XIII

407 37 50
                                    

-¿¡Qué te pasa, Eustass-ya!? - exclamó molesto el moreno. - Íbamos a una velocidad mortal, no tenías control del veículo, idota, ¡pudimos haber muerto!

-Trafalgar, te hice una pregunta. - replicó enojado.

-Pues no se me da la gana de responderte. Acabas de poner en riesgo mi vida porque eres un impulsivo. ¿¡Cómo crees que va a reaccionar Cora-san si muriera su otro hijo!?

      Ambos se quedaron en silencio, viéndose, hasta que Kid abrió la boca:

-Oye, lo siento. De verdad, perdona. Me volví loco, yo de verdad me volví loco.

-Pues sí, lo hiciste. - suspiró Law, viendo su móvil. Tenía demasiadas llamadas perdidas. Decidió llamar al número.

      Kid se quedó viéndolo. Realmente casi lo mata. Pudo haber muerto, y no sólo Law, él mismo. Tenía que dejar de ser tan explosivo.

-¿Hola? Oh Shanks, sigo vivo. Sí, este idiota... Pero parece ser buen conductor porque no morimos. ¡Ya no soy un niño, Shanks! Déjalo, están afectados aún con lo de Lami. A parte, Cora-san está con otro homicidio. ¿¡Qué!? ¿¡Mañana!? Bueno, hablamos luego, estoy bien. - y colgó.

-¿Vas a responder mi pregunta, Trafalgar?

-Sí. Kaido es el jefe de la banda narco más influyente del país. Es el jefe junto con otra persona cuya identidad nadie conoce. Entonces, Doffy estaba desmantelando todo, y Kaido le hizo la vida imposible, matando cuantos civiles podía, ponendo bombas en escuelas, cosas que dañaban la ciudad por donde se lo mirase.

-Recuerdo los incidentes, no sabía que había sido él. - suspiró el pelirrojo. - pero de un día para el otro dejaron de suceder.

-Sí, Doffy hizo una tregua, como firmando la paz, dentro de unos límites, pueden hacer lo que quieran. El trato salvó muchos inocentes. A los 15 comencé a ir a los bares y ahí los conocí a todos. Pasaron muchas cosas, hasta llegar a hoy, que Kaido me tiene un aprecio bastante retorcido - suspiró.

-¿"Aprecio retorcido"? - preguntó confundido Kid.

-Sé qué estás pensando y no, no ese tipo de aprecio - rió Law.

-Déjame ver tu muñeca - suspiró Kid y Law le tendió la mano.

-No lo noté, lo siento - suspiró Kid. - Pues ya nos hemos quedado sin bar, sin alcohol, y sin dormir.

-Faltamos mañana

-¿Seguro? - Preguntó Kid.

-Sí, debo descansar para ir al trabajo - suspiró. - Voy a dormir, ¿Está bien, Eustass-ya?

-Claro, ve a dormir. Yo ya voy luego. - suspiró.

-Como quieras - alzó los hombros y subió hasta la enorme cama. Vio que Kid había decorado algo más la habitación.

      Tan pronto como apoyó la cabeza en la almohada se durmió. Kid llego minutos después, todavía seguía dándole vueltas a todo. Se sentó en el borde de la cama y miró a Law.

      Entonces, notó algo extraño y se acercó. El chico estaba de espaldas a él. Pasó la mano por el tatuaje de Law y sintió algo raro. <¿Cuándo pasó esto?> se preguntó a sí mismo.

      Eran como pequeñas marcas, a simple vista no se veían, porque estaban bajo el tatuaje. Como pequeñas cicatrices.

      Tenía también una marca un poco más grande en el vientre, pero sería máximo de 5cm. Eran bastante pequeñas, nada en comparación con la monstruosidad que llevaba el pelirrojo en la espalda.

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora