||Valiente|| Karmaland 4

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El dibujo es de @pandemia_michi uwu
https://twitter.com/pandemia_michi

La noche estaba llegando, Rubén usaba un smoking negro, realmente no se había esforzado mucho por escoger su disfraz, pero decidió usar algo que le representaba firmemente: un gorro y unos guantes con forma de la palma de un oso (multimedia).

Estaba nervioso, por obvias razones, nunca había asistido a un baile, al ser esta la primera vez haciendo una cosa así sin Auron, se miraba al espejo que se encontraba en el baño de la habitación.

-No puedo ir...- susurró, mirando al piso.

-¡Rubiuh! ¡Abre!- salió del baño, para dirigirse a la puerta, la voz de Mangel y los golpes en la puerta era lo único que escuchaba.

-¿Qué hacen aquí?- preguntó amable.

-Hemos venido a por ti, para llegar los tres juntos al salón del baile- dijo Lolito.

Ambos solo llevaban trajes negros, solo que Lolito traía puestas unas gafas falsas y una venda azul rodeando su cabeza, que caía hacia atrás de su peluca negra, ocultando su larga melena roja.

Por su lado, Mangel usaba una peluca roja, rizada y con un bonito nudo, así como se dibujó unas pecas falsas en sus mejillas y usaba un sombrero alto.

-¿Se disfrazaron de ustedes pero al revés?- preguntó curioso y confundido.

-¡Ambos nos disfrazamos de lo que más queremos en el mundo!- gritó Lolito emocionado, abrazando a Mangel.

-Se ven muy bien juntos- dijo.

-Tú y Samuel tampoco se quedan atrás- la cara de Rubén comenzó a ponerse roja, cosa que intentó tapar con sus manos, ambos le tomaron las manos, haciéndolos caminar a rastras con él.

¿Porqué todo el mundo me debe llevar así? Se preguntaba.

Realmente no tenía ganas de ir, para él sería difícil ver a Samuel bailando con Akira.

Dentro del salón realmente había mucha gente, esto me ponía de nervios, cerca de los músicos estaban Frank y Alex bailando.

Frank llevaba un curioso traje negro con detalles verdes, así como un casco con los mismo detalles verdes.

Alex llevaba puesto un traje negro normal, pero usaba un casco de stormtrooper.

En el banquete se encontraban Willy y Fargan.

Willy usaba un curioso, llamativo y sencillo traje verde con una pequeña boina.

Fargan usaba un traje negro, pero traía puesta una máscara de búho así como tenía unas alas de búho incrustadas en su espalda.

La mayoría de la gente no venía disfrazada, no disfrutaban la idea de Samuel, pero sus amigxs le apoyaban en todo y se disfrazaron como muestra de amistad.

Los reyes se encontraban charlando con las personas, riendo o hablando emocionados del compromiso del príncipe, cosa que incómodo a Rubén y decidió acercarse a Frank y Alex, para no escucharles.

-Hola, chicos- saludó amablemente, ambos dejaron de bailar y le miraron.

-Hombre, Rubius, hola de nuevo, amigo- saludó Frank, dandole unas palmadas en la espalda.

-¿Porqué no están con los demás?- preguntó, señalando a Willy, Fargan, Lolito y Mangel.

-Willy me odia- dijo Frank rápidamente- Por lo que prefiero mantenerme alejado-.

-Y yo le estoy haciendo compañía- dijo Alex riendo.

-Pero...- le miraron- ¿Por qué te odia?-.

Frank soltó un suspiro.

-Fue hace años...

Mi padre era uno de los mejores tripulantes del reino, trabajaba para quien sea, con tal de llevarme para cuidarme, mi madre murió cuando era pequeño, por lo que mi padre era todo lo que tenía.
Cuando él murió, intenté buscar un trabajo como él, ya que sabía todo lo que debía saber sobre los barcos, nadie me aceptó por lo que ocurrió años atrás con mi padre, pero la familia de Willy me dio una oportunidad.
En uno de mis trabajos, debía custodiar a Carol, la hermana de Willy, estaba en un viaje para Argath, pero durante el trayecto, un barco nos asaltó, no supimos de donde ni cómo, pero nos tenían acorralados.
Me lanzaron al agua, llevándose a Carol con ellos. Tuve que regresar nadando hacia tierra y correr de vuelta, les expliqué todo, pero no me creyeron, aún recuerdos sus palabras.

Todos tenían razón respecto a ti

Tú padre era un asesino

¿Porqué decidimos confiar en ti, pedazo de mierda?

Maldita sea toda tu familia y tu linaje de asesinos

Eres una mierda para la sociedad

Ojalá te pudras en el infierno

Alex y Rubius miraban a Frank, preocupados, debió ser muy duro para él.

-¿Pero qué pasó con tu padre? ¿Qué hizo él?- preguntó Alex.

Mi padre iba tripulando el barco donde viajaban los príncipes de Argath el día que el segundo príncipe desapareció. Mathias culpó a mi padre de haberse desecho de su hermano. Pero yo sé que no fue así, yo lo vi. Vi como el príncipe Mathias había echado por la borda a su hermano, me asusté mucho, no dije nada por miedo y me arrepiento desde entonces. Cuando regresamos a Argath, intenté explicarle a los reyes lo que vi, después de las acusaciones de Mathias, pero él es un príncipe y yo un plebeyo, no me creyeron, culparon a mi padre de la desaparición del príncipe...-

-¡Atención!- el vocero real de encontraba en el final de las escaleras, era señal de qué el baile estaba apunto de empezar.

-Después les termino de contar- dijo Frank, prestando atención al vocero.

-Con ustedes, la princesa Akira de Argath- todos comenzaron a aplaudir cuando la rubia apareció arriba, para empezar a bajar las escaleras.

Portaba un vestido azul con corte tipo A, que se ajustaba hasta la cintura y caía hasta el piso. Portaba su tiara y usaba un antifaz de mariposa de color amarillo, que resaltaban sus ojos morados, su cabello caía ondulado por su espalda.

Su padre la recibió al llegar al final de la escalera, besándole su mano, llevándola con su madre y hermano.

En cualquier momento debía bajar Samuel, cuando él esté aquí, el baile comenzará.

Todos reían y charlaban, era un ambiente muy tranquilo, excepto por la reina Inés, que se impacientaba por la tardanza de su hijo.

—¿Guillermo?— el platino se giró al escucharla e hizo una breve reverencia.

—¿En qué puedo ayudarla, su majestad?—.

—No encuentro a Borja por ningún lado, así que necesito pedirte un favor—.

—Lo que desee, su majestad—.

—¿Podrías ir a buscar a Samuel a su habitación? Esta tardando demasiado y creo que el rey Enrique se volverá loco sino baja pronto— ambos soltaron una leve risa.

—Por supuesto, su majestad— volvió a dar una breve reverencia para dirigirse a buscar a Samuel.