—¡Rubén despierta!— Samuel sostenía preocupado el cuerpo inconsciente del castaño, Raúl se acercó rápidamente a ellos, tomando su mano y acariciando la palma de esta.
—Vamos, Rubén. Se que sientes esto, despierta— rogó.
—¡Rubius!— por alguna razón, el castaño de 13 años se había caído después de tropezar con una piedra escondida en la arena, había quedado inconsciente en ella.
Auron corrió hacia él, comenzando a preocuparse al verlo de esa forma—No no no no ¿qué hago? ¿qué hago?—.
Tomó su mano con cuidado, depositando un suave beso en ella—Vamos, Rubius, despierta— un par de lágrimas recorrieron las mejillas del azabache— Aquí esta tu hermano para cuidarte siempre, aquí estoy— apretó un poco más, sin lastimar, sus pequeñas manos—No quiero estar solo de nuevo...-
Unos minutos pasaron para que el castaño comenzara a despertar, Auron se lanzó hacia él, abrazándolo rápidamente.—¡Estas bien!—.
—Es que sentí cosquillas en mi mano— respondió, correspondiendo su abrazo.
—Vamos, hermanito, aquí estoy para ti— susurró, mientras levantaba su mano y depositaba un beso en ella.
—¿Por qué haces eso?— preguntó Akira, quien se había acercado a ambos silenciosamente.
—Es una especie de ritual que usamos en la isla cuando pasaba algo similar, no sabíamos por qué, pero siempre nos funcionaba— explicó rápidamente, sin quitar los ojos de Rubén.
—¿Sucede algo, Akira?— preguntó Samuel
—Mi hermano, el príncipe Rubén, tenía una marca de nacimiento en su pecho— ambos la miraron— un conjunto de 3 lunares que si los unías con una línea formaban un triángulo— suspiró— ¿Podría revisar?— preguntó.
Samuel comenzó a desabrochar el chaleco lenta e inseguramente, dejando a la vista una camisa resacada blanca.
Los invitados se habían comenzado a ir luego de que el muchacho se desmayara, siendo alejados por sus amigos.
Las manos temblorosas de Akira se acercaron a la camiseta que le diría la verdad, levantó suavemente...
—¿Y qué es eso?— preguntó Auron, ambos se bañaban en una cascada de aguas cristalinas.
—¿Esto?— señaló aquella extraña unión de lunares en su pecho— No tengo ni idea, supongo que una marca de nacimiento— respondió.
—Si algún día logramos salir de esta isla, con eso quizá podrías encontrar a tu familia, Rubius—
—Quizá si, una cosa es segura y es que no lo sabremos pronto—.
Los ojos de Akira se inundaron de lágrimas, mientras se alejaba rápidamente cayendo de senton y cubría su boca con sus manos.
—¿Princesa Akira?— Luzu se acercó a ella al verla de esa forma, colocó sus manos sobre sus hombros, haciéndola reaccionar. Se levantó rápidamente con su ayuda, su mirada cayó en su madre, quien permanecía callada junto con su padre y un asustado Mathias.
—¡Madre!— le llamó rápidamente, todos la miraron, su madre estaba confundida por su actitud— ¡Tiene la marca en su pecho!— la familia de Argath palideció, sabían perfectamente que significaba eso—¡Él es mi hermano Rubén!—.
—¿Rubius?— Auron se acercó a él, despertó a mitad de la noche y no verlo en el árbol durmiendo le preocupó— ¿Qué estas haciendo aquí?— preguntó, se encontraba en la playa mirando el suave oleaje del océano y la luz de la luna reflejada en el.
—Tuve un raro sueño— hablo suavemente, Auron tomó asiento a su lado, sabía que necesitaba hablar y ahí debería estar para apoyarlo— Yo jugaba con una niña, solo recuerdo correr con ella en un enorme prado verde. Yo era feliz ahí y ella también— escuchaba atentamente— Desperté llorando, necesitaba despejarme un momento, lo siento—.
—No te disculpes, no iba a regañarte— sus brazos rodearon con cariño su cuerpo— Somos hermanos y estamos para apoyarnos—.
—¡Eso no puede ser cierto!— grito Mathias—¡Rubén desapareció en el océano, Akira! ¡Acéptalo!—.
—¡Tiene la marca en su pecho, Mathias!— se acercó rápidamente a su madre, tomándola de la mano— Míralo, madre, por favor— ambas comenzaron a caminar, Akira nerviosa y su madre temblorosa.
La reina suspiró un poco antes de acercarse para observar su pecho descubierto y encontrar aquella curiosa marca, su corazón se detuvo, reconociera aquel conjunto en aquel lado. Su parecido con Mathias y algunos rasgos de Akira en él, no había duda alguna ahora, aquel muchacho era su hijo sin duda alguna.
—¿Rubius? ¿Qué te pasa?—Auron se acercaba preocupado al castaño, se encontraba llorando en un árbol.
—Es qué...— sollozó al sentir su abrazo, su hermano siempre había sabido consolarlo, aún sin importar porque lloraba.
—¿Qué ha pasado?— acariciaba suavemente.
—Es solo que... Me he puesto a pensar en que— suspiro y sollozo antes de proseguir— ¿Y si mi familia no me extraña? ¿Si se deshicieron de mi a propósito?— sus lágrimas salieron con más intensidad, aferrándose a su pecho.
—Rubius mi niño, eres un muchacho encantador, seguro tu familia te hecha mucho de menos— se separó un poco para tomar sus manos y besarlas suavemente, un cosquilleo recorrió su cuerpo— Y sino es así, no te preocupes, yo soy tu hermano y yo siempre te voy a querer—.
—Gracias Auron— sollozó.
—Ahora debes despertar, Rubén. Conoces tu verdad y estás listo para afrontar tu destino—.
Despierta hermano
Despierta Rubius
Despierta Rubén
Por favor, despierta
Aquí estoy contigo, hermanito
Su cuerpo sentía la necesidad de levantarse y seguir la voz de Auron, por lo que sus ojos comenzaron a abrirse con lentitud, observándolo, lloraba con fuerza y sujetaba sus manos, susurrando aquel "hechizo".
—Auron...— susurró, llamando la atención de todos.
—¡Rubius!— exclamó emocionado, abalanzándose a él, abrazándolo con fuerza y cariño, un abrazo correspondido.
Con sumo cuidado, ambos príncipes ayudaron al castaño a ponerse pie.
—¿Estas bien, Rubén?— preguntó Samuel, quien se había encargado de sujetar su débil cuerpo.
—Yo lo recuerdo todo— dio un paso hacia adelante con ayuda del azabache, decidido y con nervios pronunció aquella esperada frase—¡Yo soy Rubén Doblas, el verdadero heredero al trono de Argath!—.
18 capítulos para llegar a esto🥰
Era obvio que ya lo veían venir pero díganme, ¿qué opinan?👀
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||Valiente|| Karmaland 4
FanfictionHas logrado llegar aquí por tu gran valentía, sigue así por favor, vive por mi, por tus amigos pero principalmente... por ti. Se que tienes miedo, yo también lo tengo, pero todo estará bien, lo prometo... te lo prometo. Samuel de Luque es el príncip...