Capítulo 2

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Steve salió de su ensoñamiento cuando los pasos de una pelirroja lo alertaron. Revisó la hora en su teléfono. Esta es una de las pocas costumbres actuales que el rubio adoptó para sí, no deja su teléfono ni para dormir, según él, es una herramienta muy útil si sabes sacar todo su provecho. Faltaba un cuarto para media noche. Era hora de arreglarse.

Al entrar en la ducha su subconsciente le jugó una mala pasada haciéndole revivir ese misterioso olor que tomó lugar en la torre en horas de la tarde. Una dolorosa erección se alzó en todo su esplendor entre las piernas del cap sin que este le prestara atención alguna. Su cerebro repetía una y otra vez esas palabras dichas por el castaño hace unas horas atrás. Lo quiera aceptar o no, le dolieron las palabras que el otro alfa de la manada soltó contra él.

-Capitán, sugiero que se dé prisa. La agente Romanoff espera por usted junto al señor Stark. Su vuelo está a unos minutos por salir. - interrumpió los pensamientos del rubio la IA

-Muchas gracias, Jarvis. - respondió Steve a la nada sintiéndose un poco incómodo. Aún no lograba acostumbrarse a hablar con un no vivo. -Saldré en unos minutos.

Acabó su ducha y se colocó el tan amado traje de Capitán América, saliendo así al encuentro con sus dos compañeros.

Al llegar encontró a sus dos amigos en el sofá. Tony hablaba animadamente con Nat. No pudo evitar notar cómo se cerraba el castaño al notarlo llegar. Eso lo molestó un poco. ¿Por qué tenía que contener su esencia para no lastimar el orgullo de alguien que solo estaba en la manada por obligación? Maldita brújula moral.

-Vamos, Natasha. - habló con un pequeño atisbo de frustración. -Es media noche. El quinjet ya debe estar esperando por nosotros en los jardines. - salió sin mirar atrás. Natasha enarcó una ceja analizando la situación. Tony relajó su olor y este se pudo sentir con naturalidad, no tan forzado como hace unos minutos.

Al llegar a los jardines, Stark se adelantó a todos entrando al jet, tomando asiento en una de las habitaciones que este tiene. Natasha siguió su andar mientras Steve se detuvo a mitad de camino. La brisa de media noche se abrió camino entre sus fosas nasales. Sintió un escalofrío producido por el placentero olor de la hierba recién cortada. El rocío de la noche amplificaba estas esencias, así que el olor de los tulipanes y los rosales hicieron perder a Steve en viejos recuerdos mientras miraba la noche estrellada que se alzaba sobre él.

- ¿Vienes? - la voz de Fury lo sacó de su trance.

Siguió su camino sin responder, sin embargo, sentía cómo algo lo llamaba en ese momento. Su alfa rugió dentro de sí, haciéndose notar frente a ese imperturbable beta. Su entrenamiento cómo espía lo volvió un libro difícil de leer, dándole así la cereza al pastel que era ese beta con complejos de superioridad según Tony.

-Hace unas horas se recibió una señal de emergencia de un buque de carga. Entre esta se encontraba una de las ubicaciones nombradas por la señal interceptada proveniente de Hydra. Queremos que tú, agente Romanoff, te infiltres junto al capitán y consigan toda la información que está en las bases de ese buque. Si no estamos mal, Hydra debe ser la razón por la cual la embarcación está en estado de emergencia.

Un castaño un tanto irritado salió de su habitación dispuesto a pedir silencio, pero su expresión se marcó en asombro al ver los planos holográficos que el beta tenía en la mano. Nadie le avisó que la misión sería en un barco.

- ¿Cambio de planes? - interrumpió al beta cuando esté reportaba todo los objetivos a cumplir.

-Stark. - respondió Fury. -Esperarás en la nave hasta nueva orden. El capitán y la agente Romanoff se encargarán del resto. Estarás aquí encargándote de facilitar el acceso de estos dos adentrándote en el sistema de la embarcación.

Transespecie [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora