La nieve cubría la puerta y aquella mañana Frank se encontraba tratando de abrir un camino.
Gerard trataba de dormir frente a la chimenea, con unos 4 suéteres puestos e incontables pares de calcetines sobre los pies.
Su cuerpo temblaba, su cabeza era un torbellino y aquella costilla no dejaba de dolerle, incluso respirar le dolía.
-¿Estás bien?- preguntó Frank entrando de nuevo a la casa mirando a Gerard hecho bola en el piso.
-Sí, solo tengo un poco de frío.
Frank se acercó sonriendo, era esa sonrisa que Gerard no había visto desde hacía algún tiempo.
Fue con pasos apresurados a su habitación y al volver traía la guitarra acústica y algunas mantas.
Puso una en los pies de Gerard y otra sobre sus hombros.
-¿Quieres que cante para ti?- preguntó animado
-Claro- respondió Gerard sonriente.
Comenzó a tocar unos acordes alegres.
-Here comes the sun turururu…
Gerard mostró la sonrisa más grande en los últimos días, estaba casi contento.
El calor de la chimenea y la voz de Frank siendo tan dulce le dieron muchas ganas de solo cerrar los ojos y dejarse llevar hacia el sueño.
Frank siguió tocando los dulces acordes, como queriendo invitar a Gerard a cantar, le daba pequeños cabezazos en el brazo como para despertarlo.
-Canta para mi Gee…- dijo de pronto
-Frankie, apenas tengo voz, para hablar contigo- dijo Gerard recargándose en su brazo, sus párpados pesaban tanto que iba a dormirse en cualquier momento.
Frank se quitó bruscamente haciendo que Gerard casi se cayera, se encaminó hacia la habitación, salió de ahí con el revolver en mano, apuntando a Gerard directo a la cabeza.
-¿Cantarás o tengo que matarte Gee?- preguntó rojo de ira.
Gerard sintió una patada imaginaria robarle todo el aire, una horrible contracción en la garganta creándole un nudo imposibilitándolo incluso para hablar claramente.
Levantó una mano, como si fuera a defenderlo si Frank disparaba.
-No… no me mates Frankie… cantaré para ti- dijo mirando directamente a Frank con los ojos abiertos como platos y muerto de miedo.
Entonces Frank se sentó a su lado y comenzó a tocar los mismos cálidos acordes.
Gerard trataba de cantar con la voz quebrada, con dolor terrible, pero sobre todo con miedo.
La nieve seguía cayendo, Frank tocó por horas haciendo a Gerard cantar.
Su voz se apagaba en aquella canción que desde ese instante en vez de feliz, sería amarga.
***Este nivel me duele mucho.
Creo que es por más lo más cruel que he escrito, en realidad toda esta serie lo es.
Mañana es nochebuena también en el violentometro, ¿qué creen que pase?
Yo soy de México, mi mamá solía poner Universal Stereo y había (o hay) un progama llamado "El Club de los Beatles" y yo amaba "Here Comes the Sun" y cantaba... ahhh... que tiempos...
Mi dueña no está por ahora y no creo que a estas alturas quiera agregar otras 100 palabras a mi reto, así que... bueno, falta poco para el final.
¡Gracias por seguir leyendo!
-G
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Violentometro.
Acak++FRERARD++ La violencia también se mide. Del 1 al infinito... dando brincos y volviendo. Piensas que en algún momento tiene que parar, pero para solamente cuando ya haz dejado de respirar. **SERIE DE ONE-SHOTS** FINALIZADA
