Capítulo 8

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El tiempo pasó. Los días se convertían en noches y las noches se les escapaban a todos en un abrir y cerrar de ojos.

Poco tiempo después de rescatar al alfa, lo integraron al equipo. Si bien este no cumplía funciones de vengador, ni hacía parte de estos, sí era un compañero constante de todos en los complejos, volviéndose un gran amigo de un pequeño castaño que no era consciente de los gruñidos que el alfa de la manada soltaba al verlos juntos.

Barton decidió aparecer después de su repentina desaparición. Así mismo Thor se hizo presente, trayendo consigo relatos de guerra, defendiendo toda la estela de la realidad del árbol de los mundos junto a las Valkirias.

-Parece que estás por saltarles encima.

Steve se sobresaltó al escuchar a su amiga. Casi cae de los banquillos por la impresión que se llevó.

-Andas muy territorial desde que Tony y Rogers se hicieron tan cercanos. – continuó Natasha.

- ¿Rogers? – respondió Steve levantándose de su banquillo junto al mesón de la cocina.

-Sí. – dijo la rusa. -Así es como Tony le dice. A los pocos días de traerlo con nosotros comenzaste a sentarte solo en la cocina con vista directa a las canchas abiertas donde Tony y Rogers hablan. ¿Acaso son celos?

Un corrientazo de nerviosismo atacó al capitán, sintiendo cómo su espalda se empapaba de sudor frío.

Respondió con una sonrisa a la alfa que estaba frente a sí y decidió salir de la cocina con su café ya frío en manos.

Natasha siguió los pasos del gran alfaque se levantó con clara molestia dejándole sola en la cocina. Para ella eran más que claros los sentimientos que estos dos compartían, pero se lamentaba el actuar tan disperso del capitán.

Llegaron a la habitación del mayor. Era una habitación grande y espaciosa. Las paredes eran de madera oscura, pero muy acogedora. Algunas de estas estaban tapizadas con colores azules y blancos. Su cama era grande, se encontraba en el centro de toda la habitación, sobre una manta de color morado oscuro.

En la pared, detrás de la cabecera de la cama, se encontraba colgado el primer escudo que cap usó en guerra hace mucho tiempo atrás. Junto a la puerta había un pequeño espacio, un hueco donde había un escritorio con una laptop, cortesía de Stark Industries, y una foto de Margaret Carter, fundadora de S.H.I.E.L.D.

-Acogedor. – dijo Nat mientras se acercaba a ver la foto de Peggy.

Steve observó cómo su amiga inspeccionaba cuidadosamente su habitación.

-Es Peggy – dijo Steve llamando la atención de la espía. -Fue la única persona que creyó en mi cuando me enlisté en el ejército.

-Lo sé. En el Smithsoniano se encuentra toda tu historia junto a Margaret.

-Aún me lamento no haber llegado a nuestro baile juntos. – dijo el alfa soltando un suspiro lastimero, mientras se sentaba sobre su cama sumiéndose en sus congojas del pasado.

-Steve – llamó su atención sentándose junto a él. -Ella fue feliz. Vivió pleno y logró muchas cosas gracias a ti. No tienes que lamentarte nada.

Steve sacó de entre su chaqueta una brújula vieja y oxidada. La abrió ante la atenta mirada de Natasha, enseñando la foto a blanco y negro que tenía de Carter en ella.

-Era mi única oportunidad de poder amar y la perdí.

Natasha no conoció al flaco y debilucho alfa de Brooklyn, pero estaba segura de que en este momento el hombre lastimado y triste que se mostraba frente a ella no era más que Steve Rogers, el hombre que quedó oculto entre el hielo ganando la guerra.

Transespecie [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora