2. ¿Amigos con derecho?

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Philip +18

Mi alarma no sonó y ahora estoy llegando tarde a clases, mi profesor va a matarme, últimamente llego tarde a clases, debo dejar de ser tan perezoso, pero es que siempre duermo mi cama me abraza. Voy inmerso en mi mundo y apresurado que no alcanzo a ver a mi amigo Arius, él me llama para que me detenga mientras el alcanza hasta donde estoy.

-¿Philip estas bien?

- No Ari no estoy bien, ayer me acosté tarde por arreglar los asuntos de Amelia, además de que estoy llegando tarde a clases y tú, me estas entreteniendo para saber cómo estoy, así que como ya lo sabes...- logro decir mientras soy jalado a su lado para que comience a contarme sobre su noche, es lunes y no puedo creer que haya salido el domingo a una fiesta, este chico está loco, demente y no se quiere.

No le prestó atención ya que siempre es lo mismo, me cuenta como se tiro a alguna chica en un baño y como él las dejo en sus casas si es que tuvieron suerte y si no fue así; en un simple motel.

-Y me la mamaba tan bii...- No completo la frase y no entendí bien hasta que seguí su mirada, ahí estaba una chica de estatura promedio, con una tez blanca casi como la porcelana, con sus ojos cafés claros y su cabello oscuro hasta los hombros, se le veía confundida como si fuese nueva en la Universidad. No fui tan banal como para fijarme en su cuerpo pero claro que mi amigo si lo hizo.

-Wow mira ese culo.

-Vamos Ari no seas zángano.- Le tire una mirada para que me siga y así lo hizo, mientras literalmente devoraba con la mirada a la inocente chica. Nos acercamos lo suficiente para que se dé cuenta de nuestra presencia, pero ella estaba más ocupada en algo de su móvil, como para prestarnos atención.

-Putisima madre.- exclamó esa dulce boquita color cereza, su mirada se alzó confundida cuando sintió que estábamos junto a ella - Ay lo siento no me percaté de su presencia.- nos dedicó una mirada de pedir disimuladamente nuestros nombres, su cara en si era un poema viendo hacia nosotros, como si acabará de reconocer a Ari.

- Él es Arius y yo soy Philip, ¿y tú eres...?- Le dedico una sonrisa de lado para así poderle dar más confianza y que no piense que la estamos acosando.

-Yo soy Ambrose, un gusto -Ella sonríe y puedo jurar que su sonrisa al igual que su rostro era arte, ella me miro incomoda, tal vez por la forma en la que la veía, carraspeo- Pero si son tan amables, ¿me pueden ayudar con el camino para llegar a el rectorado? Se los agradecería mucho.- en todo ese tiempo Arius no dijo ni una sola palabra cosa que me sorprendía en sobre manera, ya que este tipo nunca se callaba.

-Ya sé de donde te recordaba preciosura, tú eras la torpe que tropezó ayer con Athan, ¿correcto?- la chica tenía un color rojo fosforescente en mejillas, Ari al darse cuenta no dudó en molestarla.- Pero vamos que la pequeña semáforo se acaba de poner en rojo, bueno equis que lindos ojos tienes bonita.

-Arius no la molestes.- la mirada de ella se dirigió hacia mí con un ápice de esperanza para que la salve, sin embargo lo que dije no coordinó con mi cerebro- No vez que su cara va a explotar.

Y si soy el ser más idiota, ni siquiera dio chiste, ¡ay dios! como puedo ser tan bobo cuando una chica se para enfrente mío. Arius me quedo viendo con cara de querer cagarse de la risa por la babosada que termine diciendo, pero se contuvo bien bueno por lo menos hasta que Ambe salió despavorida en dirección a no sé dónde, Ambe me gusta ese apodo para ella. Termino de pensar en esa chica de una vez por todas porque o si no, no llego ni a mi tercera clase.
Le hecho una última mirada a la dirección en la que Ambe se fue y veo a Arius escribiendo algo en su móvil, y estoy seguro que esta escribiéndose con alguna de las chicas de una sola noche, así que optó por mejor irme.

TORMENTAS CON ELLOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora