—Esperé que esta vez cantaras Hakuna Matata, pero debo admitir que me has sorprendido—digo, con una simple sonrisa dibujándose en mis labios y, de paso, rayando nuevamente la ventana.
Él por su parte, frunce el ceño, alejando la guitarra y, como por costumbre, toma el cigarrillo entre sus dedos. No puedo evitar hacer una mueca ante ello, pero a él le importa un bledo, porque de igual modo lo enciende y, soltando una abundante cantidad de humo, fija sus ojos en mí.
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Susurros de media noche ✔
Short Story"Me gusta pensar que la luna está ahí, incluso si no estoy mirando" C. imagen: On The Roof - Peijin