7. viejas personas

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Ambrose

-Mmm, no.-Mi respuesta vacila por unos minutos, pero porque no sé a qué viene la pregunta. Miro el rostro de los tres relajarse pero Arius aún no convencido dice.

-¿Totalmente segura? - Me dice Arius, como indagando si no estoy mintiendo, Philip y Athan están pendientes de mi respuesta.

-Sí, totalmente segura.- comento – ¿Pero a qué viene esa pregunta?

Athan comienza hablar -Bueno pues...

-No, por nada pequeña solo curiosidad – Philip lo interrumpe.

-Bueno, gracias por todo chicos pero ya tengo que irme, me gusto conocerlos- Les comento, mientras al pasillo para ponerme el vestido.

Pero ninguno dice nada y solo se me quedan viendo, sinceramente comienzo a sentirme incómoda entre tanto chico guapo. Y que su mirada solo se centre en mí no es de gran ayuda para mis nervios, quiero gritarles que por que me miran tanto.

Cuando estoy por despedirme de cada uno, Athan dice mi nombre.

-Ambrose, ¿te gustaría quedarte a comer con nosotros?

-Me encantaría, pero enserio tengo que irme, mi amiga se encuentra mal y me pidió que llegue lo más pronto posible -Les miento, porque estoy muy incómoda, y solo quiero llegar a dormir a mi departamento.

Los tres asienten, y Arius se levanta para ponerse sus vaqueros.

-Bueno entonces vamos, que nunca olvido mis promesas- Dice Arius finalizando con una sonrisa de lado.

Asiento y recojo todas mis cosas.

-Vamos Ambe.- Arius me da una seña de que lo siga, pero cuando estoy por atravesar la puerta de entrada me giro y camino hacia los chicos para despedirme con un beso en la mejilla de Athan y Philip.

Ellos se quedan asombrados por mi arrebato, pero yo solo les sonrió avergonzada.

-Nos vemos luego Ambe-Dice Philip

-Adiós, Ambrose.- Pronuncia con sequedad Athan.

-Adiós chicos, gracias de nuevo por todo.- Les sonrió una vez más y salgo del departamento.

Arius me espera en el elevador y me doy cuenta de que Philip vive en un edificio de niño pijo. Arius me guía al estacionamiento después de bajarnos del elevador.

-Siga usted señorita –Arius bromea, pero sostiene la puerta para que entre en su auto. Arius entra en el coche y maneja hacia la dirección que le di minutos atrás, el camino fue en silencio, creo que el más borde de los tres es Arius, pero a la vez es con él que más he compartido.

Más tarde cuando llegue a mi casa, me encontré con una nota de Muriel, diciendo que esa noche si iba a dormir en la casa de sus padres, también decía que en el microondas había comida. Mi hambre no es tan grande como las ganas de tomar un baño, así que voy directo hacia allá, y cuando estoy por desvestirme, mi móvil comienza a sonar.

-Aló con quien hablo –Contesto al número desconocido.

-¿Ya no me tienes agendado amor? –Pregunta la voz de Russell, me quedo callada por un momento y el comienza a hablar de nuevo- Dale nena di mi nombre.

-Para que me llamas –Digo de una forma cortante, lo menos que anhelo es hablar con él.

-¿Qué, acaso no puedo llamar a mi ex novia? O espera ni siquiera fuimos nada, dime ¿cómo debería llamarte bebé? –Lo dice con tono de burla y quiero colgarle, pero a la vez tengo la esperanza de que diga algo para saber que ya cambio, muy idiota de mi parte.

-No, no puedes llamarme, o no entendiste que ya no quiero saber nada más de ti. –Alzo la voz algo exasperada.

-Si hubieses querido excluirme de tu vida, hubieses cambiado de número móvil, así como te cambiaste de barrio. Pero no lo hiciste corazón, cosa que me parece muy idiota de tu parte.

-Voy a colgarte porque no tengo ganas de hablar contigo, Russell- Le digo calmada mientras cuelgo la llamada y apago el móvil.

Me meto a bañar, después de la ducha salgo para secarme cuando me doy cuenta de que tengo marcas entre verdes y moradas en mi cuello y un pequeño caminos de marcas en la mitad de mi pechos . Mis dedos rozan el camino y siento un escalofrió correrme por todo el cuerpo.

-¿Qué diablos hiciste Ambrose?

Flashback

Los besos de Arius se intensifican en mi cuello, y me toca cerrar/apretar más las piernas para calamar lo que siento en este momento. Athan ataca mi boca y presiona mi cabeza para que no me separe de él, todo se siente muy intenso.

Despierto de mi ensoñación y no puedo creer que eso sea cierto, Arius ni siquiera está interesado y peor aún Athan, él ni siquiera el saludo me da con gusto. Todo es producto de mi imaginación loca, y tal vez solo ayer jugando alguien me pellizco el cuello y ¿mi escote? Con ese estúpido pensamiento, me dirijo a mi habitación para cambiarme. Ya lista agarro mi móvil y lo prendo. Me encuentro con varios mensajes de números desconocidos y de seguro todos son de Russell, no puedo creer todo lo que es capaz de hacer Russell, alquilar dos celulares para solo molestarme. Pero la curiosidad me gana así que abro uno de los chats de números desconocidos.

Desconocido: Hola guapa, me pregunto si quieres salir el sábado conmigo, Athan y Philip. 14:30 pm

Desconocido: Soy Arius, ayer estuviste dando tu número de celular a todo el mundo, no te alarmes no soy un acosador. 14:31 pm

Desconocido: <3

Me sorprendo ya que lo último que esperaba era que uno de los chicos más guapos de la Universidad me escriba, y más para salir con sus amigos. Reviso los otros mensajes y me doy cuenta de que hay llamadas y muchos mensajes por leer, todos son de Russell, pero no le tomo importancia y borro todos. Agendo a Arius y respondo:

Ambrose: Claro, me gustaría salir el sábado, donde nos encontramos y ¿a dónde iremos? 14:50 pm

Al instante que presiono enviar, las típicas mariposas en el estómago se hacen presentes y me comienzo a arrepentir, pero luego de un momento me doy cuenta que ya no puedo seguir siendo la Ambrose sumisa solo por el mal nacido de Russell.

Mientras voy hacia la cocina varios recuerdos de los dos se hacen presentes en mi mente, como recordándome toda la mierda que viví con él: como la vez que me dio el primer golpe porque estaba drogado y no me reconocía, o cuando llego a altas horas de la madrugada a la casa de mis padres y gritó mi nombre diciendo que me amaba, o todas las veces que me gritaba y me hacía sentir insuficiente. Sin darme cuenta siento lágrimas rodar por mis mejillas, y me parece ilógico que aún llore por eso, no puedo creer que todo lo que pase aun me siga pesando y que él me siga buscando cuando él fue quien me apartó de su lado por su "verdadero amor" me dio la espalda cuando fui yo la que quedó como zorra ante todos, cuando él fue el que destruyo todo.

Mi celular vibra y me hace regresar a la realidad, limpiándome las lágrimas; deslizo la pantalla para revisar el nuevo mensaje.

Arius: Es sorpresa pero no te espantes, te va a gustar ;) 15:25 pm

Cierro los ojos y trato de recordar una vez más lo que sucedió en esa fiesta.

Besos desde la luna, Mili.

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¿En que se está metiendo Ambrose?









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