Next Day
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Naib
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Eran aproximadamente las 6 de la mañana, apenas regresé de mi entrenamiento diario noté que Norton ya no estaba en la habitación. Seguramente se fue con los idiotas de sus amigos al campo, bien por él, pues de habérmelo topado de frente no habría soportado las ganas de darle un golpe. Sigo molesto por el asunto del relevo, no puedo creer que William me pusiera en esta situación y que no me dejara de otra más que cumplir con algo que principalmente era su obligación.
Aunque el festival comienza en dos días, el relevo siempre se lleva a cabo al final. Desgraciadamente tendré que estar en contacto directo con Norton por al menos una o dos horas por los siguientes cinco días. Como si estuviese de humor para hacer algo así... Pero si lo pienso de forma positiva, podré gritarle y hacerle sufrir bajo la excusa de estar entrenando duro para el relevo. Eso ciertamente me pone de buen humor.
Trataré de controlarme y verle el lado positivo a las cosas, lo más probable es que los días pasen volando y ya no deba estar en contacto con él más que para verle dormir por las mañanas y noches, pues el tipo es un flojo y cada que está en esta habitación es lo único que hace. Si me pongo a analizar la situación, estando tan ocupado con el entrenamiento no habría forma alguna de que se involucre con Jack, ¿O si? Eso dibuja una sonrisa en mi rostro.
Definitivamente lo último que quiero saber es de Jack y Norton en una misma oración.
Me di un pequeño baño y me puse el informe deportivo común, el cual es solo un buzo y una chaqueta negra con franjas rojas a los costados, eso junto con mis tenis. Esta vez no tendría más que hacer que dar órdenes, pues los chicos ya se saben la rutina de entrenamiento que usamos para el festival al pie de la letra, ya que es la misma que usamos todos los años.
Salí de la habitación cerrando la puerta tras de mí, no tenía muy claro cuánto había tardado en ducharme y vestirme, pero si antes no había nadie en los pasillos ahora están plagados de gente.
No le di importancia al silencio que se formó una vez estuve en el pasillo. Todos empezaron a mirarme, a susurrar y reír por lo bajo, pero siempre hablan a mis espaldas así que no me pareció nada del otro mundo, después de todo los tipos de mi edificio son unos idiotas.
Salí del edificio y empecé a encaminarme hacia el campo y ahí fue donde empecé a notar que algo no andaba bien. Ahora no solo los imbéciles de mis compañeros de piso eran los que me miraban con atención y murmuraban cosas, los chicos fuera de este también. No había lugar en el que no me mirarán y empezaran a reír, y el no saber porque me pone de malas poco a poco, como las gotas que caen y caen a punto de derramar el vaso.
Y para colmo, como si no estuviese bastante hastiado ya, el papanatas de Fan venía caminando de frente hacia mí.
— Oh, Naib que sorpresa encontrarte aquí. - Su tono de voz irritante y burlón me hizo fruncir el ceño con molestia.
— Ahora no idiota, no tengo tiempo para tus estupideces. - El campo no estaba muy lejos que digamos, es más, incluso podía ver a los chicos estirar. Traté de esquivar al tarado de Fan pero este rápidamente se interpuso en mi camino. — Muévete imbécil.
— Vaya, ¿Tan de mañana y con mal humor? Supongo que ya te enteraste del rumor. - una sonrisa torcida y maliciosa se formó en sus labios, es típico de él decir cosas como esta solo para causar caos, pero eso no funciona conmigo.
