en el mar; Lord Rickard Stark de Winterfell, junto a sus hijos, Brandon, Eddard y su segunda hija, Lyanna. Todos esperaban ansiosos por la llegada de esas bestias de las que muchos hablaban en todos lados.
El reducido acompañamiento de los dragones, ingresó por las puertas, Sir Daemon Blackfyre siempre conseguía llamar la atención de los demás. Siendo el último en haber recibido tal apellido, con un porte prepotente y uno de los más ágiles espadachines que existía en todo Westeros, había logrado hacer que varios hombres desvíen sus ojos de inmediato si por alguna casualidad coincidían sus miradas. Las doncellas, suspiraban por él y era algo que él disfrutaba.
Junto al último Blackfyre se encontraba el joven de cabellos de oro y ojos esmeralda; Jason Lannister, siempre lucía elegante y limpio. Lejos de llevar encima suyo los colores representativos de los leones, llevaba una elegante armadura negra con el dragón ágilmente tallado sobre su pecho de un color grisáceo, de sus hombros caía una capa que era un profundo rojizo que hacía referencia a la sangre en las palabras de los dragones. Con ese atuendo y con esa actitud, fue difícil para muchos apartar sus ojos de él.
