Gerard veía el amanecer dorado desde su ventana, los ojos le ardían de tanto llorar y flamas incandescentes recorrían su garganta después de tantos gritos, Frank se había ido.
Peleó tanto contra la chapa que estuvo seguro que en algún momento la misma puerta lo patearía para que la dejara en paz.
Se dio por vencido cuando sacó su móvil de nuevo tratando de hacer una llamada y seguía suspendido, no era el clima, no era la señal, seguro Frank había suspendido el servicio.
Buscó su pequeña netbook y tampoco la encontró.
Sonaba el teléfono de la casa, su única esperanza, pero las barreras que lo separaban de la salida eran muchas, deseaba despertar pronto y darse cuenta que no era más que un engaño, una pesadilla.
Con mucho pesar buscó dormir, pero el frío era mucho, el dolor era aún más.
Recorrió la habitación palpando cada esquina y borde, su respiración cortada y sus pies descalzos era lo único que hacía ruido en aquel helado amanecer hasta que escuchó el auto llegar nuevamente.
Las cerraduras abrirse y esos pasos apresurados.
Su cuerpo entero dio un respingo al escucharlo abrir de golpe la puerta contra la que él había peleado por todo el rato.
-Me dejaste…- se quejó antes de cualquier cosa.
-Tenía que irme, si seguía aquí iba a volver a portarme mal contigo, así que salí a tomar decisiones Gee- aunque Frank se veía mucho más calmado, había algo que inquietaba a Gerard hasta el fondo del alma-mira, pronto será Navidad, ¿no? Hazme un regalo, pon aquí dentro tu celular y la contraseña de la computadora; para ti, yo pondré aquí el mío, el único que quedará es el de la casa, aquí pondré también las chapas de la casa y las llaves, así no te irás; aquí- dijo señalando un papel- hay una lista de personas con las que no puedes hablar, pondré una caja de seguridad al teléfono y… así estaremos felices.
-Frank…- Gerard se dio cuenta que se había convertido en un esclavo de un día para otro- no quiero hacer todo eso, iba a pedirte que me dieras mi billetera, quiero irme.
Frank lo miró directo a los ojos, llorando y con una sonrisa de lo más lastimera.
-Quédate y obedece amor- susurró acercándole a Gerard la enorme caja de cartón
Llorando, Gerard cedió.
Es como si las luces del mundo se apagaran silenciosas.
**¡Disculpen la tardanza!
Normalmente actualizo en las mañanas, pero ayer me secuestro mi captor (a quien enteramente dedico cada uno de estos niveles) y bueno, vino a dejarme hace un par de horas.
Escribir esto me lleva por lo menos una hora, y bueno... (suspiro)
Room of Angel siempre ha sido así como... algo muy personal para mi, la canción esta llena de sentimientos y creo que plazma a la perfección lo que Gerard podría estar sintiendo.
No me odien por favor, es lo que más les pido.
Mil gracias por seguir leyendo.
-G
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Violentometro.
Random++FRERARD++ La violencia también se mide. Del 1 al infinito... dando brincos y volviendo. Piensas que en algún momento tiene que parar, pero para solamente cuando ya haz dejado de respirar. **SERIE DE ONE-SHOTS** FINALIZADA
