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Advertencia: mención de autolesión, es un tema delicado así que no leas si eres sensible a ello.
(...)

Taehyung caminaba cual dueño del lugar, con su famosa sonrisa ladina que le robaba un suspiro a más de uno. Su diestra paseando por la pared del pasillo por el que caminaba y el corazón de cierto chico acelerándose al escuchar el sonido de sus pasos cada vez más cerca.

El chico estaba asustado y algo sorprendido, el pánico se hizo cargo de su cuerpo al escuchar a alguien aproximándose. Y era de entender, pues había ido a aquel baño peculiar al que nadie iba para poder hacer lo que tenía haciendo desde hace ya varios meses atrás.

El chico rápidamente se metió en un cubículo del baño y se acurrucó en el inodoro con las piernas recogidas y apegadas a su pecho mientras apretaba el agarre en la hojilla que sostenía.

Escuchó la puerta abrirse, cerrarse, luego unos pasos lentos y luego el silencio. Nítido y casi ensordecedor, los latidos de su corazón siendo el único ruido en aquel baño. El chico no lo entendía, se suponía que nadie iba a ese baño, nadie se atrevía a ir al último baño del sótano del edificio por temor, pues era solitario y quedaba a lo último de un estrecho, oscuro y tenebroso pasillo. Y aún menos después del reciente acontecimiento que había ocurrido no muy lejos de allí, la trágica muerte de Son Wendy. Claro que él también tenía miedo, pero ese era el único lugar que podía usar para sus propósitos.

Así que aquí es donde decoras tus lindas muñecas.

El corazón de Soobin se detuvo por un momento y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. El chico fuera del cubículo sabía de su presencia en el baño y lo que era peor; sabía para qué había ido allí.

¿Ahora qué debía hacer? ¿Debía fingir no saber de que hablaba? ¿Cómo supo lo que hacía en aquel tenebroso baño? ¿Quién era? Todas esas preguntas se formularon rápidamente en la mente de Soobin.

El chico, a sabiendas de que su intento de pesar desapercibido había fracasado completamente, temeroso se levantó del inodoro y abrió la puerta lentamente aún con la hojilla apretada fuertemente en su mano izquierda.

Al ver quién había sido la persona que había interrumpido su ritual de liberación de dolor y estrés, abrió ampliamente sus ojos sin poder creer lo que tenía en frente. Era Kim Taehyung, el hermoso y muy perfecto Kim Taehyung.

— ¿Taehyung...?

El nombrado, después de arreglar sus cabellos mientras se veía en el espejo, se volteó hacia el chico y le regaló una sonrisa socarrona.

— El mismo, dulzura.

Taehyung lo vio tragar saliva con nerviosismo y sus mejillas agarrar un lindo color rosa que sólo hizo que el odio que le tenía creciera. Lo odiaba, odiaba cuán adorable se veía. Lo odiaba, lo detestaba, no soportaba verlo tan alegre todo el tiempo.

Así que cuando un día decidió seguirlo para comprobar sus sospechas, se llenó de regocijo al saber que el chico, en efecto, no era enteramente feliz, pues su llanto en ese baño y las gotas de sangre que le vio limpiarse con agua se lo confirmaban.

Es por ello que Taehyung le ayudaría a explotar ese exquisito talento de decorar su delicada piel con cortes y líquido color carmesí.

Le enseñaría cómo hacer que su obra cobrara vida y cambiara la suya para siempre en un sólo movimiento.

— ¿Quieres saber cómo se hace en realidad, Soobin?

El menor lo miró confundido.

— ¿Qué cosa, Hyung?

— Liberar el dolor.

Soobin lo miró por algunos segundos sin decir ni expresar nada en su rostro, pero Taehyung atinó a ver un brillo de interés colándose en sus ojos.

— ¿Cómo?

Taehyung sonrió oscuramente mientras se acercaba al menor sin quitar la vista de sus ojos. Agarró su muñeca, la giró un poco y con su uña trazó una línea vertical en el medio.

— Así, cariño. Así liberarás todo el dolor.

Soobin mira su muñeca y luego a su Hyung, apretando su agarre en la hojilla.

— No será letal, ¿Verdad?

Taehyung llevó su otra mano al rostro de Soobin para apartarle los cabellos que caían en su frente, aguantando las ganas de sonreír ampliamente.

— Por supuesto que no, cariño.

Boys meet evil 悪の: KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora