XVII

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“Poema.

¿Qué es la felicidad? ¿Estar rodeado de flores, mariposas, luz, dulces olores?

¿O es acaso, una relación duradera, diáfona, cariñosa, verdadera?

¿Por qué yo la encuentro en tu frescura, en tu risa, tu carne, tu piel, tu locura?

Esos bermejos labios, esa mirada;
que se funde en mi mente al apoyar mi cabeza en la almohada.

Porque tu venustez a mí me abruma, tu alma me invita a bailar a la luz de la luna.

Y es que tu esencia siempre ha sido
Llegar a la meta y olvidar el recorrido.

Puedes prometer estar siempre a mi lado aunque me falles, siempre serás lo mejor que está vida me ha dado.

Puede que un día en el límite, te tire al abismo, y lo entenderías porque “siempre es mejor pensar en uno mismo”

Y aún así no me perdonarías, insisto, es por eso que eres la mayor maravilla que el mundo haya visto.

Dirás que exajero, quizás, que me esmero en que tú seas algo más,

Te puedo abrazar, te puedo besar, ¿pero acaso con eso, entenderás mi amar?

Sí, me conquistó tu piel, fresca, como la carne de un infante, pero no sólo eso me parece en ti elegante.

Tu caminar, tus pensamientos, tu gracia, tu aroma, tu ambición que nada sacia.

Mi corazón, dentro de su coraza de nácar profesa, un amor infinito hacia todo tu ser, que nunca cesa.

Es imposible apagar esta llama de pétalos de rosas, que yace en la cumbre de mi pecho y libera mil mariposas.

Mariposas que habitan en mi vientre, y con sus alas hermosas, dan pinceladas a un lienzo y trazan figuras, cautelosas.

En pos de no dañarme ni desgastar el espacio, donde reciden mis sueños sobre tú, yo, flores y un palacio.

Quiero llevarte a mi torre de marfil, para refugiarnos en la primavera del mes de abril.

Quiero, deseo, necesito, anhelo, reclamo, palabras demasiado egoístas para decir un te amo.

Pero así soy, egoísta, extravagante, porque yo quiero que seas más que mi amante.

Cuando estamos lejos, añoro esa risa, que me regalaste aquella tarde entre el humo y la brisa.

Así es, añoro aquellas situaciones que nunca se han dado, porque cuando estoy solo imagino, ¿y si ÉL estuviera a mi lado?

Lo sé, ya hace años nos atrapó el otoño, ya pasó un largo tiempo desde que fuimos retoños.

Y sin embargo, ¿Hay acaso una edad para amar? No lo creo, si estás con quien debes estar.

¿Accederá la luna, luego de tanto tiempo a bañarse de miel? ¿O le incomodará nuestra áspera y curtida piel?

Ese ardor que debí sentir en mi adolescencia, lo vengo a padecer a esta edad, donde ya perdí mi inocencia.

Hoy descubrí que la base de la magia no es la juventud, sino en encontrar quien baile contigo el ritmo del laúd.

Somos dos almas viejas que se han conocido por toda una vida, pero lo han descubierto ahora, en las idas y vueltas de la vida.

Tú y el hielo son similares: ambos hermosos y transparentes, pero el hielo en el whisky se derrite, y a ti te tendré eternamente.

CicatricesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora